🎶CIENTO TREINTA Y TRES🎶

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-disculpen a mi suegra, es un poco... tradicional - se excuso Alexander.

Nos conducían por las escaleras para mostrarnos donde dormiríamos.

-de hecho fue divertido - se burló Emmaline.

-dilo por ti, no entendí nada - me queje.

-es mejor así - respondió Julieta apenada -a veces mi mamá es un poco intensa.

Terminamos de subir y había un pasillo que daba a las diferentes habitaciones de la casa.

-la del fondo es de mis padres, la que esta de frente a las escaleras es de mi hermana menor y la del fondo derecho es mía, pero pueden quedarse en ella - explico Julieta señalando las puertas. - dormiré con mi hermana, ah y si mi madre pregunta, ya están casados.

-¡¿qué?! - pregunté sorprendido.

-ya lo he dicho, mi suegra es muy  tradicional, no los dejara dormir juntos si no están casados -repitió Alexander.

-Julieta... - comenzó a decir Emmaline.

-no digas nada, no creo que les pregunte pero por si las dudas ya saben - se apresuró a interrumpir la mencionanda.

Emmaline y yo intercambiamos miradas, desearía estar en el hotel justo ahora pero al parecer los mexicanos son muy hospitalarios y si me negaba a ello podría insultarlos, durante 20 días tenía que llevar la fiesta en paz.

-¡Julys! Ya está la comida - oí que grito la madre de Julieta.

-¿Julys? - pregunté divertido, sabía perfectamente que a ella no le gustaban los diminutivos de su nombre.

-eso sí lo entendíste, ¿eh? -me hizo callar Julieta con una de sus miradas que dan miedo.

Burlonamente, Alexander y yo nos miramos, antes de Julieta nos golpeada por ello, metimos las maletas en la habitación de ella y bajamos.

Volvimos a la planta baja de la casa y nos dirigimos al comedor, donde los platos ya estaban servidos y despedían un humo y aroma delicioso.

-andale mija, pasale las tostadas al coreano y su novia - Emmaline no paraba de reír con todo lo que decía la madre de Julieta y esta última no podía estar más apenada.

-mamá, ya te dije que se llaman Lei y Emmaline - Julieta hacia todo en sus manos para controlar a su madre pero no parecía funcionar.

Los 4 nos sentamos en la mesa, en un plato ondo había algo parecido al ramen, pero en lugar de la sopa había granos de lo que podrían ser maíz o algo por el estilo.

-les presento el pozole, es algo así como una sopa que se de orégano, lechuga picada, salsa y limón, o rábanos incluso - explico Alexander ante nuestras caras estupefacta de Emm y yo.

-¿y esto? - pregunto Emmaline, mostrando lo que parecía ser unos CDs color amarillo y con figura desigual, no sabría describirlos exactamente.

-esas son tostadas, les pones crema y queso, para comerlas con el pozole - respondió Julieta divertida.

-que cosas más extrañas comen - comenté extrañado y sin dejar de mirar mi plato.

-tu solo prueba y no preguntes - se quejo Alexander.

-bon appetit - comentó Emmaline.

El sabor era delicioso, ni el sabor del ramen se le acercaba, picaba un poco y los granos (que al parecer llamaban garbanzo) eran un tanto crujientes y absorban el sabor del líquido. Y las dichosas tostadas era crujientes, tenían un ligero sabor a sal y con la crema y el queso se complementaba a la perfección. Era una mezcla de sabores inexplicable.

-¿y bien? - pregunto Alexander emocionado.

-¿creen que podríamos llevarnos un poco a China? - comentó Emmaline, al parecer también le había encantado.

-Lian quedaría fascinada con esto--dije sin dejar de comer.

-mis guisos nunca fallan, unos días y ya estarán decentes - habló la señora Graciela, que nos observaba desde la puerta. Se veía sospechosa pero no importaba, si comida era deliciosa.

-¡mamá! No son puercos que puedes poner en engorda - grito Julieta molesta.

-señora, debe enseñarme a cocinar esto, así podría hacerlo en China- interrumpió Emmaline la discusión entre madre e hija.

-cuando gustes hija, les servire más - respondió Graciela y nos sirvió más comida. ¿Quién podría resistirse a esto?

Seguimos comiendo un largo rato, la madre de Julieta nos contaba sobre su dotes culinarios y Emmaline me traducía. Los tortolos se relajaron con el paso de las horas y para cuando comenzó a anochecer, llegó un hombre (el padre de Julieta) en compañía de una chica de unos 15 o 16 años.

-¡papá! - saludo Julieta a su madre y luego lo jalo hasta la mesa - te presento a mis amigos de los que te había hablado...

Ella nos presentó rápidamente y el señor Armando (como se llamaba), fue muy amable y nos dio una sonrisa nerviosa.

-chicos ella es mi hermana menor, Verónica.

-un placer - saludo Verónica en un inglés un poco forzado.

Conversamos un poco, si se le puede llamar así a los intercambios de miradas para traducir lo que decíamos. Ahora entiendo lo complicado que fue para los tortolos y Shancai y Xiaoyou, en nuestro viaje a Canadá.

Finalemente, cerca de las 11 pm, Alexander volvió a su casa, Julieta nos acompañó de nuevo a su habitación y el resto de su familia se quedo en la sala.

-perdón, mi familia puede ser un poco... - se comenzó a disculpar.

-no es necesario explicar - la interrumpí - son grandiosos, es la verdad.

Ella sonrió reconfortada y se marchó para dejarnos descansar.

-creo que tengo competencia - comentó Emmaline mientras abría su maleta, no estaba molesta, al contrario sonreía.

-¿de que hablas? - pregunté confundido.

-la hermana de Julieta no te quitaba el ojo de encima - respondió sin darme la cara.

-espera... ¿Estas celosa de una niña? - pregunté burlon, acercándome a ella.

-por supuesto que no, solo me di cuenta y quise mencionarlo, era obvio que no te diste cuenta.

-si me di cuenta, pero no le puse importancia - me defendí - después de tantos años en la academia es fácil darse cuenta de cosas así.

-no lo digo por eso, lo digo por que México tiene muchas chicas locas por todo lo que sea asiático-dijo mirándome mal- la hermana de Julieta se controlo, pero no creo que las demás hagan lo mismo, literalmente eres el tipo ideal de esas chicas y has llegado por voluntad propia a su ciudad, ¿crees que sobrevivirás?

-Emm, Emm, Emm, se te ha pegado lo paranoica de tu hermano - dije divertido. - dudo que sobresalga aquí, no hay de que preocuparse.

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora