🎶CIENTO VEINTISIETE🎶

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Después de empacar todo estábamos listos para partir. El viaje de vuelta fue como el de llegada, salvo por el hecho de que Nathaniel se aisló un poco pero siguió bebiendo. Emmaline lo miró enfadada y preocupada, él con ayuda de los lentes oscuros simplemente la ignoro.

Una de las razones por las que seguramente, Emm no había querido regresar era por su hermano, aunque no lo haya dicho o aceptado, la conocía bien, ni todo lo malo que el hubiera hecho o dicho evitaría que ella dejara de considerarlo como su hermano y tampoco le quitaría la preocupación.

Al llegar a Shangai, con pereza todos nos despedimos, necesitaríamos un día de descanso para continuar con nuestras rutinas al día siguiente.

-iremos a ver a Jing - anunció Ximen cuando logró alejarme de Emmaline.

-¿deberíamos decirle a Junior? - pregunto Meizuo.

-inténtelo, pero no creo que sea buena idea - les respondí antes de seguir a Emmaline a mi auto.

-¿ocurre algo? - pregunto ella cuando nos estábamos marchando.

-no, Ximen y Meizuo quieren asegurarse de que Jing haya llegado bien, irán a verla - confesé sin darle importancia.

-¿Nathaniel sabe? - fue lo único que preguntó preocupada.

-ellos le dirán, pero no creo que ponga interés - respondí.

-ojala dejara de preocuparse por nosotras - se lamento en voz baja.

No había nada que decir, así que solo le tomé la mano para que supiera que estaba con ella.

El viaje a casa fue más rápido de lo que espere, al llegar mi ama de llaves nos recibió emocionada por la presencia de Emm. Ella realmente tenía el talento de agradarle a las personas en todo momento.

El resto del día nos dedicamos a estar en cama solo disfrutando de la compañía del otro. Unicamente interrumpió el mensaje de Ximen:

Ximen: Jing volvió bien, de hecho se encuentra tan bien que da miedo...

Meizuo: sus padres no están muy contentos con ella, tratarán de forzar el matrimonio de ella y Junior.

Le mostré los mensajes de Emmaline y ella escondió el rostro en mi pecho, me abrazo con más fuerza, no sabía si estaba molesta o triste, pero la razón era la misma.

-no quiero preocuparme por eso hoy... - susurro.

Ciertamente ni yo quería seguir pensando en ello, solo quería disfrutar el tiempo que tenía con ella, era egoísta ese deseo pero igual, a veces hay que serlo un poco.

El día siguiente llegó más deprisa de lo que quise, a primera hora de la mañana tuve que levantarme para prepararme e ir a la oficina. Le deje una nota a Emmaline antes de irme de mala gana.

Una vez en la oficina, el abogado llegó 30 minutos después y no dejó de sacar papeles, explicar normativas, hablar sobre todo lo que se había acumulado los últimos días y de hacerme firmar los dichosos trámites de transferencia.

Tan pronto me libre del abogado, mi secretaria organizó una junta para la organización de la nueva etapa de la empresa.

-Señor Huaze... - llamó por quita vez en la mañana mi secretaria.

Al fin había logrado estar en mi oficina “en paz", estaba revisando las notas de Nathaniel en la planeación del acuerdo y realizaba las modificaciones que parecían necesarias.

-tiene una llamada de la señorita Shì Emmaline, ya le he pasado la llamada como ordenó - me dijo cuando le preste atención.

Había pedido que las únicas llamadas que me mandara directamente sin preguntar fueran las de Emmaline, a la secretaria le sorprendió el cambio, pues mi padre había dicho que sólo le pasarán aquellas de “urgencia". Haría muchos más cambios de los que creía.

-¿así que este es el nuevo Lei, al que tengo que llamar a la oficina?- saludo Emmaline divertida.

-lamentablemente si - dije con una mueca. - ¿Por qué no llamaste a mi teléfono?

-mi madre siempre marcaba a mi padre a la oficina porque decía que era más emocionante, quería comprobarlo por mi misma - respondió pensativa - le da un aire de formalidad, se siente como si saliera con un CEO exitoso como en los dramas.

-soy un CEO exitoso - le recordé ofendido.

-si, uno que pidio extrictamemte que su novia tuviera línea directa con el - reconoció ella en tono burlon. - señor CEO, ¿ya ha comido algo?

-no, pensaba comer contigo - respondí con una sonrisa en el rostro.

-buena respuesta, ¿donde nos vemos? - pregunto emocionada.

-mmm el chófer te llevara, llegará por ti en 20 minutos - le respondí.

-uff, si, ya se parece más a un drama, te veré en un rato -se despidió.

Termine lo que estaba revisando y después le dije a mi secretaria que me dejara libre el resto del día, después de comer con Emmaline, tendría que ir al edificio Shì.

15 minutos después, ya estaba en el restaurante esperando la llegada de Emm.

-creo que podría acostumbrarme a la vida aquí - dijo cuando llegó.

Sonreí al escucharlo, hasta el momento no había considerado hacer una vida en China o continuar la que había dejado aquí. Ambos ordenamos cuando la mesera se acercó.

-¿ya ha llegado el doctor? - le pregunté cuando nos servían.

-si, me ha dicho que puedo salir con normalidad, pero que de preferencia debo estar en reposo por lo menos dos semanas más -respondió sin dejar de mirar sus alimentos - me administrará unos medicamentos una vez al día, con esas bolsitas de suero que te conectan a las venas, me dará rehabilitación y la siguiente semana me mandara a hacer unos estudios.

-¿y después?

-no lo sé, espero que nada, que sea todo - sabía lo mucho que odiaba que la cuidaran o por lo menos cuando se trataba del médicos y tratamientos.

Nuestra conversación siguió en el tema un rato, después pasó a lo que habíamos hecho temprano y concluyó con lo que haríamos después.

Si, creo que podría acostumbrarme a esto: salir temprano al trabajo o desayunar con Emmaline, ir a la oficina, comer con Emmaline, practicar el violin o pasar tiempo con Emmaline, cenar y dormir con Emmaline. Era un buen plan, me gustaba ese plan con su monotonía y sobre todo porque era con Emmaline.

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora