🎭Capítulo 56 - Perdidos🎭

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Lizzy White.

— Al final resultaste ser una mas ¿no? — Murmura el magnate mirándome con frialdad, su tono me mata pero sus palabras me sepultan — una zorra más... Leyna tenía razón...— mis ojos se abren como platos por la sorpresa porque jamás creí que Kai fuera capaz de decir algo como eso.

Sin darme tiempo de responderle se gira sobre sí mismo y se larga como alma que lleva el diablo llevándose con él toda mi fortaleza, mi convicción y si mi ganas de seguir. Me quedo de pie pegada a la pared procesando sus palabras, sintiendo aun como sus labios queman mi piel y sus manos adoran mi cuerpo, poco a poco me voy deslizando por ella y para cuando mi culo toca el suelo ya soy un mar de lágrimas.

Pego mis rodillas a mi pecho y las rodeo con mis manos con fuerza mientras dejo salir todo el dolor, la despescarían y toda la frustración acumulada en estas dos semanas de mierda que han sido las más horribles de mi vida, lloro sin poder contenerme, sin poder si quiera limpiar la lagrimas porque no tengo la fuerza para moverme, todo se fue con él.

No sé cuánto tiempo pasa, pero la sala se va obscureciendo dejándome en absoluta oscuridad, la noche cae y con ella las ganas de dejar de existir comienzan hacerse presente, la ausencia de mi mama pega con fuerza y la necesidad de tener a alguien que me rodee y me diga que todo va a salir bien se hace aún más grande, entonces como si Dios y la virgen estuvieran de mi lado la puerta del departamento se abre.

— No me importa Ajax, ¿Quién coño te crees tú para venir a ser juez y verdugo? No tienes ni puta idea... — Winter espeta furiosa al teléfono y aunque quiero ver qué ocurre no puedo moverme — deja de pensar cinco segundos con la polla y analiza la maldita situación tanto decir que eres uno de los tres pilares del imperio Metzler y resulta que no eres más que otro imbécil con la polla grande y que folla como un jodido dios — las luces se encienden y Winter entra en mi campo de visión, luce cabreada hasta la mierda y aunque me hago una idea de la razón de la discusión no digo nada hasta que sus ojos se topan con los míos y estos se abren como platos — ay mierda Elizabeth — suelta preocupada caminando deprisa hacia mí.

Deja el teléfono en el suelo y me abraza con fuerza, en ese instante termino de romperme, un sollozo audible sale de mi garganta y desesperada sintiendo que el dolor atraviesa mi pecho me cuelgo del cuello de mi mejor amiga y lloro con la misma desesperación con que llore a mi madre cuando murió. Porque justo como me sentí ese día, perdida, sola y sin saber que carajos hacer con mi vida, justo así me siento ahora.

— Ay no, no, no Lizzy ¿Qué paso? — pregunta angustiada apoyando sus rodillas en el suelo.

Cuando intenta liberarme para verme me aferro más alla y la escucho respirar profundo, se sienta con cuidado de tumbarnos al suelo y me abraza con fuerza.

— Tranquila ya estoy aquí...— murmura con voz triste mientras acaricia mi espalda can calidez.

No sé cuánto tiempo paso llorando abrazada a Winter pero para cuando nos separamos tengo entumecidos los brazos y las piernas me duelen una barbaridad.

— ¿qué paso? — pregunta colocando un mechos de mi cabello detrás de mi oreja.

— Estuvo aquí...— murmuro en un hilo de voz ronca

— ¿El magnate? — pregunta sorprendida y asiento, sus ojos se abren como platos y se da un golpe en la frente como cayendo en la cuenta de algo — mierda las invitaciones llegaban hoy — asiento una vez más y ella suspira — ¿tan mal estuvo? — indaga con curiosidad y asiento

— Fue terrible...— sorbo mi nariz mientras ella me ve con pesar 

— dime que el idiota no te hizo sentir aun peor porque juro por dios que mañana le destrozo el puto auto...— sonrió sin ganas porque Winter es capaz de hacerlo — ¿Qué te dijo? — pregunta después de unos segundos.

Slave Game ©️ (+21) #SagaGames 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora