🎶CIENTO CUARENTA Y SEIS🎶

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Emmaline y yo tocamos dos melodias más, la de nuestro primer dueto y la versión clásica de la que sería su canción para su primer baile. En esta última, poco a poco los invitados se unieron al baile lento, hasta que la mayoría ya estaba en la pista de baile y al acabar la música no dejaron de aplaudir.

Agradecimos los aplausos y volvimos a la casa a guardar mi violin antes de unirnos al festejo.

-y pensar que casi no ensayamos- comento Emmaline emocionada, estaba de pie frente a mi.

Terminé de guardar mi violin y lo dejé en el lugar de antes.

-nunca necesitamos ensayar demasiado para que quedara bien -le recordé sonriente.

-una vez si - me recordó ella.

-esa no debería contar.

-pero lo hace y con justa razón, realmente sonabamos pésimos.

-igual logramos sacar la pieza.

-si, eso sí.

No estaba enfadada, al contrario, parecía no ser capaz de controlar su emoción. Le sonrei, le tomé la mano y salimos juntos de la casa. En la pista todo el mundo baila algo que curiosamente llamaban salsa (generó de música que no faltaba en ninguna fiesta mexicana), era curioso ver tanto movimiento de pies, las mujeres giraban cada tanto y aunque era poco espacio nunca chocaban entre sí.

-¡Lei, Emmaline! - nos llamó Isobel desde nuestra mesa.

Nos acercamos y ocupamos nuestros lugares, todos en la mesa nos miraban fascinados y era incómodo.

-esa presentación, ¿por cuánto tiempo la prepararon? - se apresuró a preguntar Dupont, estaba realmente sorprendida.

-ciertamente, desde que el doctor dijo que podía volver a tocar -confesó Emmaline.

Era cierto, el mismo día en que le dijeron que ya podía tocar de nuevo, se sentí en mi piano y no de movió de allí hasta que no le salió la más básica melodia. Se había forzado mucho y hasta cierto punto me preocupo que se lastimara, pero ella parecía sentirme mejor que nunca a cada roce de las teclas con sus dedos.

-¡eso ha sido hace un mes! -comentó Isobel alarmada.

-entonces quizá fue menos, quizá 2 semanas - corregí despreocupado.

-¡imposible!, esa melodia tenía una estructura compleja y los cambios en el tempo eran muy arriesgados para haber sido ensayados en poco tiempo -analizó Bennett.

-ciertamente, no podía esperar menos del dúo estrella -confeso confiado Alaric.

De todos, Alaric era el que sabía bien las capacidades que teníamos Emmaline y yo a la hora de interpretar una canción, no era de sorprenderse que el no estuviera confundido por la hazaña.

Los profesores se enfrascaran en una discusión sobre que era o no posible en nuestra interpretación. Los Wang estaban encantados de por fin presenciar una de nuestras interpretaciones e Isobel les presumía las que ella pudo oír.

-dúo estrella, ¿eh? - comentó Ximen divertido.

-ni yo sabía que nos llamaban así- confesé abrumado, escuchaba las 3 conversaciones a la vez y no quería estar involucrado en ninguna la verdad.

-les queda el nombre, sus duetos siempre son superiores a cualquier interpretación -reconocio Meizuo, había ido solo puesto que Alisa había tenido que volver a Rusia a una presentación.

-que amables, pero creo que exageran - intervino Emmaline, estaba muy apenada.

-nosotros jamás exageramos- comentó Ah Si ofendido.

Ninguna de las conversaciones me estaba funcionando, por suerte el dj detuvo la música y llamó la atención de todos. Ya estaba oscurecido, eran casi las 11 de la noche pero la fiesta parecía estar apenas comenzando.

-damas y caballeros, ha llegado la hora del candente momento de el despojo de la liga de la novia -habló el Dj con el tono característico que tienen.

-¿qué cosa? - pregunto confundida Emmaline.

Su pregunta quedó resuelta cuando, dos meseros acomodaron dos sillas al centro de la ya despejada pista de baile.

-le pedimos a la novia, pase y tome asiento en el trono para que disfrute el show - siguió diciendo el Dj.

Los invitados se volvieron locos y silbaron, gritaron, aplaudieron y quienes estaban cercas de Julieta la empujaron a la pista. Ella parecía avergonzada pero igual hizo lo que le pidieron.

-¡ahora que pase el novio! - llamó el Dj.

Los amigos de Alexander lo empujaron y este entre risas se cubrió el rostro con las manos.

-suegros perdónenme - dijo en voz alta haciendo que todos rieran.

Mi mesa no parecía entender nada de lo que pasaba, la única que entendía el español era Isobel, Nathaniel y Emmaline, pero estaban tan confundidos que no podían ni traducirnos lo que él Dj decía.

-llegó la hora, Alexander veamos que tan bien logras quitarle la liga a tu esposa - bromeó el Dj, coloco una canción que si no me equivocaba era del género llamado reggeton.

Alexander miró a sus padres y los de Emmaline, estaban riendo y animandolo a bailar. Entre risas nerviosas comenzó a hacerle una baile sexi a Julieta. ¡¿Qué demonios pasaba?!

-es una tradición - dijo alguien, detrás de nosotros, por encima del ruido.

Era Verónica, parecía estar tratando de ver que sucedía pero aún era demasiado baja para alcanzar a ver todo y era mejor así.

-el novio tiene que bailarle a la novia antes de poder quitarle la liga - siguió explicando mientras se ponía de puntillas- la liga es una decoración que lleva la novia en la pierna y que más tarde el novio lanza a todos los invitados hombres, es algo así como el lanzamiento del ramo.

-¿es necesario hacerlo? - pregunto Emmaline sorprendida.

-en realidad no, muchos ya no lo hacen de hecho, a menos que los padres sean muy liberales respecto al tema (ya saben por el baile y eso) o que les guste el relajo a los novios - confesó Verónica rindiendose.

-¿y cuál es el caso aquí? -siguió preguntando Emm.

-ambas, padres liberales y muy tradicionalistas junto con una pareja que vive de la diversión -respondió Verónica antes de irse a buscar suerte a otro lado.

Pará cuando volví a mirar a la pista de baile Alexander ya festejaba haber logrado su misión, en la mano derecha se encontraba un tipo listón de encaje blanco, esa debía ser la dichosa liga.

-parece que el novio hará un buen trabajo - bromeó el Dj, Julieta se hacía aire con una mano mientras se levantaban y se alejaba - ahora, que todos los hombres pasen a la pista, veamos quien será el afortunado en atrapar la liga.

Todos los invitados hombres interesados en participar en ello, se pusieron de pie y se acomodaron emocionados en la pista. Alexander bromeó un par de veces con haberlo lanzado ya, pero al final siempre resultaba un engaño, hasta que por fin lanzó la liga por los aires. Por un segundo, todos se quedaron quietos siguiendo la liga y luego en cámara lenta todos intentaban atraparla, pero nadie la alcanzaba. Nadie excepto...

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora