La habitación del hotel era sencilla, tan parecía a las muchas otras en las que había estado. Después de la platica con mis padres, salí de la casa de ellos y vine a hospedarme.
Le había dicho a Emmaline que la vería hasta el domingo por 2 razones: hoy mismo los vuelos habrían acabado para cuando yo terminará de hablar con mis padres y además, no creía estar tan bien como para ayudarla a lidiar con su discusión con su padre. Y no me equivoque, aunque la reunión con Jia y Xen había salido mejor de lo que esperaba, no dejaban de atormentarme lo último que me dijo mi padre; mucho menos podía olvidarme de que la excusa de mi padre fue Jing, de haber dicho que era la empresa lo habría entendido, pero aquello hiba más allá de lo que podía esperar.
La noche había caído y ciertamente la madrugada recién comenzaba, no podía dejar de dar vueltas en la cama.
Había una razón más por la que no me iría hasta el domingo, aún conservaba la esperanza de que en cualquier momento llamaran a la puerta y al abrir viera a mis padres que venían a dar más que una disculpa y unas pocas palabras de supuesto arrepentimiento. Quizá esa esperanza era la que no me dejaba dormir y me hubiera gustado que muriera de inmediato el sentimiento, pero no fue así. Ni siquiera aminoro cuando el sábado transcurrió tranquilo, ni siquiera habían llamado o enviado a Mei a preguntar como estaba, debía estar acostumbrado.
Aproveche el día para dar un recorrido por la ciudad, aunque había venido hace unos años antes, casi no la recordaba. Fue una total sorpresa cuando en el centro de la ciudad entre tanta gente, me encontré con la doctora Liu.
-¡Huaze Lei! - saludo sorprendida de verme ahí.
-doctora, que sorpresa encontrarla- le dije igual de sorprendido.
-eso digo yo, ¿haz venido a ver a tus padres? - pregunto sonriente, algo curioso de los psicólogos tan buenos como ella: así fueras su más frecuente paciente, si te veía en la calle solo eras un conocido más, no había terapia fuera del consultorio.
-algo así, solo vine a decirles que me comprometí con Emmaline - solté, había olvidado por completo decirle a ella.
-¡Oh, vaya! Muchas felicidades, no me imagino la felicidad de ella--la sorpresa y alegría se repitieron en su expresión.
-gracias, quizá reciba la invitación muy pronto - respondí con una ligera sonrisa.
-será un honor acompañarlos en su boda...-comenzo a decir emocionada.
-¿mamá? - pregunto un chico de unos 13 años, interrumpiendo a Liu.
-ah, Lei, te presento a mi hijo Yun - se apresuró a presentarnos la doctora.
-¿hijo? - pregunté sorprendido después de saludar al chico.
-ni yo me la creo, tener una psicóloga por madre no es fácil - respondió Yun en lugar de Liu, la cual le dio un golpe en la cabeza.
-y aquí la razón de porqué no lo mencionó seguido - respondió Liu, me reí.
Al parecer ademas de una excelente psicóloga también era una madre ejemplar. Los invite a tomar algo y pase la tarde charlando con ambos.
Una parte de mi deseo que la relación con mis padres fuera como la de Liu con su hijo. Aunque estando con ellos, me di cuenta que de la noche a la mañana no podría hacer que fuera así la situación con mis padres, requería tiempo y trabajo, y quizá con lo que había dicho mi padre habría oportunidad de ello, así que no todo estaba perdido.
Con esa esperanza renovada terminé el día y el domingo a primera hora aborde el avión de regreso a Shangai. A diferencia del vuelo de ida, el de regreso se sintió tan largo que parecía que nos habíamos quedado flotando en algún punto intermedio.
Finalmente, después de casi morir de ansiedad, el vuelo aterrizó. Recogí apresuradamente mi pequeña maleta y salí del aeropuerto prácticamente corriendo, para de la misma manera pedir un taxi y ordenarle que conducirá lo más rápido posible. Ayer Emmaline debió haber hablado con su padre y hoy, aunque tratara de fingir estar bien, sabía que estaría afectada aún, de ahí mi prisa por llegar a su lado.
Era pasado de medio día cuando llegué a casa, mi ama de llaves me recibió alegremente y luego en tono más serio dijo:
-la señorita Emmaline no ha querido salir de la habitación -temiendo que Emm la escuchara, habló en susurro y señaló las escaleras.
Asentí y me contuve de subir corriendo, la puerta estaba cerrada y no se oía ningún ruido adentro. Toque delicadamente con los nudillos. No hubo respuesta. Lo intenté una vez más y lo mismo, un silencio total. Lentamente abrí la puerta, esperaba ver a Emmaline ahí.
Sobre la cama solo había una nota escrita a mano, me acerque dejando la puerta abierta de par en par. En definitiva la letra era de Emmaline:
“Lamento no estar para recibirte, fui a golpear a mi estúpido hermano. Espero estar de vuelta en casa al medio día, sino es así entonces quizá me arrestaron por intentar matar a Nathaniel.
Te explicaré todo cuando llegue o cuando vayas a revisar que Nathaniel siga vivo...
Eternamente tuya, Emm"
Que quisiera matar a su hermano no era nada nuevo, la pregunta era ¿por qué esta vez?
La nota me hizo reír y luego sonrojarme por la despedida cursi, con una simple nota poda hacerme olvidar todas las preocupaciones.
Quizá lo mejor sería ir a verificar que realmente no estuviera en la cárcel, Nathaniel cómo quiera, pero Emm me preocupaba.
Tras avisarle al ama de llaves mi descubrimiento, salí nueva de la casa con las llaves del auto en mano y después de subirme en el, conduje hasta casa de Nathaniel (donde seguramente estaría la escena del crimen). Tenía la sensación de que todo estaría bien, ojalá no me equivocara.
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EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei)
FanfictionAh Si al final se caso con Shancai, Ximen tiene Xiaoyou y Meizuo espera a su chica indicada. Pero, ¿qué pasa con Huaze Lei? ¿Jing volverá? El corazón de Huaze Lei toca una melodia perfectamente incompleta, que con el tiempo se podrá terminar. . . ...