Capitulo 658

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A: Buenos días.

Mira la bandeja que traigo en las manos y sonríe.

A: Vaya, pero si no es mi cumpleaños ni ha pasado nada importante, ¿no?

Me hace reír.

- No, simplemente me apetecía charlar tranquilas antes de tener a las nenas dando saltos y brincos por toda la casa.

Se aparta haciéndome sitio en su cama.

- Venía a despertarte, pero te me has adelantado.

Confieso.

A: Tengo que ir a la universidad.

Pone cara de asco. Que exagerada es, si en el fondo le encanta su carrera.

- No te quejes, que nos vas a ahorrar una pasta cuando no tengamos que llevar más a las gordas y a Chani al veterinario y tú te ocupes de ellos.

A: Que va, os voy a cobrar el doble.

Ríe y yo lo hago con ella.

A: Estoy deseándolo.

Admite con un brillo especial en los ojos.

- El tiempo pasa más rápido de lo que crees, ni vas a darte cuenta y ya estarás alcanzando tus metas.

A: Ojalá.

Se lleva el zumo a la boca.

- ¿Tienes algo que contarme?

Pregunto sin miramientos.

A: ¿Cómo lo sabes?

- Pepi.

Reflexiona un par de segundos en busca de las palabras que parecen desaparecer de su vocabulario.

A: Joder, lo suelto ya... Estoy conociendo a alguien.

Espeta nerviosa.

- Cielo, eso es genial.

Atrapo su mano entre las mías.

- ¿Quién es?

A: Se llama Alex. Le conocí en el starbucks que hay cerca de la universidad. Trabaja allí un par de veces por semana para juntar algo de dinero.

- Me gusta verte ilusionada.

Prometo sonriente.

- Tendré que conocerle.

A: Que no, es demasiado pronto, mamá.

- Vale, esperaré.

Ruedo los ojos divertida.

- Cuéntame más de el, anda.

A: Pues no sé, me trata súper bien, es divertido, inteligente, y...

Se corta.

- ¿Y?

A: Estudia periodismo.

Me mira desprotegida, como si estuviese esperando que suelte una retahíla de improperios.

- Vaya.

Suspiro resignada. No puedo prohibirle a mi hija que se enamore de alguien solamente por su carrera.

- Ten cuidado.

La advierto.

- Puede ser un chico estupendo.

Valoro la posibilidad.

- Pero no te olvides que todos saben que eres mi hija, y no quisiera que te utilice para tener la primicias de la prensa rosa.

A: No lo hará, mamá.

Asegura.

A: Alex detesta la prensa rosa. Dice que es la vergüenza del periodismo.

- Todos dirán eso al empezar, y luego ya sabemos como acaban.

Digo frívola. Quisiera tener una posición más neutral, pero es que llevo mucho tiempo aguantando que me pongan verde sin motivo alguno y no quiero tener a un bocazas metido en casa, y mucho menos que Alba sufra por eso.

- Además que si lo que busca es información, no va a decírtelo.

Sentencio.

A: No puedo creer que te enfades porque me gusta un tío que estudia periodismo.

- No me enfado, Alba, me preocupo.

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora