EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei)

🎶CIENTO TREINTA Y SIETE🎶

Después de la comida y una complicada charla llena de traducciones, por fin acabo el día. Había sido largo y emocionante, afortunadamente luego del comentario de la señora Graciela, quizá mañana sería un día tranquilo, o eso creí.

Al día siguiente desde temprano Emmaline salió con Julieta a hacer lo que sea que hagan la novia y su dama de honor. Yo por otra parte, tuve que seguir a Alexander por toda la ciudad mientras el buscaba un lugar indicado para comprar su traje.

Aproveche el viaje para contarle todo lo ocurrido con Jing hace un mes y sobre todo, para decirle lo que planeaba hacer.

-a ver si entendí, Jing esta comprometida con Nathaniel, pero te pidió una oportunidad, la rechazaste y ahora quieres casarte con Emmaline - resumió todo, nos detuvimos en una tienda cercas de Palacio Nacional (donde trabaja el presidente).

-si, en teoría si - respondí.

-no crees que Emmaline piense que sólo lo haces para demostrarle a Jing que no te interesa - me cuestionó caminando a la entrada de la tienda.

-¿recuerdas las sorpresas que estaba planeando, las que te dije previo al 14 de febrero? - dije siguiéndolo de mala gana, era la quinta tienda a la que entraba.

-si, era el collar ¿no? -dijo, saludo al dueño del local y le hecho un vistazo a los trajes.

-si y también esto - dije sacando mi teléfono y buscando una foto del anillo.

El detuvo su búsqueda y observó la fotografía, parpadeo sorprendido y turno su vista en mi y mi teléfono. El mismo joyero que hizo el collar que recién le había dado a Emm, había sido el que hizo el anillo.

-¡no manches wey! - dijo en español, muy pocas veces se le salía su idioma natal cuando hablábamos. Supongo que en esta ocasión, las palabras en inglés no eran suficientes para expresar su sorpresa. Al darse cuenta de su error, añadió - ah lo siento, quise decir ¡wow!

-¿qué opinas? - pregunté ignorado lo sucedido.

-¿ya lo tienes en tu poder? - pregunto tratando de componerse de la sorpresa.

-si, me lo entregó a la par que el collar - respondí guardando el teléfono.

-vaya, pues, esto es un paso muy importante Lei, debes estar seguro de querer hacerlo y lo más importante debe ser por la razón correcta - me sermoneo.

Antes de yo responder, el le habló al dueño del local y le pidió un traje como el que usaban los mariachis que le llevó a su prometida en febrero.

-estoy seguro, ni todo lo que pasó este año pudo hacerme cambiar de opinión - respondí a la defensiva- y lo hago por la razón correcta, la llegada de Jing no cambia nada de lo que siento y ella no es la razón por la que lo haré.

El hombre de la tienda volvió enseguida y ayudó a Alexander a colocarse el saco para darse una idea.

-si llevas eso, Julieta nos matara a ambos, a ti por usarlo y a mi por no impedirtelo - le comenté apenas se lo había puesto.

-mi sueño de ser mariachi es frustrado nuevamente - se quejo y está vez pidió un smoking tradicional pero juvenil.

El vendedor se fue fingiendo una sonrisa, yo aproveche para sentarme en uno de los sillones que había a la mitad de la tienda.

-¿y que hay de tus padres y los de Emmaline? ¿Qué ya hayan acordado ese matrimonio no te molesta? - pregunto en lo que esperaba.

-mentiría si dijera que no me importa, pero ciertamente con o sin sus planes lo habría hecho - confesé encogiendome de hombros-, me molesta que no nos consultarán pero no cambia nada. Tarde o temprano se lo propondré.

-¿y Emmaline no pensara que lo haces por negocios o por Jing? -insistió.

-espero que no...

-esperar no basta, tienes que estar seguro.

-lo estaré cuando se lo proponga.

El dueño de la tienda, regresó con smoking y Alexander entró al vestidor a probarselo.

-sabes que no te estoy haciendo todas estas preguntas para fastidiarte y hacerte cambiar de opinión, ¿verdad? - pregunto desde el cuadro del vestidor - solo quiero asegurarme que ni tu ni Emmaline vuelvan a meter la pata y se haga otro drama.

-lo entiendo, por eso te digo que estoy seguro de querer hacerlo - respondí fastidiando. ¿Cuántas veces más tendría que decir que de verdad quera pasar el resto de mi vida con Emmaline?

-bien, entonces no me queda nada más que decir que ¿cuando se lo pedirás? - pregunto saliendo del vestidor.

El traje sólo consistía en un saco y un pantalón muy clásicos, perfecto para un evento pero no una boda. Pidió otro traje y se lo probó, así 3 veces más.

-no estoy seguro - respondí durante el proceso de selección de trajes.

-antes de que regresen sería la mejor opción, aquí no pasarán por ninguna interrupción - aconsejo midiendose traje tras traje.

-quizá si te tome la palabra - respondí más para mí.

Finalmente, después de casi 40 minutos de ver cómo entraba y salía con trajes de todos colores, tamaños y formas, se decidió por uno. Quería volver a casa de Julieta y aprovechar el resto del día en descansar, pero no lo logre. Después de asegurarse de que le tomarán las medidas correctas y de dejar pagado el traje, me arrastró por toda la ciudad haciendo los encargos de Julieta y dándome otros sermones más sobre el compromiso, parecía mi hermano mayor.

Nos detuvimos a comer en un restaurante a unos metros de la calle Regina (la cual era famosa por ser una calle peatonal, llena de cafeterías y murales impresionantes).

Los 10 días siguientes, me llevó de arriba abajo con el o con las chicas con todos los preparativos faltantes para la boda; juraría que faltaban pocos pendientes, pero me había equivocado, una boda era demasiado complicada, por lo menos en su organización. Aunque, la emoción de Emmaline hacía que todo valiera la pena querer planear la propia. Julieta y Alexander estaban cada vez más nerviosos, la fecha se acercaba lenta y dolorosament, la presión comenzaba a sentirse y en ocasiones pareciera que el tiempo pasaba volando.

Lo peor, esque yo seguía sin saber en qué momento o que debía hacer para proponerle matrimonio a Emmaline...