🎶CIENTO DÍEZ🎶

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Después de comer entre risas, cada quien se fue por su lado. Al parecer Ximen y Xiaoyou tenían clases con el Maestro del Té de Ximen; Ah Si ayudaría a Shancai a estudiar para sus exámenes del próximo mes; Nathaniel seguiría con un preparativos de los cuales apenas si mencionaba; y Meizuo iría al trabajo a preparar su ausencia temporal. Emm y yo fuimos a mi casa, no había nadie y podríamos hablar más tranquilos.

-mañana hablaré contigo - le sentenció Emmaline a su hermano antes de irnos.

-prepare la careta y quizá un peto- comenzo a planear Nathaniel preocupado.

Emm lo amenazó si seguía tomando a modo de juego la situación y después nos marchamos por fin a casa. 30 minutos después llegabamos.

-¡wow! ¿Así que esta es la casa del CEO Huaze Lei? - comentó al bajar del carro.

Hice una mueca al escuchar “CEO", aún no me agradaba serlo y realmente quizá nunca lo haría. La guíe hasta la entrada y abrí. Dejamos los abrigos en la puerta y la lleve hasta el primer piso, donde estaríamos más cómodos en la pequeña sala.

-¿joven Huaze? Ya llegó - saludo la ama de llaves - ah, no viene solo, ¿gusta que le lleve algo para usted y su acompañante?

-Shui le presento a Emmaline, Emmaline ella es la ama de llaves y cocinera Shui - las presente rápidamente - un poco de té estará bien.

-un placer conocerla señorita, además de la señorita Jing jamás habíamos recibido a otra chica, es todo un gusto que viniera -saludo Shui - y enseguida les llevaré sus bebidas.

-gracias - respondió apenada Emm.

Shui se fue y nosotros terminamos de subir, nos sentamos en uno de los sillones.

-así que la única chica, ¿eh? - pregunto Emm para romper el silencio.

-¿no lo crees? - pregunté.

-el golpe no afecto mi memoria, se que es verdad - bromeó.

-sobre eso... - comencé a decir.

Ella me puso su dedo índice sobre los labios para evitar que siguiera hablando y negó con la cabeza.

-no lo digas, te he dicho que esta bien, se que no pudiste prevenirlo de ningún modo y tampoco fue tu culpa - me consoló.

Abrí la boca para hablar, pero tan rápida como siempre, Shui se hizo presente con el Té, le agradecí y se marchó.

-pero si pude haberlo prevenido - insistí.

-no Lei, deja de torturarte así, ya estoy aquí, sana y salva, no te martirices más - me suplico, yo simplemente no podía dejar de lado todo.

Por un largo rato solo nos centramos en dejar de lado todo lo ocurrido y después solo me dedique a contarle con lujo de detalle, todo lo que Nathaniel y yo habíamos estado haciendo, todo lo que yo me había guardado y lo que ella pensaba mientras me escuchaba cuando estaba en coma.

Eran casi las 10 de la noche cuando mi teléfono sono, era Julieta.

-¿hola? - dije al responder.

-¿qué tal todo? ¿Ya te llego la sorpresa? - pregunto emocionada, de fondo se oía mucho ruido pero no preste atención.

-si, pero hubiera agradecido más si tan solo la sorpresa hubiera sido hace un mes - me queje.

-no seas aguafiestas, hace un mes no hubiera sido sorpresa - comentó enfadado Alexander.

-¿Emmaline esta contigo? - pregunto Julieta.

-si, esperen - dije poniendo el alta voz.

-¡Hola! ¿Llegaron bien a México?- saludo Emm.

-por supuesto, ya hasta vinimos a la Villa a buscar a un Padre para nuestra boda religiosa - respondió Alexander.

-¿la que? - pregunté confundido por el nombre del lugar.

-ah, es como El Vaticano pero mexicano - explico Julieta - es por mero requisito, ya saben que opinamos de la religión.

Las familias de ambos eran excesivamente religiosos y había sido un problema total cuando los tortolos se habían negado en un principio a la ceremonia religiosa. Supongo que al final la familia ganó.

-¿qué no ya lo habían planeado todo? - pregunto Emm.

-si, aprovechamos el tiempo extra en París para planear, pero aún necesitamos hacer varias visitas - respondió Julieta sobre el ruido de que da la nada aumento.

-¡ayuda! Si recorro otra iglesia u otro lugar para la boda, moriré- dramatizo Alexander y eso nos hizo reír.

-creo que ya es tarde para arrepentimientos - se burló Emmaline.

-si demasiado tarde - coincidió Julieta y se oyó el quejido de Alexander, seguramente lo había golpeado - bueno no sólo llamamos para ver como estaban...

-¿ah no? - pregunté fingiendo estar ofendido.

-okay, si fue el motivo principal, pero dado a que están bien y ya están juntos de nuevo - corrigió Alexander - queríamos preguntarles algo.

-suena serio, ¿que pasa? - quizo saber Emm.

-pues aún no consigo dama de honor - comenzó a decir Julieta.

-y a mi me falta un padrino - añadió Alexander. - por ello, queríamos saber si...

-¿les gustaría ser nuestros padrinos de boda? - soltó Julieta emocionada.

-¡si, por supuesto que sí! - accedió Emmaline inmediatamente- hay tanto por hacer, será mejor comenzar pronto.

-¿tu que dices Lei? - pregunto Alexander riendo.

-sería un honor, por supuesto que si - accedí feliz.

-¡Gracias chicos! Estaremos en contacto con ustedes muy seguido, por ahora tenemos que ver a un Padre más - respondió Julieta, no cabía en su felicidad.

-¡otro más, no! - se quejo Alexander.

-cuídense, los llamaremos después - se despidió Julieta y antes de colgar - Emmaline, recuerda tomar tus medicamentos, nada de sol por más de una hora, nada de emociones fuertes ni alcohol.

-si, segunda madre - dijo Emm a modo de despedida.

La llamada terminó y nos dejó con una gran sonrisa en el rostro. Yo estaba realmente orgulloso y feliz de que Julieta y Alexander al fin tuvieran su final feliz.

Emm y yo hablamos del tema un largo tiempo, tanto que olvidamos por completo la hora.

-por tanta emoción olvide la hora- dijo Emm de la nada mirando su reloj - debo ir al hotel.

-no, quedate, por favor - le pedí tomándola de la mano.

-pero debo reclamar la habitacion, ya pague por ella - me explico.

-les llamaré y que el chófer vaya por tu equipaje - me apresure a buscar soluciones- no te tuve por medio año, por favor, te extrañe demasiado...

En otra situacion no habría suplicando, pero temía que al despertar todo hubiera sido un sueño y Emm en realidad siguiera en Francia hospitalizada.

-por favor... - insisti.

-de acuerdo - accedió sonriente- no puedo negarme a tanta ternura.

Y yo, simplemente no podía pasar otra noche más sin ella.

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora