🎶OCHENTA Y CINCO🎶

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Era el último fin de semana tranquilo, un mes más de clases y adiós a este ciclo escolar, no podía esperar más para que acabará.

En casa con los Wang, había pasado la última hora escuchando las críticas y reproches de mi cocinera y de Julieta con respecto a Emmaline. Había sido lo mismo desde la ruptura, pero solo Julieta se preocupó por cómo me sentí en un principio, para ser exactos el primer mes que yo apenas si dormía o comía. Después con mi mala actitud, la había desesperado y me había enviado a Shancai, la cual comenzó a llamar seguido y también me regaño muchas veces.

Alexander estaba arriba en llamada con sus padres y Yu había ido por las compras.

Mi salvación fue el sonido del timbre que interrumpió otro de los comentarios indirectos de Julieta. Me levante aliviado y fui hasta la puerta.

Abrí, en el humbral estaba el chico “yo-puedo-hacer-que-te-deje", lo observe minuciosamente antes de hablar.

-si buscas a Emmaline, hace meses que no la veo - dije y empuje la puerta para cerrarla, pude sentir como si clavada un puñal, así era cada que la mencionaban.

El la detuvo y sonrió como lo había hecho antes.

-no vengo a buscarla - respondió.

Hasta este momento no lo había observado detalladamente, se me hacía familiar, pero no sabía de dónde. Tenía rasgos europeos en su mayoría, pero tenía un aire asiático, me recordaba a alguien que conocía.

-entonces ¿qué quieres? - pregunté  con la poca paciencia que ya tenía.

-solo hablar - mostró una sonrisa que yo sabía bien no era una muy amable.

-no me interesa - dije y volví a intentar cerrar la puerta.

-si te interesa - dijo Julieta saliendo de la cocina.

La mire alzando la ceja, ella parecía conocer al sujeto, pero realmente no me interesaba lo que sea que tuviera que decir.

-te va a interesar o tendré que llamar de nuevo a Shancai -me amenazó mi amiga.

Suspiré sonoramente, me gire al recién llegado y fingi una sonrisa.

-adelante.

El extraño entró y observó todo, seguramente criticando todo lo que veía. Lian salió de detrás de Julieta y sonrió al ver al invitado.

-ah, usted debe ser Lian, Emmaline me habló mucho de usted- habló el desconocido.

-la misma, hace mucho que no la veo, enviale mis saludos - respondió mi cocinera.

-por supuesto, la extraña mucho y su grandiosa comida - continuó el recién llegado.

-seguirás haciéndome perder mi tiempo mientras adulas a mi cocinera o me dirás lo que sea que haz venido a decir - comente mientras avanzaba escaleras arriba.

-que temperamental, ahora entiendo por qué... - comenzó a decir mientras me seguía.

-ahorrate tus comentarios - dije interrumpiendolo.

Lo guíe hasta el estudio, donde una vez dentro cerré la puerta y lo invite a sentarse delante del escritorio. Parecía de esas reuniones de negocio que odias y tratas de evitar hasta el final.

-hermosa casa - comentó mientras tomaba asiento.

-¿ha que haz venido? - pregunté tajantemente.

Había logrado contenerme hasta el momento, pero por dentro deseaba poder golpearlo como lo había hecho con el francés el año pasado.

-que directo - comentó nuevamente, lo mire mal, ¿seguiría haciendo comentarios como ese o hablaría ya? - bien, he venido a ofrecer mis disculpas, el día en que nos conocimos hice comentarios que no hiban al lugar o la situación.

>>verás, soy demasiado honesto, digo lo primero que se me viene a la mente, pero a diferencia de Emmaline, - otra puñalada - yo no adorno la verdad; la ironía, el sarcasmo y el humor negro van mejor conmigo, ¿entiendes? - hizo una pausa para ver mi respuesta, pero me limite a verlo, el continuó al ver mi silencio - claro, eso no lo sabias, por ello me disculpo si lo que dije llego a parecerte algo más personal.

Aún sin responder, solo lo mire. ¿Era solo eso lo que diría? Solo daría una muy ensayada disculpa y diría que esto acabó.

Había pasado demasiado tiempo con Ah Si para reconocer el sarcasmo y la ironía perfectamente, y ni una ni otra parecieron estar presentes en las palabras de aquel día, pero si estaban hoy, haciendo que su actitud de superioridad y egocentrismo quedara aún más expuesta. ¿Dónde había visto esta clase de personalidad?

-¿y bien? - dijo después de silencio.

-¿qué? - pregunté a la defensiva.

-nada de “okay, aceptó tu disculpa" - explico dejándose caer en la silla.

Su actitud me estaba fastidiando, pero era mejor que escuchar a Julieta y Shancai una vez más.

-¿por qué debería perdonarte? - pregunté arrogantemente.

-¿usualmente eres así de odioso, o sólo con toda la humanidad? - pregunto desafiante, sonrió burlonamente y añadió - me sorprende que siendo así, Emmaline se quedará tanto tiempo contigo.

-para alguien como tú, es sorprendente como hablas tan seguro de algo que desconoces completamente - me defendí, mi voz sonaba firme pero por dentro solo quería hecharlo a patadas y maldecir a diestra y siniestra.

-no diría que soy ignorante, - hizo una pausa, ¿como podía ser tan  idiota? - después de todo Emmaline es igual a Isobel.

¿De verdad seguiría usando el nombre de Emmaline en mi contra? Debí preferir los regaños de Shancai en lugar de escuchar a este sujeto, del cual ni su nombre conocía.

-por simple curiosidad, ¿por qué motivo, te tomas el derecho a hablar de ambas? ¿Las conoces bien? - pregunté a la defensiva, quizá más de lo que debí.

-yo diría que las conozco lo suficiente -respondió aún con actitud relajada pero superior - creí que estaba claro, pero ya que no, me tendré que presentar.

Se incorporó y me ofreció la mano para estrecharla:

-mi nombre es...

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora