🎶CUARENTA Y SEIS🎶

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Emm tenía la noche planeada, la hora de que los niños salieran por dulces estaba por comenzar así que fue lo primero que hicimos; salimos de los dormitorios, en el camino todos se detenían a mirarnos por 2 razones: la primera era por los futuros esposos que realmente se veían fantásticos; y la segunda por nosotros, aunque yo sentía que era por Emmaline pues se veía demasiado bien con ese disfraz.

Los cuatro terminamos en el centro de la ciudad, repartiendo dulces y de vez en cuando los tortolos se sacaron fotografías con los transeúntes que los miraban fascinados.

-mira mamá un ángel - oí decir a una pequeña niña francesa.

Sonreí al escucharlo, la niña sonrió y sacudió la mano diciendo hola, le respondí igual. Emm se acercó sin que lo notará.

-Alexander tenía razón, realmente eres un ángel en esencia- me dijo mientras observaba cómo la niña se alejaba mirando hacia atrás esperando que yo no desapareciera.

Me gire y alce las cejas, la tomé de la mano.

-¿y tu de verdad eres quien me corrompera como dice Julieta? - dije en voz alta, cuando creí solo haberlo pensado.

-eso depende - respondió sonriente.

-¿de que? - pregunté curioso.

-de sí al final seguirás siendo el ángel de quien me enamore - respondió sonrojandose.

Pasamos un rato más repartiendo dulces hasta que se acabaron, después volvimos a la academia donde la mayoría ya estaba en el comedor. Todos vestían disfraces, muchos nos observaron al llegar, las puertas de la cafetería estaban abiertas de par en par y aunque no se encontrá muy adornado el lugar, tenía un buen ambiente.

Jamás había estado en una fiesta así, ni siquiera en el tiempo en que estudie en Yale. Dupont de hecho se había esmerado al pedir un menú tan especial e incluso un dj profesional.

-wow, esta mejor de lo que esperaba - comentó Alexander por todos.

-bueno, ¿qué estamos esperando? A divertirnos - dijo emocionada Julieta.

Emmaline la siguió hasta la pista de baile improvisada donde un grupo número de estudiantes ya bailaban animados por la buena música. Alexander y yo, fuimos a las bebidas, donde tras servirnos y probarlas descubrimos que tenían alcohol; la mayoría era mayor de edad en la academia pero dudaba que Dupont lo hubiera autorizado.

-ahora veo por qué todos tan alegres - me robo las palabras mi amigo. - en fin, ¡salud!

Le correspondí el brindis y bebimos un rato, en lo que volvieron Emm y Julieta.

Al igual que la noche del Club solo bebí mientras observaba a las chicas y de vez en cuando a Alexander divertirse bailando. O por lo menos al principio.

A la mañana siguiente, desperté porque la luz me lastimaba los ojos; intente moverme pero Emmaline de nuevo estaba sobre mi brazo, dándome la espalda, ¿qué había pasado?

Deje de intentar levantarme, pero en el proceso la moví.

-5 minutos más - dijo entre boztezos y se giro hacia mí, me rodeo con el brazo y se acercó más.

Decidí no moverla y me acomode a su lado, me volví a dormir. Volví a despertar más tarde al oír mi teléfono sonar, el sonido me taladraba los oídos, así que me obligue a ver quien llamaba: era Ximen, ¿por qué llamaría? Decidí ignorar la llamada, pero logré despertar a Emmaline.

-¿por qué tanto ruido? - se quejo sin abrir los ojos.

-lo mismo digo - le reproche por su tono de voz tan alto, apenas si podía soportar el horrible dolor de cabeza que tenía.

Emm se giro y se estiró junto a mí para después abrir los ojos y mirarme, enseguida comenzó a reír.

-Buenos días, ¿resaca? - saludo.

-¿podrías no hablar tan alto? - me queje, me senté sobre la cama y al hacerlo me mare un poco.

Me sentía fatal, el dolor de cabeza era insoportable y me sentía desorientado y hasta con náuseas, pero lo peor era la sed que tenía.

Tomé el teléfono y vi la hora, era medio día, estábamos en mi habitación y... ¿Estábamos en el dormitorio? ¿En la academia? ¿Juntos?

-ah, ya te diste cuenta - se burló Emmaline al ver mi expresión de sorpresa.

-pero, ¿qué...?-quise preguntar.

-¿no recuerdas nada? - me interrumpió.

Solo recordaba ver a los 3 bailando y a mi sentado bebiendo del ponche que había y después nada...

<<-¡hey!... ¡Emm!... Bailemos - decía arrastrando las palabras.

Después estaba besando a Emmaline a la mitad de la cafetería, con todos bailando a nuestro alrededor.

Alexander y yo nos serviamos ponche sin parar.

-... Tengo novia... - le decía a una figura borrosa.

Bailaba con alguien y de nuevo besaba a Emmaline.

-... Pasó... Mano - decía Julieta después.>>

Eran fragmentos de la noche anterior, coloque las manos en mi cabeza y apreté los ojos. Un nuevo recuerdo apareció y eso fue lo que me alteró aún más.

<<-... me gustas más de lo que ellas me gustaron... - le decía a Emm, ella me miraba sorprendida y feliz- realmente mejoras mi vida en cada sentido, no eres como ella, no eres Jing y eso es lo mejor...>>

-esto es malo - susurre para mi mismo.

-de hecho fue divertido, tu estabas feliz y no hiciste nada malo en realidad, solo te divertiste como alguien normal- me consoló Emm.

-¿qué pasó exactamente? - pregunté forzandome a recordar más pero sin conseguirlo.

Emm se volvió a recostar con un suspiro muy grande, me pidió recostarme y tras pensarlo un momento lo hice.

-bueno, todos nos emocionamos con los ponches, no sabemos que tenían en realidad así que quizá por eso nos afecto tanto - comenzó a explicar Emm, me miró y yo asentí para que continuará y lo hizo...

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora