🎭Capítulo 43 - Peligro 🎭

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Kai Metzler.

Nunca en mi vida me había sentido de esta manera, ni siquiera con el incidente me había sentido así de frustrado, si había culpa y miedo en ese momento y sentí muchísima frustración después que todo termino. Pero esto lo supera y de una forma tan abrumadora que mierda me desespera sentirme así y no puedo creer que todo se deba a la jodida periodista que me llamo idiota delante de todo el mundo, puso en duda mi credibilidad y además ha jodido mi tranquilidad de maneras...

— Mierda...— murmuro frustrado dando un golpe al panel de vidrio.

Estoy en la mansión desde hace casi tres horas sin poder conciliar el sueño, sin poder dejar de pensar en ella. Por ilógico que parezca, esta noche pudo haber sido una puta delicia y no lo fue, gracias a ella. La chica del antifaz negro estaba exquisita esta noche, ese vestido era una locura y verla jadear y gemir como lo hizo habría sido perfecto, de no haberme recordado tanto a la periodista. Esta mujer está jodiendo no solo mi cordura sino todas las putas cosas que suelen relajarme.

Ni siquiera estar de pie contemplando la espectacular vista que tengo desde la mansión puede relajarme —algo que suele despejarme mucho—. Doy un sorbo al sexto trago de whisky que bebo desde que llegue del club, sintiendo que es demasiado pero en algo tengo que ocupar mis manos o intentar nublar mi mente. No puedo sacarla de mi cabeza, ni dejar de pensar que esta con el idiota del abogado haciendo dios sabe qué.

Paso una de mis manos por mi cabello y suspiro, camino de regreso a mi cama y me siento en el borde, después que salí de la sala, ni siquiera espere a los demás, termine de vestirme y me largue sin despedirme de ninguno, Ajax y Volker estuvieron llamándome pero no quiero hablar con nadie, con la única que quiero hablar es con ella y es demasiado tarde para llamarla. Aunque podría hacerlo y dejarla en evidencia con el idiota ese, pero sería jugar sucio y bajo. Algo que no voy hacer.

Trago duro y respiro profundo controlándome, no entiendo porque demonios me siento tan cabreado, tan furioso con ella, joder si quiero que deje al imbécil ese tiene que hablar con él ¿no? pero imaginármela junto a él respirando el mismo aire me enferma. Comienzo a reír sin ganas cuando concientizo la magnitud de mi pensamiento, esto es enfermo, estos celos y esta sensación es lo enfermizo, no ella respirando el mismo aire que él.

Me pongo en pie una vez más y camino por mi habitación como un puto león enjaulado, con ganas de golpear cosas, podría bajar y golpear un rato el saco, pero no es el saco lo que quiero golpear, es la cara del idiota ese, ¿rosas? Que imbécil le envía rosas a una mujer en pleno siglo 21, se puede ser más creativo en la vida y a una mujer como Elizabeth las rosas le quedan pequeñas. No, una mujer como ella hay que saber dejarla con la boca abierta o mejor aún sin saber que decir y eso no lo hace un puto ramo de rosas.

Entonces no entiendo porque demonios me enfureció tanto saber que él se las había enviando. Pierdo mis manos en mi cabello y tiro de él, sintiéndome cada vez más ansioso, esto es malo, no puedo dejar que la ansiedad me gane, miro al techo y respiro profundo un par de veces. Una ducha, una puta ducha fría puede que me ayude. Entonces camino al cuarto de baño y en cuanto entro recuerdo lo que hizo Leyna.

¿A que juega? No entiendo su comportamiento, ofrecerse de esa manera no es algo de ella, no es algo que si quiera imagine que pudiera hacer en algún momento. Entro a la ducha y abro el agua dejándola caer, esta helada pero quizás es justo lo que necesito para enfriar mi cabeza. Entro debajo del agua y suelto una maldición entre dientes, mi cuerpo se tensa y mi piel se eriza al contacto, un estremecimiento me recorre pero me obligo a permanecer debajo del agua. Después de unos segundos, cierro el grifo y apoyo la frente en la pared.

Slave Game ©️ (+21) #SagaGames 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora