🎶CIENTO TREINTA Y CUATRO🎶

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La noche se sintió relativamente corta, había caído tan cansado del viaje que apenas si me pude levantar, aún cuando entraba un delgado rayo de sol por la ventana. Gire sobre la cama y note la ausencia de Emmaline, mire mi reloj, eran casi las 9 am, había dormido demasiado. Perezosamente me levante y fui al baño para darme una ducha, y luego preparame para el día.

30 minutos después, bajaba las escaleras tranquilamente.

-¡agua! - oí una voz familiar gritar, Emmaline.

-no pica tanto, hasta Verónica que no come picante, se los comió -reclamaba Julieta.

Llegue al comedor y vi a Emm, tomar vaso tras vaso de agua de Tamarindo (como nos había dicho Julieta, que se llamaba ese sabor de agua). La hermana de Julieta reía por la escena.

-Buenos días, ¿de que me perdí? - salude sentandome a lado de Emmaline, frente a Julieta.

-tu novia se ha "enchilado" - respondió Verónica con su inglés básico y sin dejar de reír.

-¿enchi-qué? - pregunté confundido.

-enchilado, es cuando te quema la lengua o toda la boca, por tanto picante - explico Julieta pasándole otro vaso de agua a mi novia.

-¡Ay, mi lengua! - se quejo Emm.

-le dije a mi madre que no le pusiera picante pero dijo que así eran los chilaquiles y pues ni hablar - siguió explicando Julieta.

-¡Julys! ¿Ya despertó León? - oí qué grito alguien desde la cocina, la señora Graciela claro.

-Lei, mamá, se llama Lei, no coreano, no León, no güerito - respondio molesta mi amiga.

-¡eso dije! Andale ven a servirle el desayuno y dile a Mimi si quiere más - siguió gritando la señora y Julieta solo hizo una mueca de disgusto.

-¡estoy bien, señora, gracias! - grito Emm, dejando de lado la "enchilada" que se había dado.

Mire confundido a las chicas, esperando que algún se dignara a traducirme pero en su lugar Julieta se levantó en dirección a la cocina y Emmaline tomó otro vaso de agua.

-para mí madre, eres León y ella es Mimi - explico para mí sorpresa Verónica.

-ah, supongo que son nombres difíciles - comenté en las palabras más fáciles que conocía.

-más o menos, por las series he oído peores - respondió la niña tomando otra galleta de su plato.

¿Eso era un cumplido o un insulto? Hace tiempo que no formulada oraciones tan simples, pero igual le entendía y eso era mejor que nada.

-tengo una pregunta - soltó la hermana de Julieta de la nada.

-¿cuál? - pregunto en español, Emmaline recuperándose.

-¿de verdad están casados? - soltó en español.

-¡Vero! Te dije que no hablaras de eso - la regaño su hermana mayor, que aprecia con un plato humeante. - aquí tienes Lei, son chilaquiles.

Mire el plato y tomé mis cubiertos preparado para comer. Consistia en unos trozos triangulares de lo que parecían las tostadas del día anterior, cubiertas por un tipo caldo color verde, con crema, queso y lechuga encima.

-¿te cuento un secreto? - le pregunto Emmaline a Verónica en tono confidencial, está última por supuesto movió la cabeza en afirmación.

Di el primer bocado de aquel platillo tan raro y lo probé tomándome mi tiempo. No sabía nada mal, tenía un ligero sabor a picante y los que eran como tostadas estaban crocantes pese a tener tanto sobre de ellas. Comí con entusiasmo.

-aún no estamos casados, pero nuestras familias organizaron el compromiso - no entendía que decía Emm, así que me centre en comer.

-¿matrimonio arreglado? ¿Como en Wattpad? - pregunto la niña emocionada.

-si, exactamente. -confirmó mi novia.

-y ¿se aman? ¿Cómo se conocieron? - insisto Verónica y recibió una mirada de Julieta.

-si, nos amamos y es una historia muy larga.

-tengo tiempo, mi transporte llega a la 1 - dijo la niña mirando su teléfono.

Emocionada y por un largo rato Emmaline habló sin parar, provocando risas de Verónica y Julieta, yo solo las observaba mientras deseaba poder entenderles.

-mejor que no sepas, esta contando una alocada versión de su relación-respondió Julieta entre risas cuando pregunté.

-no le creas nada - le dije a Verónica y esa solo se burló aun mas.

El timbre sono un par de veces, provocando que la muy enfadada, madre de Julieta, saliera de la cocina limpiandose las manos y rezando muchas palabras:

-¡nunca pueden ayudarme en nada! Ni la puerta pueden abrir, ¡Verónica, ¿qué no piensas ir a la escuela?!

-ufff, ya voy mamá - se quejo la mencionada, nos miró aún riendo y añadió -en la noche continuamos la platica.

-con gusto, quizá te pueda hasta recomendar fanfics y música - respondio Emmaline emocionada.

Verónica desapareció felizmente por las escaleras y a la par, entraba el recién llegado a la casa.

-¡Buenos días! ¿Quién está listo para su primera excursión por la mística Ciudad de México? -pregunto Alexander.

-¿ya desayunaste yerno? - pregunto la señora Graciela, siempre preocupada por la comida.

-claro, por cierto mi madre quiere verla mañana, dice que le tiene el chisme de Doña Rosa - respondió Alexander, cambiando a un tono más confidencial.

-¿Doña Rosa? Ah, ya. El de su hijo y la prima, ¿no? - de ha la madre de Julieta, Emmaline miraba divertida a la señora.

-si, dice que ya se entero que paso, pero me pidió que no le diera todos los detalles, si no mañana no le hiba a saber el chisme - siguió diciendo Alexander.

-¿podrían dejar su chismorreo para después? - pidió Julieta alzando la voz para que la escucharán entre tanto cuchucheo.

-¡ah, si! - Alexander se disculpo y le dio las últimas indicaciones a Graciela, antes de que esta última se encaminara de nuevo a la cocina.

-no, porque haya visitas me vas a hablar así jovencita, primer aviso--amenazó la señora antes de irse definitivamente. Por si expresión sabia bien que estaba diciendo y no era nada bueno para Julieta.

-me encanta México - comentó Emmaline soltando una carcajada y recibiendo una mirada de reproche de mi amiga.

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora