🎶CUARENTA Y SIETE🎶

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- primero me invitaste a bailar, luego me rechazaste cuando te ofeci otra bebida, eso fue gracioso - se rio al recordarlo - me dijiste que tenias novia y no beberias sin ella, cuando me fui y regrese me contaste que una chica se acercó a darte una bebida pero que la rechazaste.

>>luego bailaste con Julieta, bebimos más, me abrazaste y besaste muchas veces - sonrió y ambos nos sonrojamos, aunque yo sentía que me quemaba - me dijiste cosas muy lindas, hasta le dijiste a todos a tu alrededor que era tu novia, de hecho llamaste a tus amigos,- frunció el ceño pensativa - me sorprende que lograras hablar en inglés aún estando tan borracho. Y despues, Julieta y yo te trajimos al dormitorio, Alexander terminó vomitando en mi baño. - ambos hicimos una mueca de asco - Julieta y yo pensábamos ir a ayudarlo pero tu me sujetaste y me jalaste para que me recostara contigo. Me pediste que me quedara y eso hice.

Me puse el brazo sobre la cara para evitar que viera lo avergonzado que estaba, jamás me había emborrachado, ni siquiera cuando pelee con Ah Si.

Emmaline me quito el brazo de la cara y se acostó de lado para después hacer que la mirara a los ojos.

-de verdad, no fue nada malo - me consoló - de hecho me gustó verte actuar así, te veías tan feliz y yo soy feliz si tu eres feliz - me sonrió y dio un corto beso en los labios - además, fuiste muy romántico y tierno toda la noche conmigo, eso me gustó más.

Lo único que pude hacer fue abrazarla, suspiré y sentí un alivio al ver que no recordaba lo que yo si, sobre mi comentario de Jing. Un niño y un borracho siempre dicen la verdad, y aunque efectivamente no era nada malo, haberla mencionado en una comparación no habría sido una buena idea si yo hubiera estado consciente.

Nos quedamos haci un buen rato, hasta que alguien tocó la puerta, era Julieta.

-que bueno que despertaron - nos dijo, su maquilla estaba todo revuelto y seguramente Emm y yo nos veíamos así de mal- Emmaline, Alexander y yo ya desocupamos tu habitación, por si quieres ir.

-de acuerdo, creo que sería buena idea ir a cambiarme - coincidió Emmaline.

-¿nos vemos en 30 minutos para salir a comer? - pregunto Julieta bates de irse

Emmaline y yo accedimos, ella se fue y tras un momento de incertidumbre también se fue Emmaline a cambiar. Me levante y sentí náuseas, terminé vomitando en el baño, ¿así se sentía una resaca?

30 minutos más tarde, salí de mi habitación, encontrándome con Emmaline que también salía.

-ten - me dijo ofreciéndome un frasco.

Eran pastillas para la migraña, tomé un par y las ingeri, y le agradecí.

-¡Dios, se ven terribles! - oímos decís a Alexander.

Recién aparecía con su prometida, pero el se veía tan mal como nosotros. Con demasiada pereza todos salimos del edificio de dormitorios y nos encontramos con un completo caos en el campus, había basura, varios estudiantes tirados en el pasto, zapatos perdidos y muchos otras cosas.

-¿pero que paso? - pregunto Julieta robandonos las palabras.

Los hombres y mujeres de la limpieza hiban y venían recogiendo la basura acompañados de 3 estudiantes de último años, de los cuales uno era del grupo especial.

-al parecer, los tres alumnos que están ayudando a limpiar, agregaron alcohol al ponche de anoche - habló alguien llegando por detrás.

Los tortolos y Emm dieron un brinco de sorpresa, la directora Dupont había aparecido de la nada.

-ah, se aloco un poco la cosa -reconoció Alexander.

-en exceso, pero como saben el consejo me impide expulsar alumnos, por lo que ayudar a limpiar pareció un buen castigo - explico Dupont.

En el reglamento decía que cualquier estudiante mayor de edad sólo podía recibir un castigo si sus acciones hiban encontrá de las otras reglas, pero no era posible la expulsión del alumno, no importaba la gravedad del asunto, ya que ningún alumno había firmado un contrato o algo parecido. Era complicada esa regla, ya que se autorizaba un castigo para responsabilizar al culpable pero ya que era alguien mayor tenía libertar de elección legítima para realizar lo que quisiese. En conclusión, cada quien decidía que hacer pero si era malo te ganabas un castigo.

-deberían modificar esa vieja regla-sugirió Emmaline.

-ojala, pero ha funcionado bien y el consejo se niega a hacerlo - se quejo Dupont - muchos estudiantes más estuvieron involucrados al beber el ponche, pero no puedo hacer nada contra ellos.

Se le veía un poco molesta, no solía salirsele nada de las manos aunque en esta ocasión parecía frustrada al no poder hacer más que reprender a 3 chicos. Nosotros habíamos sido de los que eligieron seguir bebiendo el ponche, ella no lo sabía y era mejor así.

-cómo sea, parecen ser los únicos decentes en este caos, me parece que hay esperanza - añadió mirándonos de pies a cabeza.

-si, bueno, bebimos un poco pero al notar que algo andaba mal, decidimos dejarlo - se apresuró a mentir Emmaline.

-que bueno, me preocupaba que hubiera terminado así - dijo señalando a un estudiante a la mitad del jardín, pero era obvio que el comentario era para mi. - por cierto, ¿a dónde van?

-a desayunar - respondí neutral-¿quiere acompañarnos?

Me gane una de las miradas de Alexander y Julieta que me decían que si estaba loco, lo ignore y espere la respuesta de Dupont.

-me encantaría, pero debo vigilar a esos 3 -respondió tras pensarlo.

Le ofrecí traerle algo pero igual se negó. Nos dio “permiso" de irnos y eso hicimos.

Si tan solo se le ocurría revisar las cámaras del pasillo de los dormitorios, los 4 estaríamos en problemas, pero por ahora lo que me preocupaba era la llamada entrante de Ximen...

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora