Capitulo 628

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Narra Gaby

Los días de playa y desconexión se nos pasan volando. No nos habíamos dado cuenta de que necesitábamos salir de la rutina como agua de mayo. Los últimos meses estuvieron demasiado cargados de emociones y preocupaciones y creo que tanto Malú como yo hemos podido renovarnos.

~ ¿Cuánto falta?

- Sigue faltando una hora, Cami.

Lucía se ha quedado frita y Camila sin tener con quien jugar esta súper pesada preguntando todo el rato a que hora llegamos a casa.

~ Tengo calor, ¿podemos bañarnos en la piscina?

+ Ya veremos, bicho.

- Para en una gasolinera.

Me pide.

- Me muero de hambre y las niñas se han comido todo lo que hemos traído.

+ Como sigamos haciendo más paradas nos darán las uvas.

- Es lo que tiene pegarse un viaje en familia.

Responde borde.

+ Que no pasa nada.

Ruedo los ojos. Mi comentario fue de lo más inocente pero creo que ya no estamos para bromas, al menos no hasta que coma algo. Malú no se lleva bien con el hambre.

~ Quiero hacer pipí.

+ En diez minutos paramos.

Narra Malú

Después de un largo camino por fin llegamos a casa sobre las seis de la tarde.

A: ¿Qué ha pasado?

Pregunta Alba, siendo la primera en adentrarse en nuestro hogar.

A: Que parece que un torbellino ha arrasando con todo.

Entro curiosa y asustada. Mamá trajo a las perras y a Chani pronto esta mañana. Ha sido ella quien se ha ocupado de nuestras mascotas mientras estábamos ausentes, pero hoy tenía un día movido y como Carmen tendría que estar aquí no se ha esperado hasta mañana.

- ¿Carmen?

La llamo corroborando que no hay rastro suyo, por el contrario, Danka pide salir desesperada y la cachorra que le regalé a Gaby y que se robó el cariño de todos nosotros tiene el suelo lleno de charcos de pis y varios cojines del sofá repartidos por doquier.

- ¿Qué pasa reinas, habéis estado todo el día encerradas?

Las acaricio abriendo el ventanal que da al jardín. Ignorando los mimos, ambas salen a toda prisa en busca de un lugar donde correr.

+ Es raro que no nos haya avisado.

Revisa su móvil. Carmen no es de las que deja plantados. Mi chico creció con ella y desde que nos conocemos, jamás ha faltado sin avisar.

- Llámala, anda.

+ Que va, no quiero ser pesado, igual se ha confundido de día y se piensa que regresábamos mañana.

- Ya, pero por llamarla no pierdes nada.

+ Mira si luego se va a creer que la estoy regañando.

- Que no la estas regañando, cariño, pero es que yo le dije que volvíamos hoy y no está aquí, no vaya a ser que le ha pasado algo.

+ ¿Qué le va a pasar?

Resta importancia.

+ Seguro ella también se estará relajando.

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora