🎶SESENTA Y UNO🎶

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Si creí que mi llegada había sido dificil estaba equivocado, lo peor fue convencer a la madre de Emm y a la propia Emm de que no necesitaría de su amable oferta de hospedaje, pues mis padres también tenían una casa en Londres.

Después de mucha insistencia accedieron a que no me quedara con ellas, además solo nos separarian unas calles, por lo que había notado de camino a casa de Emm.

-te esperamos para la cena - amenazó Isobel al dejarme en la puerta de la casa.

Accedí y los vi marcharse, introduje la llave en la cerradura y entre a la casa. Suspiré cansadamente y el arrepentimiento de haber venido se hizo presente de nuevo.

La casa era muy parecida a la de París, pero más chica y con estilo victoriano con escaleras angostas, en el primer piso una pequeña sala y la cocina, en el segundo piso una biblioteca y una sala de estar, en el tercer piso 3 habitaciones. Aquí no había cocinera, ni mayordomo, ni chófer.

Subí a desempacar y darme una ducha para relajarme, después baje a la cocina y me serví té. Aún faltaban unas horas para ir a casa de Emmaline, por lo que me recosté en uno de los sofás de la planta baja.

La estaba persiguiendo, no sabía a dónde hiba, le gritaba pero no me escuchaba. Era todo oscuridad y un abismo absorbente, debía haber estado corriendo por horas pues mi respiración era agitada y no podía más.

De pronto en medio de la nada, dos luces aparecían, un estallido, un grito y unos golpes...

Alguien tocaba la puerta, había dormido un par de horas, me levante del sillón y camine, aún con sueño, hacía la puerta y la abrí.

-¿te desperté? Perdón- pregunto Emmaline del otro lado de la puerta.

La dejé pasar, nos sentamos en el sofá. Mire el reloj, era justo la hora para que fuera a su casa.

-¿qué sucede? - pregunté frotando mis ojos para despertar.

-convencí a mi madre de que no fuera muy encimosa contigo, supuse que estarías cansado para ir a cenar - explico mientras se quitaba el gorro y la bufanda que llevaba.

-no me molestaba - respondí encogiendome de hombros.

-a mi si, no quiero que... - comenzó a decir preocupada.

-estoy bien - le asegure. - además, comer nunca se debe rechazar.

Sonrió ampliamente y se puso de pie, llevaba una bolsa un poco grande que no había notado, parecía ser de esas que mantienen la temperatura de lo que se les ponga dentro.

-la madre de Frederick es una excelente cocinera, desde que tengo memoria nos cocina cuando estamos muy ocupadas o al volver de un viaje - explico Emm camino a la cocina.

Al oír el nombre de Frederick arrugue un poco la nariz en desacuerdo, no era que me hubiera desagradado pero...

Emm sacó unos recipientes de la bolsa, era comida recién hecha.

-pensé que podríamos comer juntos - dijo ella mirándome sonriente.

Deje de fruncir el ceño y le sonreí, accedí. Le ayude a sacar platos, cubiertos y vasos, mientras ella comenzaba a servir. Minutos más tarde ya estábamos sentados, comiendo.

-está delicioso - le dije.

-lo sé, la madre de Frederick es como Lian, muy talentosa en la cocina - dijo y yo volví a arrugar la nariz. Esta vez lo noto y añadió - ¿qué ocurre?

-nada - me apresure a responder.

Me miró sospechando, cuando pareció deducirlo soltó una carcajada.

-¿qué? - pregunté neutral.

-¿el gran Huaze Lei está celoso? - pregunto aún riendo.

-¿por qué siempre dices “el gran"?-le cambié el tema.

-ah, ah, primero responde.

-¿qué cosa?

-¿estas celoso?

-¿por qué lo estaría? - dije fingiendo no saber nada.

-tu dímelo.

-no estoy celoso.

-tu cara dice otra cosa - su sonrisa se había hecho más grande y comenzaba a tener un tono burlon.

-no se a que te refieres.- seguí comiendo sin hacerle caso.

-Claro que lo sabes, pero antes de que te imagines cosas, debes saber que Frederick es como un hermano mayor para mi -explico poniendose seria- su familia ha sido nuestra vecina desde que tengo memoria y de hecho su gemela Trinity es mi mejor amiga.

>>son mayores que yo por 3 años, aunque como veras Frederick parece un adolescente aún, Trinity era mi niñera de pequeña - continuó contando- es maestra de kinder y su hermano es médico.

De algún modo saber eso me calmo un poco, aunque no estaba seguro de que fue exactamente lo que tenía que calmar.

-hasta tu expresión cambió, pero aseguraste no estar celoso - se burló Emm.

-no lo estaba, pero fue una explicación muy informativa - respondí negando todo.

-si claro - dijo ella.

Terminamos de comer y me siguió contando de su vida en Londres, una vida normal muy diferente a mi vida en china. Había ido a las mejores escuelas toda su vida, como era de esperarse pero nunca hizo amigos en esas escuelas, las detestaba de hecho. Trinity y Frederick son sus únicos amigos reales en Londres, ella los consideraba más como familia que como amigos, desde que el padre de ellos (el señor Murphy) falleció es un incendio, era bombero; desde entonces ambas familias se habían vuelto unidas pese a su diferencia de clases.

Si mis padres lo supieran estarían asqueados, pero claro, su idea del dinero y el poder era muy deferente a la mía, quizá por eso tenía tantos problemas con ellos últimamente.

EL SALÓN DE LAS MELODÍAS (Huaze Lei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora