🎶CIENTO CUARENTA Y UNO🎶

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El dolor de cabeza fue insoportable, incluso cuando aún no me levantaba. Seguía en el apartamento de Alexander y tenía a todos los F4 junto a mi, mire confundido a todos lados, estábamos en una de las habitaciones del departamento.

Me levante sin hacer mucho ruido o moviénto y salí de la habitación. Casi tropiezo con el propio Alexander al salir.

-auch - se quejo, pues lo había pateado accidentalmente.

-¿que haces ahí? - pregunte en voz baja.

-shhh - me hizo callar, seguía ebrio.

El departamento era un caos, había comida y botellas por todos lados, había alcohol derramado y vómito por doquier; los padres de los tortolos estaban perdidamente dormidos en los sillones y unos 7 u 8 de los amigos de Alexander estaban tirados en cada rincón de la casa. Era un complejo caos.

Justo en ese momento mi teléfono sonó, haciendo que todo el mundo se quejara por el ruido, salí apresuradamente del departamento y respondi.

-¿hola?

-¿donde rayos están? - era Julieta, sorprendido mire la hora, eran casi las 6 de la tarde, habíamos dormido toda la mañana.

Recordaba que eran casi las 9 am cuando poco a poco, todos fueron cayendo por tanto alcohol, pero después de eso nada.

-bueno, la buena noticia es que estamos bien - respondí analizando lo que había pasado, la luz comenzaba a hacer que me doliera la cabeza.

-¿de verdad siguen en el departamento? - pregunto molesta.

-si - confesé haciendo una mueca.

-no puede ser, Alexander tenia que recoger su traje hace una hora y además, ¿sabes donde está mi padre? - me reclamo.

-iré a recogerlo por el y sobre tu padre, bueno también esta bien... Creo... - respondí amablemente, quizá así se le bajara el enojo.

-¡ALEXANDER! LO VOY A MATAR - me grito en el oído, me aleje el teléfono mientras gritaba. - más vale que lo despiertes y lo traigas consciente de sí mismo en dos horas o juro que cancelo la boda.

-si, solo calma... - comencé a decir pero me colgó antes de terminar, sin lugar a dudas ambos estábamos muertos.

Entre lo más rápido que pude al departamento y corrí hasta Alexander, lo tuve que sacudir fuertemente para que reaccionara, pero no eso funcionó, tendría que hacerle lo mismo que ha Nathaniel. Fui al baño y usando una de las botellas vacía, la llene de agua para luego regresar y arrojarsela a Alexander. Este se levantó de un salto, diciendo tantas groserías conocía en español.

-¡¿qué demonios te pasa?! - me grito furioso

-tu futura esposa esta furiosa, dice que tenías que ir por tu traje hace una hora y que más valía que su padre estuviera bien si no te hiba a matar y luego cancelaría la boda - le dije pasándole el recado.

-¡Chingada madre! ¡El traje! - dijo en español y volviendo a si mismo por el susto.

Entró rápidamente a cambiarse a su habitación y ni dos minutos después ya estaba en la puerta listo para conducir a toda velocidad por la ciudad y poder llegar por el traje antes de que cerrarán. Lo seguí con la misma velocidad que con la que hiba el, mientras conducía les mande mensaje a los F4 con la esperanza de que lo vieran al despertar.

Al final, llegamos 5 minutos antes de que cerraran y conseguimos el traje para la boda.

-¡por un momento creí que era mi fin! - soltó aliviado dejando el traje en la parte de atrás del carro.

-aún no célebres, más vale que el padre de Julieta este sobrio ya - le recordé.

-voy a morir - sentenció haciendo un drama.

Condujo de regreso a su departamento, los pocos que habían quedado ya se habían marchado y su padre le estaba ayudando a recoger el desastre. El padre de Julieta aún seguía en el sofá dormido, al igual que los F4 en la habitación.

-tremenda peda, ¿verda' hijo? - saludo en español el padre de Alexander, el señor Marcos.

-ni que lo digas 'pa, si mi madre se entera de esto nos matara a ambos - le respondió Alexander.

-nombre, lo que pasó aquí se queda aquí, como en Las Vegas -aseguró Marcos.

Después de eso, entre los 3 nos las arreglamos por subir al padre de Julieta y a los F4 a la camioneta del señor Marcos, para poder llevarlos a casa y a su hotel respectivamente. Ximen fue el que ya estaba consciente para cuando llegamos al hotel, pero tendrían una resaca inolvidable. Meizuo aún seguía ebrio, de todos era el que más había bebido pues había tenido una pequeña discusión con Alisa antes de venir. Y Ah Si, bueno el tendría que recuperarse en lo que subía a su habitación si quería seguir vivo.

Los dejamos en el hotel y luego mi amigo condujo lo más rápido que pudo a casa de Julieta, las dos horas estaban por terminar y aunque sabíamos que ella sería incapaz de cancelar la boda, más valía prevenir y no provocar más su furia.

-justo a tiempo - saludo Emmaline al abrirnos la puerta de la casa cuando llegamos.

Entramos ayudando al padre de Julieta que, tras vomitar en el carro y beber una botella de agua entera ya se veía mucho mejor que antes. Lo dejamos en el sillón y Julieta apareció por la cocina, nos observó detenidamente y también a su padre.

-¿qué tal la fiesta? - pregunto ella cambiando el tema, tanto Alexander como yo, respiramos aliviados.

Mire a Emmaline divertido, ella sonrió, se le veía cansada, seguramente había sido el alma de la fiesta con tal de que Julieta se divirtiera.

La señora Graciela nos hizo el favor de preparbos algo de comer con mucho picante para que la resaca no fuera tanta, o por lo menos esa costumbre tenían aquí en México. Pasamos el resto de la tarde riendo por los vagos recuerdos de todos sobre las fiestas, pero sobre todo, fue un intento en no pensar en el gran día que sería el día siguiente; aunque no lo dijeran, los tortolos estaban nerviosos, no tardarían mucho en entrar en una crisis al darse cuenta de que la fecha por fin había llegado y Emmaline y yo estábamos listos para cuando eso sucediera.

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora