🎭Capítulo 38 - NDV 🎭

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Maratón 9/10


Kai Metzler.

Elizabeth permanece de pie frente a mí, con sus brazos rodeando su torso, su expresión ceñuda me dice que esta rebanándose los sesos, solo que no se en que está pensando, dudo mucho que este preocupada por lo que vaya hacerle, le creí cuando dijo que confiaba en mí. Respiro profundo meditando la mejor forma de castigarla.

Si fuera por mí la ataría con cuerdas negras, para que resaltaran con su piel clara y la suspendiera en el aire mientras la azoto con un látigo, en serio lo que dijo más que cabrearme de alguna forma me dolió y me hizo desconfiar. Algo que no quería que ocurriera con ella, no después de todo lo que ha pasado entre nosotros, no después de la forma en que me siento con ella.

Tomo la otra corbata que saque y me acerco a ella, debo contenerme, las manos me pican por darle unos cuantos azotes, me inclino sobre su hombro e inhalo su fragancia, ella se estremece pero no se aparta, de hecho ladea su cuello dándome acceso a él, tentado por ella lo beso, suavemente mientras tomo sus muñecas y las llevo al frente de su cuerpo, la giro para que este frente a mí. Tiene los labios entreabiertos y las mejillas sonrosadas.

Comienzo atar sus manos, mientras me fijo una vez más en el dije que le he regalado y ahora cuelga de su cuello, la cadena es solo un complemento, lo realmente importante aquí es ese delicado, fino y único dije que reposa en medio de su pecho. Ha sido una de las mejores ideas que he tenido en mi vida, y jamás creí que terminaría haciendo algo como esto, teniendo en cuenta cuanto me gusta y disfruto del sexo jamás tuve la necesidad de pensar en algún aparato que me permitiera disfrutar aún mas. Uso juguetes sí, pero normalmente son los que están en el club y a veces uso mis corbatas, nada más.

Pero con Elizabeth no me bastaba pensar en las corbatas o en los juguetes sexuales tradicionales, con ella necesitaba algo único, nuevo, algo que nos definiera a ambos, algo que definiera lo que extraño que tenemos. Y así surgió esa idea, verlo en su pecho es la realización de un pensamiento que me estuvo torturando toda la semana. ¿Qué voy hacer con Elizabeth? —Mientras no conozca la respuesta esta ese dije— Esto no es solo sexo, esto no es solo follarla y ya, si todo se resumiera a eso sería demasiado sencillo, me he follado muchas más mujeres de las que si quiera puedo contar, pero ninguna me había hecho sentir así.

Con Elizabeth no solo pierdo el control tanto me gusta tener, que tanto disfruto y me pone tener, con ella todo se vuelve demasiado pasional, intenso y carnal. Me siento como un puto cavernícola cada que estoy con ella, que no puedo controlarme y solo quiero follarla duro, que sienta y sepa que es mía... respiro profundo llenándome con su aroma una vez más,... mía, esa palabra nunca la había utilizado con una mujer, porque no son objetos que puedes hacerte con ellos y hacerlas de tu propiedad.

Pero ella —detallo su rostro parcialmente oculto por la corbata, roso sus labios con mi pulgar y en un gesto travieso apenas y saca su lengua para rosarlo, este es el tipo de cosas que me desesperan con ella— Elizabeth es diferente y no solo porque es jodidamente irritante, es espontanea, decidida y no tiene pelos en la lengua para decir lo que piensa o siente.

Tomo sus manos una vez termino de anudarlas, y sonrió de lado cuando inclina su cabeza e intenta ver lo que he hecho.

— ¿Estás bien? — Pregunto y ella solo asiente — bien nena, quiero que sigas mis indicaciones ¿de acuerdo? — su ceño vuelve a fruncirse, humedece sus labios y los abre para decir algo pero no la dejo.

Tomo su boca con necesidad hay pequeños gesto que me fascina que los haga, humedecer sus labios es uno de ellos, morderlos también pero humedecerlos tiene un efecto directo en mi polla y mi autocontrol. Cuando libero su boca está jadeando, al igual que yo, no sé si este castigo es para ella o para mí, porque estoy muriéndome por mandar a la mierda el puto castigo y follarla ahora mismo.

Slave Game ©️ (+21) #SagaGames 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora