Operación Lucas: madre número 2

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Narra Mónica

- No me digas que estás nerviosa -

- Un poco sí, la verdad. Me siento como una adolescente que va a casa de sus padres a presentarles a su novio por primera vez -

Vanesa me miraba de reojo muy divertida mientras conducía.

- Añádele a esa adolescente un embarazo, cambia al novio por una novia, y ya lo tendríamos - dijo entre risas.

- A los que me muero por contárselo son a mis sobrinos. Ya verás, se van a poner locos de contentos - dije ilusionada.

- ¿Y no crees que Álex quizás pueda sentir algo de celos? - Vane se giró un momento para mirarme - Él siempre ha sido tu ojito derecho, el hombre de tu vida, y ahora llega Lucas a quitarle el reinado -

- Pues no lo había pensado pero sí, puede que tengas razón - me quede un rato pensativa.

- No te preocupes - dijo cogiéndome la mano y sonriendo - en un par de años lo meto en mi banda y se le quitan todos los males -

- ¿En tu banda? Ni en sueños, Martín. Que menuda panda de sinvergüenzas están hechos. A mi Álex no me lo perviertes -

- ¿Cómo que sinvergüenzas? - dijo ofendida llevándose la mano al pecho - no pueden ser más buenos mis chicos... -

- Aunque con la líder que tienen tampoco me extraña. Menudo peligro debías ser tú hace unos años con tanta groupie comiendo de tu mano... - la miré achicando los ojos.

- ¡Uy! y si solo fuera eso lo que querían comerme... - exclamó soltando una carcajada de las suyas.

- ¡Vane! - grité dándole un pellizco en el brazo. La barriga ya había quedado descartada.

Ella se moría de la risa.

- No me distraigas que al final tendremos un accidente - dijo intentando ponerse seria pero fracasando estrepitosamente.

- Algún día te pediré que me cuentes historias de tu época loca, aunque no sé si tendré que pedir el divorcio al acabar de oírlas -

- Tampoco te creas que da para muchas historias. La verdad es que nunca he entendido por qué tengo esa fama, y después de conocer tu historial mi trayectoria sexual deja bastante que desear...

- ¡Oye! -

- Mónica que te saco tu lista - me amenazó con el dedo riendo y haciendo que desistiera de seguir discutiendo.

- Pero yo al menos no me acostaba con las fans -

- Yo tampoco, no te creas - la miré levantando las cejas - bueno, alguna que otra vez he caído, pero nada comparado con mis músicos -

- ¡¿Lo ves?! A mi Álex lo mantienes alejado de ese mundo - dije dando por finalizada la conversación.

Vanesa siguió una hora más conduciendo. Habíamos salido a media tarde de Málaga para llegar antes de que anocheciera, pero con todas las paradas para ir al baño que necesitaba Vanesa ya estaba empezando a oscurecer y aún faltaba una hora para llegar a Elche.

- Tengo que parar, Mónica - dijo Vanesa saliendo de la carretera y adentrándose en una estación de servicio. Pero en vez de aparcar en el parking al lado de la gasolinera, continuó un poco más hasta parar en una zona más apartada y solitaria.

- Vane, te has pasado la estación de servicio - dije mirando hacia atrás.

- No tengo ninguna intención de ir allí -

Me giré y ahí estaba ella, desabrochándose el cinturón de seguridad y mirándome con esa sonrisa que siempre me traía problemas.

- Ni se te ocurra - le dije riendo, pero ahora era yo la que la amenazaba señalándola con mi dedo índice.

Menuda historia la nuestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora