🎶CIEN🎶

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Más tarde ya estaba de nuevo frente a la habitación de Emmaline, Isobel había salido a hablar con Nathaniel pero yo aún me debatía entre entrar o no.

<<-se que no confías en mi y tampoco te estoy pidiendo que lo hagas - me dijo Nathaniel al final de nuestro encuentro - ya vi lo que significa Emma para ti, lo único que pido es que dejes que yo me encargue de mi padre y cuides de ella.>>, sus palabras se repetían en mi mente una y otra vez. ¿Qué creía que había estado haciendo todo este tiempo?

Finalmente me decidí a entrar y con paso decidido avance más deprisa que antes al interior de la habitación. Nada había cambiado. Caminando un poco más lento me senté en la silla del costado derecho de Emmaline y le sostuve la mano. No sabía que decir, las lágrimas me quemaban los ojos mientras el accidente se reproducía en mi mente junto con toda la explicación que acababa de darme Nathaniel.

-lo siento... - susurre pese al nudo en mi garganta.

Una vez que dije las primeras palabras, lo demás salió solo. Le pedí disculpas por haber desconfiado de ella, por haberla torturado tanto tiempo y por no haberme dado cuenta de que lo único que quiera en mi vida era a  ella. Le pedí que no me dejara, que siguiera con vida. Le rogué entre lágrimas por un buen rato, al fin podia sacar todo lo que había estado guardando las últimas semanas.

Después de aquel día, las cosas comenzaron a mejorar poco a poco, mis crisis ya no eran tan recurrentes, Isobel parecía más tranquila e incluso Colette y Alaric se les veía mejor.

Ah Si y Shancai volvieron a China una semana después, no sin antes exigir que respondiera el teléfono cada que ellos marcarán. Me habían apoyado mucho en los últimas semanas así que no podía hacer más que dejarlos volver a su vida, ya sin preocuparse por mi.

Julieta y Alexander pasaban por el hospital varias veces a la semana y aunque no podían pasar a ver a Emmaline, siempre le llevaban flores. Lian y Yu siguieron preocupándose porque comiera incluso cuando hiba al hospital, Barnaby me llevaba y traía. Y con Isobel habíamos organizado un horario para que ambos descansarámos y pasáramos tiempo con Emmaline; tuvimos que cederle unas horas también a Nathaniel, aún no me agradaba pero que podía hacer, era su hermano después de todo.

Así pasó un mes, en el que Emmaline no mejoró pero tampoco empeoró. El doctor nos pedía que los prepararamos para lo peor si en un mes más no despertaba. Ni Isobel ni yo estábamos preparados para ello y nos reusabamos a hacerle caso al médico.

La madre de Emmaline investigó sobre la situación de Emmaline y comenzó a poner en práctica las recomendaciones que leía: hiban desde hablarle positivamente hasta arreglar la habitación del hospital a como era su habitación en casa. Realmente se estaba empeñando mucho en lograr que despertará y todo comenzó cuando Dupont le dio la noticia de que tanto Emmaline como yo habíamos llamado la atención de varios directores y productores, nos ofrecían buenos contratos y un futuro.

Por mi parte, yo no podía pensar en otra cosa que Emmaline, así que le dije que por el momento no estaba interesado. Dupont, obviamente no le dijo eso a los interesados; les pidió tiempo y ellos accedieron, después de todo “una vez en la vida se toparian con un talento de esa magnitud, no les costaba nada esperar", alegaron ellos.

Así, deseando que despertará y que ella siguiera con su sueño, cada que estaba con Emmaline le sostenía la mano y le contaba como hiban las cosas, como se encontraban todos, y cuando no tenía nada que contar, le leía o reproducía su música favorita.

Dormir comenzo a ser muy difícil para mí, a medida que Isobel transformaba cada vez más la habitación de Emmaline, cada día se parecía más a la de mi sueño y temía que si me quedaba dormido la pesadilla se volviera real.

-vaya, cada vez te ves peor - comento fingiendo sorpresa Nathaniel.

Ya habían pasado casi dos meses desde que pasaron a Emmaline a un cuarto. Un día antes había ido a dormir a casa, por lo que al llegar me había encontrado con que Nathaniel estaba cuidando de Emmaline.

Mire mal a Nathaniel, lo que solo lo hizo reír. Comenzaba a tolerarlo, es lo menos que podía hacer ahora que había mostrado su verdadera personalidad, que no distaba mucho de la de Emmaline en realidad.

-¿cuándo te vas? - le pregunté secamente, mientras me sentaba a un lado de Emmaline.

Sus heridas habían mejorado bastante, en unos días le quitarían los yesos y ya podía respirar por si misma.

-en unos días, ya no puedo postergar más mis pendientes -respondió cambiando el tono de voz a uno más irritado.

Sus pendientes consistían en entregar invitaciones y terminar las negociaciones que había planeado para quedarse con la empresa Shì.

Sin prestarle atención, saque mi teléfono y coloque una canción, que acaba de escuchar y me había recordado a Emmaline, “Be there for you" .

-ugh, demasiado romance para mí - escuché que se quejo el hermano de Emmaline.

-la puerta está por allá - le respondí señalando el pasillo que llevaba a la puerta.

-uff, siempre tan amable - volvió a quejarse sarcásticamente, me gire y lo volví a mirar mal- vaya soy mayor que tu y aun así, el que me manda eres tu, ¡sorprendente!

No dije nada y me gire para tomar nuevamente la mano de Emmaline.

-bien, me voy, regresaré en un rato - se despidió finalmente - no olvides reproducir Stray Alone y The lost Song.

Dicho eso, salió de la habitación y yo me concentre en la canción que estaba por terminar.

Los últimos días, Isobel le había puesto estas dos canciones y cuando eso pasaba, Emmaline movía casi imperceptiblemente sus dedos de la mano. El doctor decía que era buena señal por lo que continuamos poniéndola diario. Quizá algo cambiaría un día de estos gracias a esas melodías.

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora