🎶SETENTA Y SIETE🎶

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No soy supersticioso, pero preguntar “¿qué podría pasar?", es un claro reto para el universo.

Emmaline no llamó al llegar, solo envío un mensaje y fue el único en todo el fin de semana. Ni siquiera Julieta recibió algún otro mensaje de ella. De principio ambos tratamos de comprenderlo, pero cuanto más se acercó el lunes, el positivismo se agotó.

Llegó el domingo por la noche y lo único que recibí fue un mensaje suyo:

Emm: Lo siento, volveré el martes por la tarde. Te veo en la academia.

El mensaje me quito el hambre, pero Julieta me obligó a bajar a cenar. Apenas si pude conciliar el sueño después. Todo parecía estar bien, aunque yo seguía inquieto.

El lunes paso como de suponía debía pasar, tranquilo y con mucha pereza, todos conversaban de sus celebraciones y los profesores apenas si dieron clase como solía pasar durante la primera semana. Con el único que trabajé en forma, fue con Alaric, aún no terminábamos mi proyecto pero faltaba poco.

-puedo preguntar, la melodía, ¿tiene un propósito especial o es por la escuela? - me pregunto al final de la clase poco antes de la cena.

-un poco de ambas - confesé.

-supongo que el propósito especial es la señorita Shì - dedujo mi tutor con una sonrisa insinuante.

-¿tan obvio es? - pregunté sin preocupación alguna.

-cualquiera que los haya visto tocar juntos, sabrá de inmediato que tienen una conexión que va más allá de una nota ejecutada-respondió pensativo--me atrevo a decir que son el uno para el otro.

-no sabía que fuera tan sentimental - dije con una sonrisa sarcástica.

-las franceses y su romanticismo son muy contagiosos - respondió encogiendose de hombros - pero, eso no le quita veracidad a nada de lo que he dicho.

-siendo honestos, no es la primera vez que me lo dicen - coincidi.

No llevaba la cuenta, pero más de 5 personas me habían dicho lo mismo. Aunque, lo que más recordaba en este momento eran las palabras de Isobel.

-muy bien par de cabezas huecas, ninguno ha mencionado el hecho de que se acerca el 14 de febrero - dijo Julieta cuando llegó con su cena a la mesa.

Alexander y yo nos miramos confundidos por la aparente agresividad de Julieta.

-todo el mundo está hablando del correo de Cupido y de las serenatas angelicales - nos contó ella - y ustedes ni pío del tema.

-amor, ¿cómo estas tan segura de que no he planeado nada? - pregunto Alexander para tranquilizarla.

Yo estaba seguro de que se había olvidado de la fecha y creo que Julieta también lo sabía, pues su rostro siguió con expresión de reproche.

-vale, vale, no he hecho nada, aun tengo más de un mes - se disculpo su prometido.

-las serenatas tienen límite y no olvides tu aniversario la próxima semana - le recordé.

-ves, ni Lei lo olvido - le reclamo Julieta cruzandose de brazos.

-gracias, “amigo" - me dijo Alexander sarcástico.

-un placer - respondi divertido.

A decir verdad yo ya había preparado algo, Ximen y Meizuo me habían obligado prácticamente...

-y dime amigo mío, ¿ya haz preparado alguna cita? - pregunto Ximen.

-dime que no eres un fraude como Ah Si - bromeó Meizuo.

-¿qué yo que? - pregunto Ah Si a la defensiva.

Sonreí recordando lo que me habían contado de cuando Ah Si quería preparar una cita para Shancai.

-no, cambiemos el tema, realmente tengo curiosidad -dijo Ximen evitando el drama de Ah Si.

-si, ya tuvimos citas - dije sinceramente, no había porque mentirles.

-crecen tan rápido - dramatizo Ah Si.

-¿y luego? ¿Qué paso? ¿A dónde la llevaste? - exigió saber Meizuo.

Suspirando cansadamente les conté lo que había preparado y lo que había sucedido.

-¡vaya! Y pensar que con Shancai lo arruinaste - comentó Meizuo.

-fue a propósito - respondí.

-como fuese, creo que ahora tendrás altas expectativas que cumplir para San Valentín - comentó Ximen.

-¿San Valentín? - pregunté, realmente había visto a Julieta y Alexander celebrarlo pero jamás había pensado en aquello.

-si, el día de los enamorados, deberías planear algo que supere la cena -explico Meizuo.

-en definitiva, creo que...

Y así comencé a planear o mas bien escuchar las ideas de los expertos en “citas".

La discusión entre Julieta y Alexander continuó toda la cena, incluso la escuché al ir de camino a los dormitorios, por lo que agradecí cuando llegue y me despedí apresuradamente de ambos.

El pasillo se encontraba muy tranquilo, justo antes de entrar a mi habitación mire la puerta de Emmaline. Negué con la cabeza y entre sin demoras.

Apenas si pude dormir, por no decir que en realidad no lo hice. Cerraba los ojos y por alguna razón, mi mente me llevaba a la habitación de paredes blancas y campanas sonando en el fondo.

La mañana llegó y yo seguía mirando el techo con miedo a cerrar los ojos. Me apresure a preparame para el día y de manera forzada salí de mi habitación camino al comedor.

Una vez ahí, tomé mi comida y dos tazas de café, no sobreviviria el día sin suficiente cafeína.

-¡Halloween ya pasó! - saludo Alexander cuando me senté frente a él.

Lo mire mal y me dedique a comer.

-¿qué no dormiste? - pregunto preocupada Julieta.

-si lo hubiera hecho, no estaría así - susurre con fastidio.

-ufff y que mal humor, regresa a la cama - me regaño Alexander.

-preferiría no hacerlo - dije.

Ambos me miraron preocupados pero lo dijeron más, solo observaron como tomaba taza tras taza de café.

-ojalá llegue Emmaline hoy, de lo contrario te volverás loco - bromeó Alexander después del desayuno.

Cuando oí el nombre de Emm me estremeci, recordando mi pesadilla. ¿Qué tenían que ver una con la otra?

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora