🎶CIENTO SETENTA🎶

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El lugar donde realizaríamos la recepción, eran una sala de eventos  no muy lejos de la iglesia. Se parecía mucho a la casa presidencial francesa, pero estaba estructurada al estilo inglés de la época de la reina Isabel. La pista de baile estaba en el centro, rodeada de las mesas de invitados y la mesa principal donde estaríamos Emm y yo. Poco a poco los invitados hiban llegando y buscando sus lugares, mis padrinos y los tortolos fueron los primeros en llegar, teóricamente ellos se habían encargado de la organización y se los agradecía demasiado.

Dicen que cuando estas disfrutando algo, el tiempo pasa volando y era cierto. Cuando la fiesta se lleno, lo que pasó después fue un torbellino de momentos, los discursos de mis amigos para felicitarnos, nuestro brindis de bodas, nuestro primer baile como marido y mujer, el lanzamiento del ramo (el cual le cayó a Xiaoyou, haciendo que Ximen se ahora con su copa de vino) y sorprendentemente una interpretación de Nathaniel y su violonchelo; cuando Emmaline me había contado que el también tocaba un instrumento, no lo podía creer que ahora que lo oía, no podía negar que también tenía talento. Sobretodo porque la melodia que interpretó de su propia autoria me llevó a revivir los mejores momentos con Emm: aquel tierno beso en la mejilla cuando niños, nuestro primer día juntos en la terraza, nuestro encuentro en el salón de prácticas, nuestro momento después de aquella noche de fiesta, la cena que tuvimos a la luz de las velas, la primera nevada, cuando nos dijimos te amo, el viaje a Canadá, el 14 de febrero, el viaje a la playa, la boda de los tortolos, nuestro compromiso, la planeación de la boda, la ceremonia de horas antes y muchos más que podría describir con lujo de detalles.

Después de su presentación, Emm y yo estábamos disfrutando de ver bailar a nuestros amigos, en la pista de baile reían y bromeaban entre ellos. Y yo comentaba la buena presentación de Nathaniel, era pasado de media noche y toda la diversión recién comenzá.

-perdone la molestia señor y señora Huaze, hay alguien que quiere verlos en privado -se había acercado uno de los de seguridad de la fiesta.

Emmaline y yo intercambiamos miradas confundidas, pero seguimos al hombre hasta la entrada del recinto. Después de marcharse el hombre, de detrás de un pilar, salió la persona que nos quería ver a solas: Jing.

-¿qué demonios haces aquí?-pregunto a la defensiva Emmaline en cuanto la vio.

-vengo en son de paz - se apresuró a responder Jing - no estaba segura de que vendrían si les decía al de seguridad quien era, perdón por el misterio.

-¿y para que querías vernos? - pregunté sosteniendo a Emmaline para que no hiciera una escena aquí y ahora.

-solo vine a disculparme, por lo de hace unos días y por todo en realidad - confesó Jing, realmente se veía arrepentida y muy golpeada aún, a pesar del maquillaje que había usado para ocultar los moretones - mi manera de actuar fue totalmente incorrecta y se que les cause más de un problema, específicamente a ti Lei...

>>lamento mucho lo que pasó hace años y lamento no haber entendido que ya eras feliz con alguien más, fue estúpido de mi parte creer que seguirías esperándome - sus palabras realmente eran sinceras, o eso quería creer yo, Emm aún la miraba desconfiada - y Emmaline, perdón por todo lo que dije sobre ti y toda la violencia que hubo de mi parte, pero sobre todo lamento ser una piedra en el zapato de tu familia - las lágrimas ya habían llegado, si hablaba enserio, ella casi nunca lloraba frente a nadie - mi palabra no vale, pero prometo compensarte todo y tratar de hacer feliz a tu hermano. De verdad, perdón. No quisiera quitarles más tiempo de su boda...-hizo una pausa y miró la puerta al evento, pese a que estaba cerrada se escapaban las risas y la música - felicidades, les deseo lo mejor y de nuevo, perdóneme...

Sin esperar respuesta, se dio la vuelta y se alejo con la cabeza en alto, aún conservaba dignidad para caminar con la mirada en alto. Así era Jing, aceptó su error pero eso no la derrumbaria.

-no esperaba eso - dijo Emmaline en voz baja, ambos nos habíamos quedado sin palabras tras aquel discurso.

-supongo que la charla que tuvo con los F4 ayudó en algo - analice sin creerlo tampoco.

Dejándome aún más sorprendido, Emmaline sonrió, no burlándose, era algo diferente.

-ojalá cumpla su palabra y haga feliz a mi hermano - comentó Emm con tono esperanzado - si fue lo suficiente valiente para pedir disculpas de frente, no veo porque no pueda cumplir su promesa.

Así que, para Emm el asunto estaba cerrado, la había perdonado aún después de todo, aquella honestidad de momentos antes con Jing había bastado para que Emm cediera. No había palabra honesta a la que mi esposa pudiera resistirse.

-creo que este es nuestro final feliz - le dije emocionado.

Ella giro y sonrió ampliamente.

-¡oh, no! Es solo el principio de nuestra felicidad - me corrigió haciendo que la abrazara por la cintura. - ¿qué no habías dicho que querías que el mundo entero conociera nuestra historia?

-tu dijiste que era algo ambicioso-le recordé con voz dulce.

-pero no imposible - añadió con una sonrisa pícara - además después de no saber de ti desde niños y reencontrarmos por casualidad, nada parece imposible.

-puedes llamarlo destino - comenté dando un paso hacia ella para reducir el poco espacio que aun quedaba entre nosotras.

-destino o no, tenemos toda una vida para hacer lo que queramos juntos - hizo una pausa y soltó una risilla - señor Huaze-Shì, por el resto de nuestras vidas, ¿quieres tocar a dueto conmigo y transmitir nuestro amor con la música?

Casi había pasado por alto que el de seguridad nos había dicho señor y señora Huaze, me gustaba como sonaba eso pero, Huaze-Shì es aún mejor.

-señora Huaze-Shì, seria un honor para mí tocar el resto de mi vida a su lado - respondí sonriente.

-¿como en el ensayo? - pregunto acortando la distancia entre nuestros rostros.

-cómo en el ensayo... - susurre a pocos centímetros de ella.

Un beso selló nuestro acuerdo, un beso había iniciado todo muchos años antes y hoy se volvía algo más, un nuevo inicio y un final. Aún contra sus labios le dije como promesa y como principio de todas las lindas palabras que venían:

Wǒ ài nǐ, wǒ huì yǒngyuǎn ài nǐ

“Te amo y te amaré por siempre"

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora