🎶VEINTISÉIS🎶

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-ejem, ¿interrumpimos?

Abrí los ojos de golpe y me incorpore tan asustado como Emmaline. Ambos miramos la puerta, allí se encontrá Julieta, Alexander y Alaric.

-parece que aparecimos en mal momento - bromeó Alexander.

Mire de reojo a Emmaline y estaba enrojecida de las mejillas, apuesto a que yo también.

-¿deberíamos volver después? - pregunto Julieta con una sonrisa burlona.

-¿de que hablan? - dije fingiendo no entender.

-emm, les dije que sabía dónde estaba, pero ya es tarde deberíamos ir a cenar - habló apresuradamente Emmaline y se levantó para acercarse a la puerta. Se dirigió a Alaric - lamento que él perezoso de Lei, nos haya hecho perder el último ensayo.

-no hay problema, ya lo esperaba - le quito importancia el profesor. - practicaron bastante, así que no creo que haya errores. De cualquier modo estaré presente.

Alaric se despidió y se marchó aún sonriendo por la situación.

<<¿Qué demonios había pensado?>>

-¿quieren explicarnos que ocurría?- pregunto Julieta aún muy curiosa.

-ni en un millón de años - respondió avergonzada Emmaline.

Julieta me miró esperando mi respuesta, me encogi de hombros y me puse de pie.

-deberíamos salir a cenar - sugerí.

Tras dudar si dejar pasar el tema o insistir, el futuro matrimonio decidió abandonar el interrogatorio y nos siguieron a mi y a Emmaline hasta el restaurante de siempre.

Esa noche después de ir a cenar y cuando ya estaba en mi dormitorio acostado repase lo sucedido... ¿Por Qué lo había hecho? Seguramente aún está adormilado, pero ¿por qué?

Aunque quise dejar de lado lo sucedido, seguía volviendo una y otra vez a mi mente, no podría dormir así. Y de hecho no lo hice, hasta pasando las 2 AM en que el sueño me venció.

Desperté a causa de un sonido persistente, alguien tocaba la puerta de mi dormitorio.

-¿quién? - pregunté desde la cama.

Sin levantarme, tomé mi teléfono y vi la hora. ¡Maldición! Eran las 9 am. Me levante rápidamente y abrí la puerta, Alexander estaba de pie afuera.

-amigo, te perdiste la primera clase y el desayuno - me dijo entrando a mi habitación.

-lo sé, no escuche la alarma - explique mientras recogía la habitación apresuradamente y preparaba lo necesario para entrar a darme una ducha rápida.

-bueno, en realidad no te perdiste de mucho, Dupont nos ha perdonado el día - me dijo mientras me seguía con la mirada.

-¿qué? - pregunté deteniendome en seco.

-si, dijo que los del grupo especial no tendríamos que estar en clase, si no descansando y nos permitió no asistir a clases - contestó divertido.

-¿y apenas me lo dices?

-fue divertido verte correr por la habitación - dijo entre risas.

Le avente lo que tenía en la mano y me deje caer de nuevo en la cama.

-oye, levántate pensábamos en ir a comer algo delicioso antes de medio día que sera cuando todo el mundo enloquesca - me regaño.

-5 minutos - le pedí.

-ni hablar, levántate o te dejamos - me amenazó.

Entre suspiros me levante, forzadamente me di un baño y me prepare, 30 minutos después estábamos alcanzando a las chicas en el jardín.

-¿de nuevo te quedaste dormido? - pregunto Julieta divertida.

-lo normal en él - comentó Emmaline riendo.

Ni ella ni yo hablamos directamente con él otro en todo el día, salvo cuando se requería. Ni siquiera lo hicimos cuando al volver a la academia Dupont, nos mandó a prepara nuestra ropa formal.

El plan era utilizar los vestidores de la Opera Garnier y así evitar accidentes de camino.

Una hora y media antes del evento, Barnaby nos llevó a todo el grupo en un autobus hasta el lugar. Durante el trayecto Dupont no dio su clásico sermón y todos los profesores involucrados también dieron su discurso motivaciónal.

-esto parece una excursión - pensé en voz alta.

Emmaline era la más cercana a mi y la única que escucho.

-tu nos metiste en esto - me reprochó en susurro.

-no me iras a reclamar sobre la foto - dije, refiriéndome claro a ese día en que le enseñe música.

-otra idea grandiosa como esta y quizá lo haga - amenazó.

Al menos ya me hablaba. Sabía que  en realidad no estaba molesta, se encontraba muy nerviosa pero no quería decirlo. La verdad hasta yo lo estaba, hacía mucho tiempo desde mi última presentación, quizá estaba algo oxidado.

Una hora más tarde, todo el grupo, incluyéndome, ya estábamos en una antesala, esperando nerviosamente a que la última media hora pasara deprisa.

Julieta y Alexander se distraian hablando sobre su boda y la idea de tener una presentación en vivo. Mientras tanto, Emmaline paseaba por la habitación de un lado a otro, yo la seguía con la mirada pues cada tanto caminaba frente a mi.

No faltaban más de 10 minutos cuando me canse de verla ir y venir, la tomé de la muñeca y la senté a mi lado.

-me estás mareando - me queje.

-nadie dijo que tenías que seguirme - me reprochó.

-respira, saldrá bien - le repetí en susurro.

-¿qué tiene que ver con...

-desde temprano te haz frotado las manos en la ropa y no paras de ir a un lado o a otro, claramente estas nerviosa - la interrumpí - me pones más nervioso y ansioso de lo normal.

-ja, ¿es mi culpa? - pregunto sarcástica.

Negué con la cabeza cansado, al hacerlo note que aún sostenía su mano y la solté deprisa. Si ella lo noto, no dijo nada.

Quería decirle algo más reconfortante, pero justo cuando estaba por hablar:

-muy bien, todo está listo, todos llegaron - anunció Dupont entrando a la sala.- que comience el espectáculo.

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora