🎶CINCUENTA Y SEIS🎶

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Poco a poco, los espectadores abandonaron la sala para dirigirse al salón de baile.

Antes de que nosotros también nos retiraremos el Alcalde junto al Presidente, se acercaron hasta donde estábamos, enseguida Dupont llegó también.

-damas y caballeros, permitanme presentarles al presidente de la República francesa Emmanuel Macron - nos dijo el Alcalde.

Torpemente saludamos al presidente.

-un placer conocerlos, el Alcalde me habló de la maravillosa música que presentan y ahora lo he comprobado por mi mismo -comento Macron - se nota su esfuerzo y dedicación, mis felicitaciones a todos y sobre todo a sus profesores.

-muchísimas gracias por la oportunidad - respondió Russo por toda la orquesta - es un honor poder presentarnos aquí en Palacio y aun más deleitarlo con el talento del Conservatorio Nacional de Musica y Danza.

-no puedo esperar a escuchar el resto de sus presentaciones - añadió el presidente.

Dicho eso, nos invitó a pasar al salón contiguo donde se llevaría acabo la cena.

Guardando los instrumentos y dejándolos en la habitación de antes, fuimos al gran comedor donde nos recibieron con aplausos y los meseros no guiaron a las mesas del lado derecho de la mesa principal. Al igual que en el salón anterior un gran candelabro colgaba del techo y lujosas sillas rodeaban las mesas, donde también se encontraban las más finas vajillas que había visto.

-soy la única que se siente en un sueño - comentó Julieta cuando comenzaban a servir la cena.

Nos habíamos sentado junto con Didier, mi tutor y dos profesores más, en una de las mesas más cercanas a la principal donde Dupont se encontraba encantada compartiendo con el presidente, el alcalde y Russo.

-se sentirá menos real cuando se acabe el evento - coincidió Alaric.

Tenía razón, todo hiba a la velocidad de la luz, apenas si procesabamos algo y ya teníamos otra cosa encima, seguramente mañana parecería un vago recuerdo.

La cena estuvo deliciosa, habían sido platillo tradicionales de la época, pero lo que más nos gustó a todos en la mesa fue el postre un delicioso crème brûlée;especialmente, Emmaline, lo disfruto mucho pues contenía una gran cantidad de fresas. Al verla disfrutar su última fresa, le di las que yo aun tenía en mi plato, sonrió como niña pequeña y continuó disfrutando.

Julieta que nos observaba soltó una risita emocionada, no me sorprendió, aunque la mirada que sentí después si fue una sorpresa. El padre de Emmaline nos miraba desde la mesa de enfrente, ¿cómo no lo había visto antes?

El señor Shì alzó su copa en mi dirección y después dio un trago, como si brindará por mi. No se le veía molesto, al contrario.

-ojalá no hubiera venido - se quejo Emmaline, mirando a su padre que volvía a la conversación en su mesa.

La mire y le tome la mano, sonrió un poco.

Media hora más tarde, Dupont llegó a nuestra mesa menos preocupada que antes.

-ya está listo el salón, vayan a prepárese - nos indicó.

Tratando de no llamar la atención, los que nos presentaríamos ahora, salimos y volvimos al lugar donde se presentó la orquesta. Las sillas habían sido removidas, dejando solo tres para presentar silent night; el piano lo dejaron en su lugar.

Alexander ocupo su lugar y comenzó a afinar su instrumento.

-¿nervioso? - le preguntó Emmaline.

-solo un poco - respondió concentrado.

-¿con un beso de aliento, se te quitara? - pregunto Julieta detrás de nosotros.

Alexander cambio su expresión y le sonrió a su prometida, esta se acercó y lo beso en los labios, Emm y yo nos alejamos un poco para darles privacidad, pero no pude evitar sonreír.

Alexander se había enamorado primero de Julieta, pero ella al tener el corazón roto no lo noto hasta el final del ciclo escolar. Yo había visto como el le daba indirectas y se preocupaba por ella más que por el mismo, y también había visto como Julieta había mejorado gracias a él. No fue fácil para ellos estar juntos, vivían en diferentes ciudades y su problemas personales les dificultaban el camino, pero ahora, estaban por casarse en medio año y eran más felices que nunca.

-son la mejor pareja que he visto en mi vida - comentó Emmaline cuando tomamos asiento en la primera fila.

-conozco otra mejor - dije más para mí.

Poco a poco los invitados comenzaban a entrar de nuevo con mucho ruido por sus propias conversaciones.

-¿es ahora cuando dices "nosotros"? -pregunto curiosa y emocionada.

-¿no estas de acuerdo? - pregunté.

-creo que lo somos, aún falta mucho por recorrer pero lo somos -contestó sonriendo.

Dupont se hizo presente nuevamente y anunció la participación del trio, Julieta tomó asiento a nuestro lado y minutos más tarde los del escenario comenzaron a tocar. Al término el público aplaudió, algunos empleados movieron las sillas para dejar espacio para la siguiente interpretación. Montenegro y el piano suplente se posicionaron y comenzaron a tocar venid y adoremos. Volvieron a aplaudir al concluir y está vez yo me puse de pie, Dupont me presento y me prepare para comenzar.

Respire profundamente y me concentre. Me deje llevar por el movimiento de mi brazo y por la música que salía de mi violin, dejé que todo a mi alrededor desapareciera y antes de darme cuenta había terminado mi presentación. La esposa del presidente, algunos profesores y otros invitados se pusieron de pie y aplaudieron, hice una reverencia y regrese a mi asiento.

Emmaline se puso de pie fingiendo seguridad, antes de que avanzará al piano le apreté la mano para hacerle saber que lo haría bien, Dupont la presentó y como predije, estuvo grandiosa. Hizo que muchos invitados le aplaudieran emocionados, y yo no pude sentir más orgullo.

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora