Capitulo 615

256 19 3
                                    

Camino por el césped perfectamente cortado con Camila y Lucía cogidas de mi mano. Alba se nos adelanta algunos pasos. Lleva las flores que elegimos. Las huele, buscando esconder su rostro lleno de lágrimas entre las rosas rojas que sostiene. A mi las gafas de sol me valen. Y si el llanto se escapa, no sería una novedad para las pequeñas verme. Desde que Gaby murió lo hacen a menudo. Al principio intentaba ocultarme, pero en determinado momento entendí que ellas también merecen saber que la pérdida de su padre me ha dejado rota.

~ ¿Puedo poner las flores yo?

Cami le ruega a Alba cuando llegamos a su tumba.

A: Vale.

Se las cede.

Nos quedamos algunos minutos en silencio. El llanto se me adelanta cuando Lu le dedica un dulce "te echo de menos" cargado de inocencia.

A: Vamos enanas, esperemos a mamá en el coche.

La miro agradecida, y veo a las dos pequeñas alejarse de la mano de su hermana.

Paseo mis dedos por su nombre grabado sobre la lapida.

- Yo también te echo de menos.

Prometo.

- Cada día.

Aseguro sorbiendo la nariz.

P: ¡Malú!

Mamá me sacude con fuerza.

P: ¡Despierta hija, es una pesadilla!

Abro los ojos desorientada.

P: Llevas un rato llorando y no te despertabas.

Se excusa por las maneras.

Miro a mi alrededor. La habitación está cubierta por la penumbra, Sofía duerme en su cuna junto a mi madre. Le he dejado a ella mi lado de la cama y yo estoy en el de Gaby.

- Fue horrible.

Sollozo.

- Estaba en el cementerio con las chicas.

Me limpio la cara con las manos.

- Lucía le decía cuanto lo echaba de menos.

Hago un puchero y dejo de hablar. La Pepi me cobija entre sus brazos, dejando un beso protector en mi frente.

P: Solo fue un mal sueño, cariño.

Me recuerda. Mañana le tendréis aquí con vosotras.

- Gracias por quedarte.

No me gustaría estar sola en este momento. Le he insistido en que podía irse a casa, pero si hay una persona más cabezota que yo, esa es mi madre.

P: Ni las des.

Le resta importancia.

P: Que yo lo hago encantada. Además mira si no irá a conocerte bien tu maromo.

Sonríe orgullosa.

- Me he perdido y no me entero.

Protesto. Ella me enseña su móvil, una charla con mi chico.

+ "Pepi, no quisiera molestarte, pero si pudieras pasar la noche con Malú... ya sabes, suele tener pesadillas cuando le pasan cosas y yo me quedaría más tranquilo si tú la acompañas"

P: "Tu no te preocupes hijo, yo me quedo lo que haga falta"

Niego con la cabeza, a la vez que se me escapa una risita floja. Me conoce, sí. Y además me cuida, y se preocupa por mi como no lo hace nadie. Joder, no me doy cuenta y estoy llorando otra vez. Le echo de menos.

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora