🎶CUARENTA Y UNO🎶

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No fue hasta que llegamos a la casa y Barnaby nos dejó en la puerta en que le volví a preguntar.

-¿qué pasó?

Aún no entrábamos a la casa pero mi chófer ya se había ido y sabía que todos dormían dentro. Me arrebato las llaves y abrió, para después entrar y subir furiosa las escaleras.

La alcance y la arrastre hasta mi habitación, de nuevo por impulso.

-¿seguirás molesta conmigo?¿Qué hice mal? - le pregunté subiendo un poco la voz.

-¿ahora me alzarás la voz? - pregunto cruzandose de brazos.

Me había parado entre la puerta y ella para evitar que se fuera como lo había hecho en el restaurante.

-¿seguiras sin decir que paso? - le insistí.

-¿de verdad no lo sabes o solo finges? No sería la primera vez que lo hicieras - respondió y de igual forma comenzó a subir la voz - aunque está noche parece ser lo que falta, primero miras a esas chicas, luego ellas planeaban coquetearte y tu venias escuchando sin decir nada.

>>¿y ahora finges no saber nada? - me trató de mover - eres un tonto, pero lo soy más por creer que de verdad eras diferente conmigo - los ojos se le llenaron de lágrimas - ¿siempre haces lo mismo? Enamoras chicas, les demuestras afecto y después las botas, ¿es una especie de juego?

Ya entendía, sonreí ampliamente intentando no reír, ¿ese era todo el problema?

-qué cretino, ¿ahora te reiras en mi cara? - añadió.

-a caso, ¿estas celosa? - pregunté sin dejar de reír.

-¿qué? Por supuesto que no,- de apresuró a negar y volvió a explicar-esas chicas no eran nada pero no paraban de decir tonterías, y no decías nada.

-juraría que eso han sido celos- le repetí.

Siguió negando, sus ojos dejaron de estar llorosos, yo seguí insistiendo.

-¡esta bien! Lo admito - confesó después de varios minutos - si, si estaba celosa, lo sigo estando.

Sonreí satisfecho, la tomé de los costados y me agache un poco para quedar a su altura, así sin tacones era más pequeña que yo.

-punto número uno: no se hablar galés, solo inglés, francés y chino - comencé a explicarle. - número dos: ni siquiera mire a esas chicas, si no lo hubieras mencionado no me habría dado cuenta de ellas.

>>número tres: no estoy fingiendo, ni es una especie de broma o plan maligno - continúe enumerando - odio a los tipos que solo juegan con las mujeres - le aclare- y número cuatro y más importante: solo tengo ojos para ti, Emm. Mientras tu mirabas y entendías a esas chicas, yo solo podía mirarte y pensar en que jamás había tenido una noche como esta, ni siquiera me había vestido así por nadie más que por ti. Como te lo dije en la cena, he hecho tantas cosas que no solía hacer, solo por ti, por mi única Emm...

Me acerque lentamente y la bese, si bien entendia lo sucedido, no sabía por qué había dudado de mis sentimientos por ella en primer lugar, yo no era como su padre y no pensaba serlo.

Me abrazo y me pidió perdón por desconfiar, le dije que no pasaba nada y que de hecho me había parecido divertido su escena de celos. Nos sentamos en la cama y hablamos por un buen rato, sin pensar en lo tarde que era ni boztezar una sola vez.

Al día siguiente, al despertar sentía acalambrado el brazo, mire y Emmaline dormía sobre el, dándome la espalda. Yo aún traía el traje y la abrazaba cómodamente. Me sobre salte, pero no me moví por no despertarla.

-¡oye, Lei! Haz visto a... - grito alguien abriendo la puerta de mi habitación, era Alexander.

Al oírlo hablar tanto Emmaline como yo, dimos un brinco en que ella terminó en el suelo y yo sentado a la orilla de la cama.

-ahí está - comentó Alexander sonríendo macabramente- veo que interrumpí, el desayuno está listo, bajen cuando acaben.

Terminó de hablar y volvió a cerrar la puerta, el sueño se me había ido por completo por el susto y el corazón me latía con fuerza.

-casi muero del susto - susurro Emmaline levantándose y frotando su pecho a la altura del corazón.

Nuestras miradas se encontraron pero ambos las desviamos al sentir el calor subir por nuestras mejillas.

-creo que...nos quedamos dormidos - dijo ella tartamudeando un poco- emm... Debería bajar primero.

Sin esperar respuesta, recogió su abrigo y salió de mi habitación tan pronto como pudo. Me deje caer en la cama y suspiré tratando de calmarme, al no funcionar me di una ducha rápida y me cambié para bajar a desayunar.

-¡Buenos días! - saludo siniestramente Alexander al verme llegar.

Lian, Yu y Julieta ya estaban sentados y miraron confundidos a Alexander. Poco después bajó Emmaline con el cabello húmedo y ropa limpia.

-¿qué tal la cena? - nos preguntó Lian pasado el rato.

Emmaline y yo nos miramos y volvimos a sonrojarnos. Contamos brevemente lo ocurrido, sin mencionar la escena de celos de Emm y nuestro pequeño momento vergonzoso al despertar. Los presentes se emocionaron pero no fue necesario darles detalles.

Después del desayuno, subí a mi habitación y me deje caer sobre la cama, tenía sueño y no quería ver a nadie, sobre todo a Alexander. Al acostarme, note un olor peculiar sobre mi almohada, era el perfume de Emmaline, se había quedado impregnado ahí. Sonreí sin pensar, recordando lo ocurrido.

Estaba apuntó de quedarme dormido cuando tocaron la puerta, era Julieta.

-¡quiero todos los detalles! - me dijo al entrar.

-pideselos a Emm - le respondí.

-ya lo hice, quiero tu versión - explico emocionada sentándose en mi cama - espera, ¿haz dicho Emm?

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora