Capitulo 695

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La noche está siendo preciosa, no quiere acabar y yo no quiero que acabe. Muchos de los invitados ya se han ido, pero siguen siendo tantos los que quedan.

Sonrío al ver a Gaby acercarse a mi, caminando con chulería y dos copas en la mano.

+ Hemos bailado mucho, debemos hidratarnos.

Sugiere. Yo exploto en una carcajada y recibo el champagne que me cede.

- Gracias doctor, lo tendré en cuenta también a la hora de hacer deporte y prepararme para los conciertos.

Vuelvo a reír y él lo hace conmigo.

+ Muy bien, será interesante verlo.

Me guiña un ojo.

+ Pero no se lo cuentes a mis compañeros, aún no patento el consejo, y ya sabes...

Risueña le doy un manotazo en el hombro.

- Eres tonto.

+ Has tardado en descubrirlo.

Me sigue el juego.

+ Es una lastima que ya estemos casados y no hay vuelta atrás.

Tiro de su corbata, ya desanudada, para acercarle a mi y susurrar a gritos en su oído. La música a todo volumen no permite los secretos.

- Estoy esperando a volver de nuestra luna de miel para pedir el divorcio.

Le sonrío con malicia.

- Porque ni de coña me pierdo un viaje como ese si lo pagas tú.

Esta vez es el quien suelta una sonora carcajada.

+ Que va, cariño, si he cobrado el cheque de Sony que tenías en la caja fuerte.

Me sigue la pullita. Quiero contestar y seguir picándole, y que el me chinche, y enfadarme, y luego buscar otra manera de hacerle de rabiar, y así pasarnos toda la noche, pero los valencianos nos interrumpen.

As: Por los novios.

Levanta su copa y se abraza a Gaby, yo solo miro la estampa risueña y me uno al brindis.

- ¿Es que no le fue suficiente con la despedida?

Le pregunto a mi amiga por las copas de más que lleva Asier. Esta muy gracioso.

V: La fiesta, el alcohol y el sexo nunca son suficientes, nena.

Me hace reír. Son tal para cual.

As: Nos han pedido que os distraigamos.

Confiesa. Vero le mira con cara de que va a matarle por bocazas, en cambio mi marido y yo lo hacemos con cara de confusión.

As: Tus amigos van a cantar.

Señala a Melendi, Vanesa, Pablo López y Orozco que entre carcajadas cogen micrófonos. No sé qué están planeando, pero aún así, me encanta.

V: Y a ti te ha faltado tiempo para joder la sorpresa.

As: ¿Qué sorpresa?

Pregunta confuso. Intento reprimir las ganas que tengo de reírme, pero al final exploto.

- Yo te tengo que querer, Asier.

+ Vamos más cerca.

Propone viendo como ellos también ríen de más. Y tan solo un par me minutos después estoy frente a los cuatro más locos del grupete, oyendo nuestra historia, contada llena de humor y en forma de canción, colándose por los altavoces, interpretada e inventada por los mejores amigos del mundo.

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora