Seguí creyendo que era pésima idea, incluso cuando ya hiba en el auto de camino a la academia acompañado por la doctora, el lunes por la mañana.
Por fortuna no estaría en mis clases pero las vigilaria de cercas por las cámaras de Dupont, la cual seguramente también las revisaría obsesivamente.
Antes de bajar del auto al llegar, Liú me hizo tomar las pastillas anti-emociones como solía llamarlas, por que de verdad que te dejaban vacío, no importara lo que pasara no te importaría en lo absoluto, y las tendría que tomar cada 2 hrs por ser el primer día, después bajaría la dosis.
Baje del auto y camine hasta mi habitación seguido de la doctora, Colette le había dado la habitación de a un lado por si ocurría algo. Comenzaba a desear estar en China.
Había perdido las dos primera horas de clase dado que la psicóloga decidió que no llegáramos temprano, odiaba esta parte en la que las decisiones que podía tomar eran controladas y monitoreadas.
Una vez en mi habitación decidí tomarme el tiempo para desempacar y hacerme a la idea de lo que vendría después. Pará cuando decidí salir del dormitorio e ir a mi última clase antes de comer, Liú me siguió, como ya esperaba.
En el camino todos observaban mi paso como si fuera el primer día que estaba ahí, ni siquiera me molesto en lo absoluto. Antes de llegar al salón tomé las siguientes dos pastillas y pude ver que Julieta estaba por entrar al salón pero se detuvo al verme.
-¿Lei? - dijo sorprendida, corrió a mi encuentro.
Hizo un movimiento que delataba el hecho de que me abrazaría y lo esquive con un poco más de violencia de lo que esperaba. Ella se detuvo y me miró confundida, se nos unió Alexander.
-chicos ella es la doctora Liú - les presente sin dejar que dijeran nada - me acosara por un tiempo.
-no es acoso, es monitoreo - corrigió Liú y le dio la mano a mis amigos - un placer, Lei me habló mucho de ustedes estas semanas.
Ni Julieta ni Alexander parecían comprender lo que sucedía, por lo que no dijeron nada. Entre al salón sin esperar alguna indicación de la doctora y me senté en el lugar habitual.
-¿qué demonios pasó? - pregunto Alexander cuando por fin se sentaron a mi lado.
Suspiré, sabía que merecían una explicación y el momento de darla había llegado, así que les resumí la historia y lo que sucedería ahora. Ellos escucharon con atención, incluso después de que el profesor llegara y sólo anotará la actividad del día.
-¿por qué no nos lo habías dicho? - me reprochó Julieta.
-no es algo que se diga en una conversación normal - respondí en tono de obvio - además no es importante.
-¡Claro que lo es! Julieta y Emmaline enloquecieron al no saber nada de ti - comentó Alexander - Lian solo nos decía que estabas enfermo y que no podías llamar.
-Dupont nos evitó todo el tiempo - añadió Julieta al borde de las lágrimas - y Emmaline...
Se detuvo, les había dicho lo que causó mi crisis así que seguramente por eso se contenía. Dejé la pluma que estaba usando y la mire esperando que continuará.
-¿ella que? - pregunté con más agresividad de la que quería.
-está muy preocupada por ti, en su tiempo libre hiba a buscarte pero salía Dupont o alguien más a decirle que no podía verte - continuó dudosa mi amiga - llama constantemente a Lian y a los f4 esperando que sepan algo de ti, no ha dormido ni comido bien, cree que es su culpa y lo único que parece mantenerla cuerda es pasársela ensayando día y noche.
Pude sentir una opresión en el pecho, ¿por qué se culpaba? No tenía razones para hacerlo, seguramente ni ella recordaba lo que había dicho yo. No dije nada y me puse a trabajar de nuevo.
-al menos ahora sabemos por qué actúas tan neutral - comentó Alexander tomando el frasco de medicinas que les enseñe.
El resto de la hora concluyó y al salir de la clase me detuve frente a la cámara que sabía que había y me tomé las siguientes dos píldoras. Julieta y Alexander esperaron con expresión preocupada y después fuimos a la cafetería.
Los seguí de cerca, siempre atrás mientras ellos me contaban lo sucedido en el último mes: me habían reemplazado en la orquesta y la chica Montenegro había quedado como principal, Dupont se paseaba con mis profesores entregando mis trabajos y los rumores de un accidente circulaban en torno a mi.
Al llegar al comedor las miradas curiosas con poca discreción fueron más evidentes, entre con las manos dentro de mis bolsillos y mirando al frente, en otra situación me hubiera sentido incómodo pero gracias los anti-emociones me daba igual.
Después de tomar la comida nos sentamos en nuestro lugar habitual.
-no llegará - dijo después de un rato Julieta.
Había estado mirando la puerta inconscientemente.
-seguramente está llamado otra vez a Meizuo y a Ximen, o buscando a Dupont - explico Alexander.
-cuando dijimos que no comía bien, en realidad nos referíamos a que se salta comidas - habló Julieta preocupada.
De nuevo sentí una opresión en el pecho, la psicóloga decida que debía enfrentar eso, hacerlo no parecía sencillo.
Terminé de comer, aún faltaba una hora para mi clase con Alaric, despidiendome de los chicos salí del comedor, sabía donde estaria. Y era una fortuna que fuera ahí, pues era de los pocos lugares sin cámara en toda la academia.
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EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei)
FanfictionAh Si al final se caso con Shancai, Ximen tiene Xiaoyou y Meizuo espera a su chica indicada. Pero, ¿qué pasa con Huaze Lei? ¿Jing volverá? El corazón de Huaze Lei toca una melodia perfectamente incompleta, que con el tiempo se podrá terminar. . . ...