Kai Metzler.
El camino de la mansión hasta el departamento se me hace una puta eternidad, después de la imagen que me envió la periodista usando mi camisa acostada en la cama, no he podido hacer otra cosa más que fantasear con tenerla en cuanto posición se me ocurra, joder esa mujer despierta cada uno de mis más bajos instintos. Intento acomodar mi endurecida polla dentro de mi pantalón inútilmente para que deje de molestar.
Pero sé que es obvio que no pasara, no hasta que este acomodado entre sus piernas clavándome con fuerza en su coño perdiendo la vida y la razón en ella, respiro profundo y paso mis manos por mi rostro.
— ¿Está bien señor? — pregunta Alfred con una sonrisa cómplice.
Desde que subí al auto Alfred ha estado actuando extraño, es como si supiera algo que yo no sé, lo que me hace pensar que Elizabeth hizo algo y él está al tanto, pero no quiero ser imprudente y arruinar lo que sea que ha preparado además respeto el silencio de Alfred, si ha decidido apoyarla en esto es porque sencillamente la aprobó y aunque suene tonto darle tanta importancia a la opinión de un simple chofer debo decir que este hombre es más que un chofer, razón por la que permanezco tan tranquilo.
— Si todo en orden...— respondo mirando por la ventana tratando de alejar de mi cabeza la imagen de la periodista desnuda en cuatro sobre mi cama.
Aunque es un vano intento porque sencillamente no puedo hacerlo, no después de lo que hablamos esta mañana, no después de saber que está dispuesta darme ese delicioso y hermoso culo que tiene, trago duro con solo imaginarme dentro de ella, humedezco mis labios y echo la cabeza atrás impaciente por llegar y verla, por besarla.
Mierda nunca había sentido tantas ansias de follar a una mujer como las que siento con Elizabeth, es algo tan extraño que no lo logro entenderlo, cierro mis ojos y respiro profundo tratando de controlar mis ansias, entonces recuerdo que tengo una forma muy entretenida de no ser el único que "sufre" tomo el teléfono y entro a la aplicación del dispositivo y activo la opción de remoto. Sonrió después de unos segundos cuando me pide la clave para ingresar al control remoto del mismo, la introduzco y sonrió cuando se despliega el panel de opciones.
Miro por la ventana para ver qué tan cerca estamos de llegar y muerdo mi labio satisfecho al notar que estamos a solo un par de cuadras, activo el pulso y lo coloco al 6 % solo un poco más de lo que utilice cuando estaba conmigo en el auto y no puedo evitar reír pensando en su reacción y su expresión, abro la opción que me permite regular el pulso y darle un ritmo, escojo el ritmo intermitente cada cinco segundos.
Alfred gira a la derecha y la puedo ver parte de la fachada de la mansión, me remuevo ansioso en el asiento porque estoy loco por ver su expresión, en cuanto el auto se detiene frente a la mansión, agradezco a Alfred con un ligero asentimiento y bajo del auto, camino por el amplio patio interno de la mansión hasta alcanzar la puerta principal donde para mi desgracia esta Kriss de pie hablando con uno de los hombres de seguridad.
Al verlo mi ceño se frunce porque tienen la orden de no dejarse ver ni en la misión ni en el perímetro.
— Hola Kriss, ¿todo en orden? — al verme la mujer se sorprende y asiente ligeramente dedicándole una mirada al mastodonte que esta frente a ella.
— Bruce, ¿qué pasa? — pregunto al sujeto al reconocerlo.
— Señor, buenas noches...— me saluda y mira sobre mi hombro en ese momento lo imito y veo acercarse a tres más de sus hombres.
Mi cuerpo se tensa y de inmediato pienso en Elizabeth y la advertencia hecha por Luther.
— ¿Qué pasa? — pregunto sintiendo como la preocupación se abre paso en mi pecho.
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Slave Game ©️ (+21) #SagaGames 1
RomanceEsta es la historia de un magnate empresario, con una posición muy importante en el mundo tecnológico, es un pionero en el área, ademas es un visionario y por si fuera poco filantropo, ante la sociedad y el mundo entero este joven sexy e inteligent...