Lo primero que vi fue un corto pasillo hacia el interior de la habitación. Sin embargo, el sonido particular del electrocardiograma me hizo avanzar dentro de la habitación.
La ansiedad me estaba matando, nuevamente me sentía mareado y mis ojos no parecían querer enfocar lo que veía, me hacía sentir fuera de mi. Pero no podía darme el lujo de caerme ni de tener una crisis justo ahora, tenía que ser fuerte para Isobel, aunque ninguno de los dos supiera quien estaba ahí para apoyar a quien.
Poco a poco la cama fue apareciendo, el tiempo hiba demasiado lento o ¿yo estaba avanzando muy lento? Cualquiera que fuera la opción, igual solo empeoraba como me sentía.
Y de pronto la vi... Pierna y brazo izquierdos enyesados, un poco elevados por un extraño aparato que caía del techo. Conforme más me acercaba más veía y peor me sentía. De su brazo derecho salían delgados tubos conectados a una bolsas llenas de líquidos, ahí le ponían las vitaminas y medicamentos. De su dedo índice de la mano derecha sobre salía el raro aparato que ayudaba al electrocardiograma a monitoriar su pulso.
Al llegar a los pies de la cama, la vi completamente. Aún tenía rasguños en su cara, un ojo morado y los labios rotos y muy secos. Por la nariz le salían los tubos que la ayudaban a respirar. Usaba collarín y llevaba una gran venda en la cabeza. Podía ver como, hasta respiraba con dificultad. Todo eso era mi culpa.
No recuerdo el momento en que decidí dar media vuelta y regresar por donde había venido, pero lo había hecho. Ni siquiera estaba dentro del hospital, ¿cómo había llegado ahí? Había pasado ya media hora desde que pise la habitación de Emmaline, comenzaba a perder conciencia cada vez más seguido. Estaba harto de que sucediera lo mismo, pero bien habia dicho Julieta, desde mi ruptura con Emmaline había sido más volátil de lo que fui jamás. Incluso Shancai que me conocía bien me había tratado de terapear durante los últimos días, lo agradecía pero no parecía funcionar.
-cuando dije que debías conseguir que quedara bien frente a mi padre, no creí que te arriesgarías a hacer algo como eso - escuche que alguien decía tras de mi.
Di un brinco, realmente estaba demasiado sensible para evitar que me sorprendieran; y esque ya no sabía si realmente había alguien detrás mio o ya comenzaba a alucinar.
-al fin te dignas a aparecer -le reclame al recién llegado conservando la calma, después de haber girado en su dirección.
No entendía de donde salía esa calma y siendo honesto, no creía que el recién llegado mereciera que yo actuará tan tranquilo frente a él. Me sorprendía mi modo de reaccionar desde que el apareció, siempre era estar a la defensiva.
-nunca es tarde para ver a mi hermanita - dijo Nathaniel encogiendose de hombros. Se le veía tan tranquilo, como si realmente le importara lo mínimo lo que sucediera con Emmaline.
-creo que llegas 2 semanas y 13 horas tarde - le reproche entre dientes. Si, había estado llevando la cuenta, cada segundo en que yo estaba bien y Emmaline estaba dentro del hospital sólo servía para hacerme sentir peor.
-para que me preocupaba si te tenía a ti -comentó restándole importancia. - después de todo eres su prometido ¿no?
-y tu me reprochabas sobre lealtad- le recordé, ignorando si último comentario. Después de todo, aquel día si estaba ocultando algo.
-ja, aun no entiendes nada, ¿verdad? - pregunto sarcástico, cada vez me agradaba menos.
No le respondi, no tenía porque hacerlo, no tenía tiempo y aunque lo tuviera, ¿por que debería darle ese tiempo a él? . Me di la media vuelta, iría a ver a Emmaline por fin, o eso creí.
-ya debiste contarle a Isabel todo lo que te dije, ¿cierto? - me detuve en seco al escucharlo, hiba un paso adelante de mi, Emmaline debió contarle mucho- me parece que es un si, y seguramente ella ya te dijo algo parecido a “ese no es quien recordaba que era". No quieres saber porque el cambio.
-¿me importa? - pregunté sin darle la cara aún.
-si, cuando entiendas todo dejas no solo de culparme a mi por aparecer tan de repente, también te dejaras de culpar por lo que paso - me respondió, algo en sí tono de voz había cambiado, no era el mismo arrogante que había encarado hace unos minutos.
Se hizo un largo silencio en lo que yo me decidía entre irme o no, ya había elegido marcharme en más de una ocasión sin dejar que nadie se explicara, quizá si estaba vez me quedaba algo podría cambiar para bien.
-si quieres saberlo, sígueme - añadió después del suspenso y lo escuché alejarse.
Tras otro momento de indecisión también lo seguí, no perdía nada con escucharlo, después de todo mi peor pesadilla ya la estaba viviendo.
Lo seguí hasta uno de los jardines del hospital, no estaba concurrido a esta hora del día y por lo tanto, era el lugar perfecto para una platica tranquila y sin interrupciones.
-¿y bien? - le dije después de que el se sentará en una de las bancas.
-siempre tan impaciente, no cambias - se quejo Nathaniel.
-siempre tan egocéntrico, no me sorprende - le contra ataque.
-¡touche! - dijo sonriente, ¿cómo podía estar tan alegre con una situación como esta? - bien, ya que hoy estas muy impaciente, iré al grano.
Me cruce de brazos y espere a que comenzará pero se estaba tomando su tiempo.
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EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei)
FanfictionAh Si al final se caso con Shancai, Ximen tiene Xiaoyou y Meizuo espera a su chica indicada. Pero, ¿qué pasa con Huaze Lei? ¿Jing volverá? El corazón de Huaze Lei toca una melodia perfectamente incompleta, que con el tiempo se podrá terminar. . . ...