Esta es la historia de un magnate empresario, con una posición muy importante en el mundo tecnológico, es un pionero en el área, ademas es un visionario y por si fuera poco filantropo, ante la sociedad y el mundo entero este joven sexy e inteligent...
Recojo las carpetas que tengo desperdigadas por sobre el escritorio con los nervios de punta, es primera vez que hare algo como esto y aunque Volker me ha dicho que he hecho un trabajo increíble, los nervios pueden conmigo, porque Kai no sabe nada de esto y sé muy bien lo controlador que puede llegar a ser con su trabajo. Solo espero que no cabree y se ponga pesado porque no pienso dejarlo hacer a un lado todo mi esfuerzo y horas de trabajo.
Respiro profundo tomando mi bolso, las carpetas y mi celular, pongo en reposo el ordenador y me dispongo a salir de mi oficina en el Lux, cuando alcanzo la puerta esta se abre mucho antes que pueda alcanzarla y como cada jodida vez que este hombre se aparece delante de mi sin esperarlo quedo de piedra. Kai entra a la oficina con expresión seria, cierra la puerta detrás de sí y pasa el pestillo.
Joder Kai no es el momento para jugar.
— ¿Lista? — pregunta repasando mi cuerpo con esa mirada lujuriosa que me pone.
Desde que me vio llegar al Lux hace un rato me ha mirado de la mismo puta manera, calentándome y haciéndome sentir miles de cosas.
— Si, lista...— sus ojos se detienen en el escote de mis pechos, relamiendo sus labios.
— Estas hermosa...— sonrío de lado y asiento.
— Gracias señor Metzler...— hago una pausa y doy un paso en su dirección atraída por el magnetismo que desprende su cuerpo — la reunión es en 45 minutos ¿no? — sus manos rodean mi cintura y me pega a él, su polla choca contra mi vientre y jadeo.
— En una hora...— responde con voz ronca.
— ¿Ajax y Volker tienen todo listo? — asiente, para luego perder su rostro en la curvatura de mi cuello, donde respira profundo y exhala erizando mi piel.
Permanece allí unos segundos antes de dejar un beso sobre mi piel, que por supuesto alborota aún más mis acaloradas hormonas. Luego desliza una de sus manos hasta mi culo y lo aprieta ligeramente.
— Este enterizo me está matando Elizabeth... debería ser ilegal para ti vestir así un día laboral...— murmura buscando mis ojos y rio.
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— Si no es ilegal para Colette o Ginger venir con esos vestidos ¿por qué iba a ser ilegal para mí usar esto? — pregunto incrédulo porque últimamente esas dos están viniendo con vestidos que dejan tan poco a la imaginación que me sorprende si quiera que se sigan viendo profesionales.
— Por varias razones, la principal ellas no causan el efecto que tu causas en mi...— rosa su nariz en mi mejilla y respira profundo — y ninguna me hacen sentir lo que siento por ti — deposita un beso cálido sobre mi mejilla y me libera soltando un suspiro — debemos irnos...— murmura sin mirarme girándose para salir.
— Kai...— lo detengo y me acerco a él, tomando las solapas de su elegante y bonito traje, sonrío antes de estrellar mis labios con los suyos.
