A: Buenos días.
Mira la bandeja que traigo en las manos y sonríe.
A: Vaya, pero si no es mi cumpleaños ni ha pasado nada importante, ¿no?
Me hace reír.
- No, simplemente me apetecía charlar tranquilas antes de tener a las nenas dando saltos y brincos por toda la casa.
Se aparta haciéndome sitio en su cama.
- Venía a despertarte, pero te me has adelantado.
Confieso.
A: Tengo que ir a la universidad.
Pone cara de asco. Que exagerada es, si en el fondo le encanta su carrera.
- No te quejes, que nos vas a ahorrar una pasta cuando no tengamos que llevar más a las gordas y a Chani al veterinario y tú te ocupes de ellos.
A: Que va, os voy a cobrar el doble.
Ríe y yo lo hago con ella.
A: Estoy deseándolo.
Admite con un brillo especial en los ojos.
- El tiempo pasa más rápido de lo que crees, ni vas a darte cuenta y ya estarás alcanzando tus metas.
A: Ojalá.
Se lleva el zumo a la boca.
- ¿Tienes algo que contarme?
Pregunto sin miramientos.
A: ¿Cómo lo sabes?
- Pepi.
Reflexiona un par de segundos en busca de las palabras que parecen desaparecer de su vocabulario.
A: Joder, lo suelto ya... Estoy conociendo a alguien.
Espeta nerviosa.
- Cielo, eso es genial.
Atrapo su mano entre las mías.
- ¿Quién es?
A: Se llama Alex. Le conocí en el starbucks que hay cerca de la universidad. Trabaja allí un par de veces por semana para juntar algo de dinero.
- Me gusta verte ilusionada.
Prometo sonriente.
- Tendré que conocerle.
A: Que no, es demasiado pronto, mamá.
- Vale, esperaré.
Ruedo los ojos divertida.
- Cuéntame más de el, anda.
A: Pues no sé, me trata súper bien, es divertido, inteligente, y...
Se corta.
- ¿Y?
A: Estudia periodismo.
Me mira desprotegida, como si estuviese esperando que suelte una retahíla de improperios.
- Vaya.
Suspiro resignada. No puedo prohibirle a mi hija que se enamore de alguien solamente por su carrera.
- Ten cuidado.
La advierto.
- Puede ser un chico estupendo.
Valoro la posibilidad.
- Pero no te olvides que todos saben que eres mi hija, y no quisiera que te utilice para tener la primicias de la prensa rosa.
A: No lo hará, mamá.
Asegura.
A: Alex detesta la prensa rosa. Dice que es la vergüenza del periodismo.
- Todos dirán eso al empezar, y luego ya sabemos como acaban.
Digo frívola. Quisiera tener una posición más neutral, pero es que llevo mucho tiempo aguantando que me pongan verde sin motivo alguno y no quiero tener a un bocazas metido en casa, y mucho menos que Alba sufra por eso.
- Además que si lo que busca es información, no va a decírtelo.
Sentencio.
A: No puedo creer que te enfades porque me gusta un tío que estudia periodismo.
- No me enfado, Alba, me preocupo.
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Solo el amor nos salvará (cuarta parte)
FanfictionNovela inventada. La historia de amor de Malú y Gaby, una pareja que enamora. Por la cantidad de capítulos he tenido que continuar la novela como una nueva historia. Espero que os siga gustando.