Capitulo 685

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+ Estas increíble.

Con solo dos palabras consigue subirme los colores. No me había dado cuenta que lleva un rato mirándome apoyado en la puerta mientras yo me maquillo.

- Me has asustado.

Sonríe acercándose para rodearme desde atrás, y apoya su mentón sobre mi hombro, haciéndonos ver un precioso reflejo en el espejo.

+ ¿Nerviosa?

- Un poquito.

Confieso. Hoy es nochebuena y dentro de unos minutos nos vamos a casa de mi madre. Toda mi familia estará allí, incluso los que no suelen venir para estas fechas. En tres días es nuestra despedida de solteros y en cinco nos casamos, ¿como podría no estarlo?

+ Voy a hacerte muy feliz.

Promete haciéndome girar para mirarnos a los ojos. Siempre hemos sabido entendernos de esta manera.

- No.

Niego con una sonrisa honesta.

- No vas a hacerme.

Corrijo.

- Ya me haces.

Atrapa mi cara entre sus manos para fundirnos en un precioso beso. Un precioso beso que Cami se ocupa de interrumpir, separándonos a empujones.

~ Todo el rato os dais besos.

Se queja obligándonos a reír enternecidos.

+ ¿Te molesta?

~ Sí, porque yo quiero que mami me peine.

- Ven aquí, quejica.

La siento sobre el tocador depositando un beso en su mejilla.

- ¿Qué peinado quiere la señorita?

~ Recogido y unas trenzas aquí.

Señala su pelo rubio sin hacer. Menuda niña presumida nos ha salido.

- Anda que el otro año le tendremos que pedir a Sole que se pase por aquí.

Río al escuchar sus exigencias.

~ ¿Puede venir hoy?

Pregunta llena de ilusión.

- No.

Carcajeo.

- Que ella también se estará preparando para cenar con los suyos.

Explico al notar su gesto desilusionado.

+ Alegra esa cara.

Le pide risueño.

+ Que mami te va a dejar guapísima.

Narra Gaby

Entro en casa de mi suegra siendo recibido por el barullo de los presentes. Creía que no me quedaban primos de Malú por conocer, pero el salón a rebosar me demuestra lo contrario. Vaya familia más grande tiene mi futura mujer.

Mi chica se gana la atención de todos los que llevan tiempo sin verle, recibiendo abrazos y buenos deseos. Yo la sigo saludando a algunos y aceptando las presentaciones de otros. Las nenas corretean sin quitarse los abrigos con todos los niños que ya han montado su propia fiesta y a los pocos minutos Sofía empieza a llorar agobiada de tantos brazos que han reclamado su atención.

+ Me la subo.

Me ofrezco al ver la cara de Malú. No es fácil escaquearse de tanta gente que está aquí para acompañarnos en el día de nuestra boda, pero la pequeña requiere algo de calma y su respuesta es una sonrisa agradecida.

P: Llévatela a mi habitación.

Propone Pepi. Es la más alejada por estar al final del pasillo.

+ Gracias.

Desaparezco acunando a la niña en mis brazos. Susurro en su oído la canción que su madre escribió para ella. No tengo su voz, pero una vez hemos sido cobijados por el silencio, la nana empieza a surgir efecto.

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora