Narra Gaby
- Que gusto.
Exclama deshaciéndose de sus tacones. No se como ha podido aguantar toda la noche con ellos.
+ Podrías habértelos quitado antes.
- Ya, no sé cuándo voy a asumir que mido 1.63 y que no hay más.
Resopla con voz quejica e infantil haciéndome reír.
+ A mi me gustas así de canija.
- Y tú a mi así de pelota.
Ríe en mis labios.
- Pero no pienso follar aquí.
Advierte graciosa y se aparta rápidamente. Hemos traído lo mínimo en caso de quedarnos la noche en casa de mi suegra, y al tener a las tres más pequeñas dormidas como angelitos en la habitación, hemos decidido hacer uso de la mochila que preparamos. La noche se ha alargado hasta las tantas y tras despedir a toda la familia de Malú hemos subido al dormitorio que nos ha preparado Pepi. José y Adriana ya habían advertido que iban a quedarse y sé que a mi chica le hace ilusión levantarse rodeada de todos ellos dentro de unas horas. Ya era bien entrada la madrugada cuando hemos terminado de ayudar a su madre a recoger.
+ Pues a mi me da mucho morbo.
Vuelvo a acortar nuestras distancias.
+ Y tengo unas ganas de arrancarte ese vestido desde que te vi con él que flipas.
Mis manos atacan la cremallera que recorre el costado de la prenda, acariciando las curvas de su cintura.
- Pues mira, una lastima, porque te vas a tener que joder.
Me mira altanera, pero llena de lascivia.
- Puedes darte una ducha bien fría si te apetece.
Propone dejando caer su ropa de forma seductora. Será cabrona.
- Tus pantalones te lo agradecerían.
Asegura irónica y provocativa con sus ojos clavados en mi entrepierna.
- Yo te espero aquí.
Anuncia dejando caer el sujetador.
- En la cama.
Baja su tanga seduciéndome.
- Y lista...
Besa mis labios a su gusto hasta quedarnos sin oxígeno.
- Para dormir.
No sé de donde hace aparecer su pijama tan ágilmente, pero apenas puedo recuperar el aire cuando ya la veo cubierta entera y metiéndose bajo el edredón.
+ Capulla.
Sonríe como si no hubiese roto un plato jamas.
- ¿Yo?
Finge ser tan inocente que no la cree ni Dios.
+ Te juro que te vas a arrepentir.
Una risa floja escapa de sus labios.
- Estas muy guapo cabreado.
Me vacila.
+ No tengo motivos para cabrearme.
Sonrío de medio lado rebuscando entre nuestras cosas mi pijama. No será fría, pero iré a darme una ducha, sí.
- Bueno, tendré que corregirme.
Me obliga a mirarla perplejo.
- Estas muy guapo cachondo, ¿o eso también vas a negarlo?
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Solo el amor nos salvará (cuarta parte)
FanfictionNovela inventada. La historia de amor de Malú y Gaby, una pareja que enamora. Por la cantidad de capítulos he tenido que continuar la novela como una nueva historia. Espero que os siga gustando.