Tal como se planeo, dejamos mi violin y salimos a las tranquilas calles de París. Mientras salíamos del campus, los cuchicheos habituales se centraron en la chica nueva que caminaba con nosotros. "Debe ser conocida de ellos", "seguro también es rica y superficial", "¿será modelo como la novia del asiático?", "oí que estará en el grupo especial, ese que lo conforman los ricos", "ni talento ha de tener".
-hogar, dulce hogar - susurro para si misma Emmaline.
Al parecer había escuchado lo mismo que yo, pero prefirió no reaccionar. Era extraño, no había dudado por un segundo decirme lo que pensaba pero se contenía con los demás y sus rumores.
Al final, salir del campus el resto de la tarde fue buena idea, yo trataba de estar lo menos posible ahí y alejarme de vez en cuando era bueno.
Volvimos a las 9 a la academia, Alexander y Julieta se quedaban en dos pisos más arriba de mi, y para mi sorpresa Emmaline se quedaba en mi piso, en los cuartos de las derecha, justo frente a mi.
Una vez en mi habitación me deje caer sobre la cama y suspiré cansado. Ocultar la curiosidad y evitar divertirme completamente en presencia de un desconocido era agotador.
Me hice de fuerzas para cambiarme a pijama, meterme a la cama y programar la alarma para el día siguiente. Pero no podía dormir, aún con lo cansado que estaba, di vueltas en la cama por horas, hasta que por fin pude dormir.
Tenía una vista hermosa de un lugar que no reconocí, sabía que estaba con alguien, de fondo la melodia de siempre se repetía.
Estaba tranquilo.
-podrás fingir con todo el mundo, pero yo se quien eres. - la oía decir - tu sabes quien soy y con eso debe bastarnos.
La alarma me hizo dar un brinco, eran las 5 am y solo había dormido 4 horas. Con ganas de seguir durmiendo, me di una ducha y me arregle para el día. Antes de salir tome el violin y mi teléfono. En el pasillo solo encontré a un par de chicos más, o era muy temprano o era muy tarde.
En el comedor, tomé mi bandeja de comida y me senté donde vi que estaba Julieta.
-buenos días - salude evitando un bostezo.
-te ves terrible, ¿qué no dormiste? - pregunto preocupada.
-algo así - respondí dejando el violin de lado.
A los pocos minutos se nos unió Alexander, más despierto que Julieta y yo juntos.
-¡buenos días! ¿Listos para el primer día? - pregunto animadamente.
Me limite a mirarlo unos segundos y después volví a mi desayuno.
-veo que no - se respondió a sí mismo.
-amor, adoro tu entusiasmo pero es muy temprano - salió Julieta al rescate.
-cierto, pero hoy es día de práctica -ciento emocionado.
Las prácticas grupales sería entre mismos instrumentos, así que yo estaría con los violines, Julieta con el oboe y Alexander con el arpa.
-¿terminan a la 1? - pregunté.
-si, pero tenemos clase de 3 a 5 de nuestra asignatura extra -respondió Julieta.
Ambos aun llevaban una clase partícular sobre sus instrumentos, la cual yo había concluido en Ming De.
-bueno los veré para la comida - dije.
Cuando faltaban 15 minutos para que iniciará la clase nos dirigimos a los salones de práctica. Aún faltaban 5 minutos para mi clase, los aproveche para afinar mi instrumento mientras veía a los de más violinistas charlar entre ellos aún con el violin en sus estuches.
5 minutos despues de la hora, el profesor Leblanc, entró. Yo estaba sentado en el banquillo del piano tranquilamente.
-bien, soy el profesor Leblanc - dijo apenas entró, miró al salón detenidamente.
Yo seguí el recorrido de su mirada, todos se encontraban exactamente como 10 minutos atrás.
-veo que este año solo me dieron un alumno digno de mi enseñanza - comentó decepcionado - cada clase llegare 5 minutos después de la hora, en los que espero que tengan la iniciativa de tomar sus instrumentos y afirnarlos.
>>si llego y no están preparados, ni se molesten en seguir viviendo a clase - hizo una pausa en la que todos se miraron asustados y yo sonreí. - ahora tienen 5 minutos para prepárese y no se pongan cómodos, yo asignó los lugares según los ganen. - volvió a detenerse, se cruzó de brazos - ¡y que esperan!
Todos al oír su grito se pusieron de pie y buscaron como afinar su instrumento, pero nadie se acercó al piano más que el profesor.
-joven Lei, que bueno tenerlo de nuevo - me saludo el profesor.
-lo mismo digo, me alegro que no haya cambiado su método de enseñanza - le respondí con una sonrisa.
-ah ya sabe, entre más firme sea, menos errores cometen - explicó encogiendose de hombros.
-y ¿cuento tiempo espera que tarden en descubrír el gran piano en el que estamos? - pregunté mirando cómo susurraban desesperados entre ellos.
La única forma posible de afinar el violin en este salón era con ayuda del piano, justo como yo la había hecho.
-bueno, llevan 3 minutos pensando - Leblanc miró su reloj y espero los últimos dos minutos.
Se puso de pie con un sonoro suspiro, yo reí y espere lo que se avecinaba.
-me sorprende que llegaran hasta aquí, sin saber siquiera como afinar su instrumento - comenzó a hablar - por sí no lo notaron, justo ahí hay un piano el cual ninguno se digno a mirar.
>> ahora, sin importar el daño que pueda sufrir su violin, interpretarán una pieza para ganarse su lugar - subió la voz con forme siguió hablando-- quién no este a la altura del curso, tendrá que marcharse. ¿Entendieron?
-si, profesor - respondieron todos al unísono.
La música no es tan fácil como todos creen.
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EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei)
FanfictionAh Si al final se caso con Shancai, Ximen tiene Xiaoyou y Meizuo espera a su chica indicada. Pero, ¿qué pasa con Huaze Lei? ¿Jing volverá? El corazón de Huaze Lei toca una melodia perfectamente incompleta, que con el tiempo se podrá terminar. . . ...