Narra Malú
~ Mami, yo me quiero poner otro vestido.
Cami se queja entrando en nuestra habitación mientras yo termino de arreglar a Sofi. Le he hecho dos coletitas pequeñitas y se ve de lo más comestible. Sus hermanas llevarán un diadema a juego. Gaby viene tras ella con Lucía detrás comiendo una galleta.
~ Yo ya soy mayor y no me gusta ir como las pequeñas.
Se queja de su atuendo, idéntico al de Sofi y Lu.
- Pero si estáis preciosas.
Prometo.
+ Lo mismo le he dicho yo.
Rueda los ojos. Parece llevar un rato largo intentando hacerla entrar en razón.
~ Yo quiero ir con el vestido que me regalo la tita Vero, igual al de Carla.
- Pero cariño, Carli ha regresado a Valencia. No pasarán la nochevieja con nosotros y nadie podrá ver que lleváis el mismo vestido.
Los valencianos han vuelto a su tierra ayer para celebrar el año con los suyos. Tras nuestra boda hemos tenido que despedirnos de muchos.
+ Pero si que te verán con el mismo que a tus hermanas.
Insiste en convencerla. Ya tendríamos que estar saliendo y yo no he acabado de maquillarme.
~ No me apetece, yo soy mayor.
Refunfuña.
- Esta bien.
Desisto, aunque me hacía mucho ilusión vestirlas iguales. El tiempo pasa volando y es cierto que mi pequeño angelito crece a pasos agigantados, no puedo privarla de elegir lo que desea ponerse.
- ¿Puedes pasarle tú el otro vestido?
Le pido.
+ Si, vamos pequeñaja a tu habitación.
~ No soy pequeñaja, papi.
Protesta haciéndonos reír enternecidos. No sé qué bicho le ha picado.
- ¿Y tú que comes que estás tan calladita?
Vuelvo mi atención a Lucía que ha tomado asiento en mi lado de la cama y esconde su porción con el ruedo del vestido.
= Gulletas.
- ¿Están buenas?
Pregunto conversando sin prestar demasiada atención. Si no estuviesen buenas ya la tendríamos dando guerra, está tragona no perdona.
= Danka.
Escucho atenta esperando que aparezca mi compañera, pero no lo hace.
- Estará abajo, bichito. Y no le vayas a tirar los pelos a Chanelo.
Advierto mirando al gato que descansa perezoso sobre la alfombra. Ya me conozco de memoria las intenciones de la nena.
= Danka gulletas.
Señala.
- Oye bicho, sabes bien que no puedes darle galletas a Danka, que luego le duele mucho la tripa.
Le explico otra vez. Sin inmutarse se lleva otro trozo a la boca y deja caer uno al suelo haciendo que ahora si me vea obligada reaccionar.
- ¡Joder, Lucía!
Corro a quitárselas al entender lo que me estaba contando. Las galletas son de Danka.
ESTÁS LEYENDO
Solo el amor nos salvará (cuarta parte)
FanfictionNovela inventada. La historia de amor de Malú y Gaby, una pareja que enamora. Por la cantidad de capítulos he tenido que continuar la novela como una nueva historia. Espero que os siga gustando.