🎶CIENTO SESENTA Y SIETE🎶

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-¡DESPIERTA BELLO DURMIENTE!

Si hay algo que me molestara, era que me despertarán. Y justo eso estaba haciendo Alexander, con una mala interpretación de Mushu el dragon de Mulan (la película animada claro). Con su teléfono había puesto el sonido de una alarma de esas que te taladran el oído y a eso le añadió su grito.

-¡Hoy es el día! ¡Hay mucho que hacer, así que saca tu trasero de la cama! - insistió al ver que me ponía la almohada sobre la cabeza para ignorarlo mejor.

-dejame en paz - le dije tratando de dormir nuevamente, eran las 10 am, pero aún moría de sueño.

-no, ni hablar - se nego jalandome las cobijas - Julieta se ha ido hace 3 hrs y me ha exigido que te despertará a más tardar ahora y la verdad no quiero morir.

-te llevaré flores a tu tumba - le dije encontrando la pocision indicada para seguir durmiendo.

-no me dejas mas remedio que hacerlo por las malas - dijo mientras se alejaba, si su plan era llamar a Emmaline tampoco funcionaria.

Mi respiración se volvía tranquila y podía sentir el hormigueo de siempre cuando te estas quedando dormido, solo 5 minutos más...

-¡Maldición Alexander! - maldije a la vez que me levantaba de un salto de la cama.

Alexander había regresado al cuarto sigilosamente y me había arrojado un balde de agua fría, ¡se había vuelto loco!

-te lo pedí por las buenas - explico alzando las manos inocentemente.

Lo mire mal y tome una de las toallas de mi armario. El parecía tratando de contener la risa, debió ser venganza por lo que le hice el día de su boda.

-bien, ya que estas despierto - dijo tratando de no soltar una carcajada - vas a arreglar esta habitación, luego saldremos a comer, regresaremos te arreglaras para la boda y nos iremos a la ceremonia.

Comenzaba a lamentar que la hora de la ceremonia fuera temprano, a las 6 de la tarde. Habría preferido una boda tradicional, de ambos vestidos de rojo, nuestros rituales de matrimonio y la pedida de mano a toda la familia; por lo menos así era como me contaba mi madre que había sido su boda, pero los tiempos cambian. Ahora en unas horas mi boda consistiría en la tradicional ceremonia religiosa y  una fiesta; muy pocos lo sabían, pero nuestra boda por el civil había sido a principios de año, para que su padre no lo supiera, sólo su madre y los tortolos se enteraron.

El día transcurrió como lo dijo Alexander, en ese orden pero con más involucrados pues los F4 y Nathaniel nos alcanzaron para comer, ellos parecían más nerviosos que yo.

-aquí Nathaniel y Ximen de Chinese Radio, diganos señor, ¿qué se siente que en unas horas dejará su soltería? - pregunto Nathaniel fingiendo ser un reportero durante nuestra comida.

-la soltería acabo cuando comenzó a salir con Emmaline - razonó Ah Si.

-le quitas lo divertido - se quejo Ximen.

-vamos chicos, Lei ya ha de estar demasiado nervioso y ustedes solo lo empeoran - intervino Meizuo.

-pues yo lo veo muy tranquilo - dijo Alexander examinandome de pies a cabeza.

-estaría mejor si me hubieras dejado dormir - me queje - además, ¿por qué hablan como si no estuviera?

-el mal genio es un modo de sacar los nervios, ¿verdad? - bromeó Ximen.

-nah, ese ya lo tenía desde antes - analizó Meizuo siguiéndole el juego.

Siguieron burlándose de mi el resto de la tarde-mañana, hasta que llego la hora de que nos prepararamos. El día había sido muy normal hasta el momento, pero sabía que en un abrir y cerrar de ojos entraría en pánico como Alexander, aunque yo tenía bien claro que no tenía sentido escapar.

Al llegar a casa me di un largo baño, salí y me puse el traje que usaría para la ocasión, algo entre tradicional y moderno, elegante como siempre. Me había arreglado el cabello como alguna vez lo hizo Emmaline, sabía que le gustaba cuando lo peinaba. Estaba por terminar de preparame cuando Alexander interrumpió en mi habitación.

-¿listo? - pregunto desde la puerta.

-ya casi - respondí tranquilo.

2 minutos después había terminado y seguí a mi amigo por las escaleras.

-sabes, tu tranquilidad da miedo-comentó mientras recogimos nuestros abrigos y lo que necesitaríamos antes de irnos.

-bueno, lo de Jing terminó, lo de Shì terminó, Emm y yo estamos mejor que nunca, tengo a mis amigos a mi lado, ¿por qué estaría nervioso? - analice con paciencia.

-yo digo que tu actitud parece la calma antes de la tormenta - dijo mirándome atentamente y  desconfiado.

Negué con la cabeza mientras suspiraba y ambos salimos de la casa; en perspectiva, la próxima vez que pisada aquella casa, sería un hombre casado, mi antigua vida habría terminado y comenzaría una nueva etapa. Jamás me había emocionado algo tanto como esa idea.

La iglesia no estaba lejos de casa, así que llegamos a los 20 minutos, justo a tiempo para recibir invitados antes de que Emm llegara. Entre los asistentes, además de mis amigos y las personas constantes en mi vida, también llegaron: los padres de Jing, la señora Daoming, la hermana de Ah Si, Xiao Zi y Thomas, la señora Yu, algunos empresarios colaboradores con el Grupo Huaze, unos familiares lejanos de Emmaline, más empresarios enviados por su padre, profesores de ambos, obvio Dupont y Alaric, y muchos más. Sería una gran boda, en tamaño sobre todo.

-Lei, es hora de que vayas al altar - me llamo Meizuo, llevaba un comunicador en la oreja derecha, seguramente así coordinaba el evento.

Le hice caso agradecido de no tener que saludar a mas gente, lo seguí a dentro de la iglesia, era majestuosa por dentro (no era fan de los recintos, pero no podía negar que había buenas estructuras y obras). Me indicó donde debía pararme, detrás de mí a pocos pasos a mi derecha estarían los F4. El sacerdote que oficiará la boda, estaba llegando, lo que significaba que el gran momento estaba por suceder.

Tener tan cerca el momento, si que me ponía nervioso, pero aquellos nervios se esfuramaron cuando los músicos comenzaron a tocar la tradicional melodia de bodas. Me había olvidado de respirar, las palabras no querían salir de mi boca y aún así, no podía quitar la mirada de la entrada...

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora