Menuda historia la nuestra

Malas compañías

Narra Mónica

A pesar de estar agotada casi no pegué ojo en toda la noche. Mi hermano estaba muy dolorido y las enfermeras no dejaron de entrar y salir de la habitación. Pero Jesús se alegró de que le hiciera compañía. Como la mayoría de hombres, era un enfermo pésimo, y parecía que con cada pinchazo que le hacían se iba a morir.

Su mujer estuvo ayer por la tarde un rato, trajo a mis sobrinos para que pudieran ver a su padre. Y poco más. Creo que voy a tener que tener una charla con mi hermano cuando se encuentre mejor.

Hablando de mis sobrinos, ayer tuve una conversación curiosa con Álex:

A: tita, ¿te acuerdas de Gise, mi entrenadora de fútbol?-

M: sí, creo que sí, la recuerdo de alguno de tus partidos - claro que la recuerdo, una chica guapísima que siempre que puede coquetea conmigo cuando voy a ver los partidos de Álex.

A: me dijo ayer que te diga que enhorabuena, que le encanta tu novia -

M: ¿Cómo? ¿mi novia? - ¿CÓMO?

A: sí, me dijo que era la fan número 1 de Vanesa Martín y que se alegraba mucho de que estuvierais juntas - repito: ¿Cómo?

M: Pero Álex, ¿tú le dijiste que estoy saliendo con Vanesa? -

A: ¡No, tita! - me dijo sonriendo - "nada de hablar de la vida privada de la tita" - dijo riendo y haciéndome reír a mí. Los tengo bien enseñados.- le dije que no conocía a ninguna Vanesa y me fui.-

M: Eres mi sobrino favorito, lo sabes ¿verdad? - le dije abrazándolo y haciéndole cosquillas.

A: ¡soy tu único sobrino, tita! - me dijo sin parar de reír por las cosquillas - ¿cuando vamos a volver a Vanesa? me gustó mucho, canta muy bien y me prometió que me enseñaría a tocar la guitarra -

M: A ella también les gustasteis mucho, ¿sabes? Cuando esté en Madrid os venís un día a casa, ¿vale? y empezáis con las clases - con esto me gané otro abrazo.

Adoraba a Álex. Era mi debilidad.

Pero volviendo al presente,

- Jesús, ahora cuando vengan papá y mamá me voy a ir casa a ducharme y descansar un rato, ¿vale? vuelvo a la tarde y me quedo por la noche de nuevo -

- No Moni, para nada, que mañana es viernes y trabajas. Esta noche me quedo solo, no te preocupes - me dijo mi hermano.

- ¿En algún momento hablaremos de por qué no está aquí tu mujer? -

Mi hermano me giró la cara para mirar al techo durante unos segundos.

- Sí, pero no hoy, ¿vale? no quiero oír otro "te lo dije"-

- Es una bruja, Jesús. Mientras más lejos mejor -

- Lo sé, Moni. Y voy a arreglarlo, te lo prometo. Pero no hablemos de eso ahora -

- Vale, te dejo porque en esa cama me das penita, pero no me olvido -

Le di un beso y salí fuera de la habitación, quería llamar tranquilamente a Vanesa.

Narra Vanesa

La llamada de Ana me hizo despertar de golpe. No había sido una paranoia mía, nos habían hecho fotos en la puerta del hospital. Lo que no entendía es cómo podía saber un periodista del corazón que estábamos allí, casi nadie lo sabía. Y por lo que me había dicho Ana, las fotos eran profesionales y saldrían en menos de una semana, el próximo miércoles.

Ahora mismo sentía pánico, no me gustaba en absoluto la idea de que publicaran mi vida privada en una revista. Que la gente empezara a hablar sobre nosotras, en la revista, en redes, en programas de corazón. Pero tampoco sabía cómo arreglarlo. Y eso me cabreaba, me cabreaba mucho.