La voz: parte 1

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Narra Mónica

- Se me nota, Mónica -

- No se te nota en absoluto, no me seas dramas -

Esta noche empezaban los directos de la Voz y Vanesa estaba obsesionada con el hecho de que se le notaba la barriga. Llevaba más de cinco minutos delante del espejo de la habitación en ropa interior mientras yo la miraba divertida desde la cama.

- Pero mírame de perfil, claramente se ve que es una barriga de embarazada -

- Vane, estás de poco más de tres meses. No se te nota aún -

Ella seguía mirándose al espejo, nada convencida.

- De todas maneras, tendremos que hacerlo público tarde o temprano, ¿no? - le dije mientras iba hacia ella y la abrazaba por la espalda, colocando mis manos sobre su barriga y mi cabeza apoyada en su hombro - no podrás ocultarlo mucho más -

Le di un beso en el cuello, cuando se enfurruñaba estaba muy sexy.

Se giró hacia mí y me miró.

- Me voy a poner gorda -

- Lo sé -

- Muy gorda -

- Eso suele pasar en los embarazos, sí - le dije divertida.

- No te rías de mí -

- No me río de ti, Vane - le dije ahora de forma más cariñosa y acercándome para darle un suave beso en los labios.

- ¿Y si cuando me ponga gorda no te gusto? - me seguía mirando preocupada.

- Cada día que pasa te encuentro más y más atractiva. Creo que ahora voy a ser yo la que empiece a pedir códigos vanesos a todas horas - dije intentando no reír.

Me miraba achicando los ojos, mis palabras no le acababan de convencer.

- Ahora en serio, Vane - dije volviendo a poner mis manos y la mirada en su barriga - me volvías loca con tu cuerpo de antes, me vuelves loca con tu cuerpo de ahora y me seguirás volviendo loca cuando no te puedas ver los pies -

- ¡Entonces sí que se me nota! -

- ¡Vanesa! - dije muerta de la risa.

Cogí su cara con las dos manos y le di un beso intenso.

- No se te nota y nadie podría aún adivinar que estás embarazada si no se lo decimos. Pero como te preocupa tanto, vamos a hacer una cosa. Hoy y mañana te centras en los programas, y el viernes lo hacemos público. Llamamos a Ana y entre las tres decidimos cuál es la mejor manera de hacerlo. ¿Te parece? -

Ella me miró durante unos instantes, muy pensativa, hasta que por fin sonrió.

- Me parece. El viernes lo hacemos público -

Le di otro beso - Pues ya está -

Ella sonrió de nuevo y yo bajé la mirada para volver a observar su cuerpo.

- Qué descarada eres, Carrillo - dijo al ver que me quedaba muy ensimismada mirando sus pechos.

- Te están creciendo más rápido que la barriga - dije sin poder disimular una enorme sonrisa.

Ella soltó una carcajada y me acercó aún más a su cuerpo.

- ¿Código Vaneso? - preguntó riendo.

- Código Vaneso - respondí empujándola hasta la cama.

No había mentido. Me tenía loca.

Narra Vanesa

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