🎶CIENTO CUARENTA Y CUATRO🎶

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La hacienda Cetina estaba más lejos de lo que esperaba, casi a las afueras de la ciudad. Pará cuando llegamos, Verónica nos esperaba en la puerta principal.

-se tardaron bastante - se quejo en su idioma natal.

-tuvimos que hacer una breve parada antes de venir - explico Emmaline en el mismo idioma.

Teníamos preparada una sorpresa para los tortolos y antes de poder llegar al lugar de la boda pasamos por una parte de esa sorpresa.

-bueno, igual mi hermana aun no llega -comentó Verónica - siganme los llevaré a su mesa

Seguimos a la hermana de Julieta a adentró. La hacienda si que era enorme, tenía una casa de 3 pisos (era como una mancion, casi del tamaño de la casa Daoming de Londres) en el centro de frente a la entrada, al fondo a la izquierda un establo con diferentes animales y a la derecha un enorme jardín, donde había colocado un techo de lona blanca para cubrir las mesas del sol.

La mayoría de los invitados ya ocupaban sus lugares, charlaban y bromeaban entre ellos, era muy difícil saber que familiares eran de Julieta y quienes de Alexander, de cualquier forma no intente averiguarlo.

La mesa principal, donde se sentarían los tortolos, era la más larga y cercana a la casa; rodeandola a los costados y al frente se encontraban el resto de las mesas, dejando en el centro un espacio que seguramente sería la pista de baile. Los amigos parecían ocupar el lado izquierdo del lugar, mientras que los familiares el lado derecho y frontal. Seguramente habría unos 250 invitados o quizá más, si que sabían cómo festejar a lo grande.

-ah sobre lo que pidieron, estará listo después del brindis en unas horas - comentó Verónica recordándolo de pronto.

-gracias, es el momento perfecto--respondió Emmaline antes de traducirme lo que acababan de decir.

Unos pasos más adelante, llegamos a nuestra mesa, era cuadrada para 16 personas, tenía un florero en el centro con girasoles y coreopsis (sabía que no faltarían ambos tiempos de flores), y claro los platos y cubiertos para la cena. La sorpresa no fue la decoración, sino quienes ya estaban en la mesa: Colette Dupont, Alaric Isabey,el profesor Athens (tutor de Julieta), la profesora Bennett (tutora de Alexander) , el señor y la señora Wang, la madre de Emm, Nathaniel, Ximen y Xiaoyou, Ah Si y Shancai y Meizuo.

-parece que sólo faltabamos nosotros--saludo Emmaline sonriente como siempre.

Salude educadamente a los profesores y solo les di una mirada a mis amigos.

-Lian, Yu, no sabía que vendrían - comenté mirando a mi cocinera y mayordomo.

-la señorita Julieta fue muy amable en invitarnos, teníamos unos buenos ahorros y creímos que sería la ocasión perfecta para gastarlos - explico Yu.

-si, lástima que Barnaby fue llamado por tu padre y no pudo venir -comentó Lian.

Antes de que alguien más pudiera decir algo los tortolos llegaron por fin, la fiesta entera se puso de pie y aplaudió a los novios. Durante la primera hora de la fiesta, los meseros se acercaron a ofrecernos bebidas y los tortolos se dedicaron a saludar a todos sus invitados en el centro de la pista; sus primos, tíos, abuelos, sobrinos, amigos de la infancia y todo el mundo en realidad hacían una gran fila frente a Julieta y Alexander, esperando su turno para darles sus regalos y tomarse una foto con ellos. Recibir a 250 invitados y tomarse la misma cantidad de fotos parecía algo agotador.

Nathaniel miraba con cierta tristeza la escena e Isabel estaba muy entretenida hablando con los Wang y Dupont, Alaric charlaba con los demás profesores y los F4 comentaban emocionados los detalles de la ceremonia.

-soy la única que ve esto muy irreal -comentó Emmaline en voz baja.

-no, aunque agradezco que nos sentarán con personas conocidas - comenté tomando mi copa.

-en unas horas quizá la mitad de los que están en la mesa estarán bebiendo con el resto de la fiesta--apostó ella muy confiada.

Ciertamente, en perspectiva, nuestra mesa parecía distinguirse sobre las demás, todo el mundo pasaba y cuchicheaba después de lanzarnos una mirada curiosa. Desde que había llegado a México era algo con lo que tuve que lidiar, no entendía porque tanto alboroto, los mexicanos siempre se caracterizaron por ser amigables y convivir demasiado con extranjeros.

La fila se acabó casi media hora después, fue entonces cuando el dj (que hasta el momento había puesto música tranquila) le pasó micrófonos a los tortolos. Aprender español debio haber sido mi prioridad estos años.

-Gracias a todos por venir, sabemos bien cuan desesperante es que no te den de comer en una fiesta así que... - comenzó a decir Alexander con una sonrisa de oreja a oreja, los invitados rieron y le dieron la razón.

-así que, antes de iniciar con la celebración, disfruten de la cena que preparamos - concluyó Julieta animada.

Dicho eso, todos los meseros entraron a la pista de baile y comenzaron una coreografía sencilla moviendo sus servilletas y girando en círculos mientras sostenían el primer platillo a servir. Minutos más tarde, pasaban a cada mesa y servían la sopa o más bien crema (una tipo sopa espesa hecha de elote/maíz).

Durante la comida, Athens y Bennett nos contaban su perspectiva de la historia de los tortolos y todas las travesuras que hacían en clase. Después de la crema, sirvieron la pasta; luego el plato fuerte, lomo de cerdo en adobo y papas al horno. Las dotes culinarias de los mexicanos me seguían sorprendiendo.

Acabada la comida, la madre de Julieta se puso de pie y llamó la atención de toda la fiesta.

-hola a todos, familiares y amigos, primero que nada gracias por acompañar a mi hija y su ahora esposo el día de hoy -parecía ser que el brindis comenzaba- hace más de 20 años nació mi pequeña Julys - Julieta quizo quejarse pero su madre con una mirada la hizo callar- y hoy, aún sigo sin creer que esa pequeña niña haya crecido tanto, no tengo palabras para decir lo feliz que estoy de que haya encontrado a su príncipe azul, no podía estar más orgullosa de mi hija, exitosa, talentosa y ahora lista para dejar el nido.

>>mi Julys, deseo que esta nueva etapa en tu vida esté llena de prosperidad y felicidad, te la mereces, eso y mucho más - la señora Graciela ya empezaba a llorar al igual que Julieta - brindó por ti, por Alex, por ambos. Brindó por su felicidad y su futuro. Salud.

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora