🎶SESENTA Y DOS🎶

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Al día siguiente, al despertar y preparame para el día, decidí salir a surtir la cocina. Debido a que nadie ocupaba esta casa a menos que mis padres vinieran por negocios, faltaban bastantes cosas.

Desayune algo ligero en un restaurante en el barrio chino, de hecho en el restaurante al que siempre nos llevaba Ah Si. Pará cuando regrese a casa, Emmaline recién llegaba en su auto.

-te adaptas rápido - me dijo al bajar del auto.

Entramos a la casa, deje todo en la cocina y mientras acomodaba las compras le respondí.

-no es la primera vez que vengo.

-¿tienes buena memoria? - pregunto ayudándome.

-mi amigo Ah Si tiene una casa aquí, solíamos venir algunas veces, la última vez vine a ayudar a alguien - respondí sin dar muchos detalles.

-¿a quién? - pregunto dandose cuenta de lo que hacía.

No respondí, ¿por qué de pronto me costaba contarle las cosas? Sabía que debía contarle, pero dudaba ser capaz de hacerlo correctamente.

-una amiga, terminó perdida y robada en su primer día - respondí vagamente.

Emmaline me miró mal, sabía que no le contaba todo pero tampoco presionó para saber.

-si que sabes dejarme con la intriga - me reprocho, esperaba que estuviera molesta pero fue todo lo contrario - tengo planes para ambos hoy, así que deja todo y vamos.

-¿a donde? - dije curioso terminando de guardar algunas cosas en la nevera.

-es sorpresa, vamos - insistió.

Me arrastró fuera de la casa y me hizo subir al auto, lo encendió y lo puso en marcha como una experta.

-¿conduces? - pregunté sabiendo la respuesta.

-¿tu no? - pregunto sin dejar de ver el camino.

-solo si es necesario - respondí encogiendome de hombros.

Recorde las veces que esperaba a que los f4 terminarán sus clases solo para no tener que conducir, cuando Ah Si preguntaba yo solo respondía que era más ecológico.

-dato curioso sobre mi - dijo de la nada Emm- se conducir automóviles, motocicletas y autos de carreras aunque sólo con supervicion el último.

-¿hay algo que no sepas hacer? - pregunté bromeando.

-hacer que hables, al parecer - respondió sarcástica.

Si, estaba molesta pero no lo suficiente como para dar vuelta y evitarme el resto del día. Tenía la sensación de estar provocando todo, aunque quizá sólo era culpa. No dije nada y ella no mencionó el tema después.

Condujo hasta una parte de la ciudad que no conocía, dejó el auto en el estacionamiento y bajó emocionada hasta la taquilla, estábamos en el teleférico de la aerolínea emirates.

-espero que no le temas a las alturas - comentó tomándome de la mano y llevándome con ella.

Era un gran edificio con grandes cristales transparentes, había salas de espera, área de comida e incluso una tienda de recuerdos, caminamos hasta los elevadores y subimos al piso de donde salían las telecabinas.

-solía venir aquí, alguien una vez me lo mostró y desde entonces vengo a recordarlo - explico Emm mientras esperábamos nuestro turno.

Por su tono de voz, supuse que debió ser alguien que falleció o dejó de ver, tenía la corazonada de que se refería a su padre.

Llegó nuestro turno y subimos a una de los “vagones", se comenzó a mover y por inercia suspiré.

-¿si le temes a las alturas? -pregunto preocupada.

-jamás había estado tan alto - confesé.

Ella asintió, las terrazas eran muy bajas en comparación a este lugar, además en cualquier momento podría romperse uno de los cables y moriría con el impacto de la caída y...

-ven a ver esto, te distraera un poco - sugirió haciendome mirar por la ventanilla.

Habia una perfecta vista del río Támesis congelado, a lo lejos se veía el Big Ben y The London Eye.
Había quedado fascinado por la vista que sin darme cuanta le había tomado la mano a Emm.

Desde la altura no se veían más que los grandes edificios, pero por alguna razón la impresionante vista de Londres no era lo que me asombraba más. Mire a Emmaline mientras ella miraba melancólica la vista, era incluso más hermosa qu el paisaje, quería decírselo pero no sabía cómo ni si era el momento adecuado. Eran estos mismos pensamientos los que me habían llevado a una crisis hace un mes, no podía evitar reprimirlos.

El viaje no duró más de 10 minutos, llegamos a una gran torre del otro lado del río, estábamos en Greenwich. Seguí a Emmaline hasta el nivel del suelo y después por la calle hasta que cruzamos la avenida hasta una cafetería llamada Avocado and Coffee.

-aquí venden el mejor té orgánico de todo Londres - comentó Emmaline antes de entrar.

-no sabía que fueras vegana - dije sorprendido.

-no lo soy, pero me gusta probar cosas nuevas - respondió emocionada.

Nos sentamos en una mesa al fondo de la cafetería y a los pocos minutos una mesera nos llevó el menú. No teníamos mucha hambre, así que optamos por pedir solo unas bebidas y postres. Emm pidió un Fresh Mint and Lemon y un pastel de chocolate; mientras que yo pedí un Suki Matcha Tea y un cheesecake de trufa. No tardaron mucho en llevarnos nuestra orden.

-tengo la sensación de estar en un sueño desde el baile de Navidad - comentó Emmaline.

Habíamos hablado del restaurante (vendía solo comida orgánica), hablamos sobre el viaje en la telecabina, pero nada se acercó a lo que acababa de decir.

-es extraño y da miedo, como si en cualquier momento fuera a despertar y tu no estarás a mi lado - siguió diciendo mientras revolvía su bebida.

Tomé su mano y le sonreí tiernamente, habia tenido acciones durante todo el día que me llevaban a arruinar este momento, pero al final, aquí estaba tratando de consolarla y a punto de decir todo una vez más.

-Emm...

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora