Capitulo 605

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- Coge de tu cartera.

Farfullo indignada. Vaya si me esta cortando el royo.

+ No tengo.

- El cajón de tu mesita.

+ Los hemos acabado ayer, fiera.

- Pues ve a pedirle a Alba.

Exclamo desesperada. Su risa me hace dar cuenta que se me ha ido la olla.

- Ni pienses en dejarme con este calentón.

Reclamo autoritaria.

+ Abre un poco.

Sin darme tiempo a rechistar, pasea sus dedos por mi puente de Venus, llegando sin demorarse a mi intimidad. Sus besos hacen un recorrido parecido, bajando por mis pechos hasta alcanzar la altura de sus manos, haciéndome delirar de deseo.

- Uf.

Exclamo al recuperar el aliento. Sonrío satisfecha y me dedico a devolverle el placer que él me ha dado.

+ Joder, Malú.

Jadea alterado. Se ha corrido, encendiéndome aún más.

- Ve a la farmacia.

Le pido. Aunque más que un pedido, es una súplica.

- Necesito sentirte dentro.

Lejos de seguir embriagada por la lujuria, me aferro a su torso, pastelosa.

- Quiero que me hagas tuya antes de irte. Necesito convertirnos en uno.

Me aparta con suavidad, levantando mi mentón delicadamente, obligando a mis ojos tropezar con los suyos.

+ ¿Qué pasa?

Odio que me conozca tan bien.

+ Estos ojitos brillan de más.

Deja un tierno beso en cada uno de ellos, evitando que se escapen mis lágrimas.

- Me da miedo que te vayas.

Confieso.

- El último viaje que hiciste solo, estuvimos peleados por mucho tiempo.

Ahogo un sollozo.

+ Este viaje será distinto. Solo será a Barcelona, un congreso, cuatro días.

Me recuerda.

+ En nada se parece a aquel viaje a Londres.

- Ya.

+ ¿Quieres que me quede?

Inquiere.

+ Si tú no quieres que me vaya, cancelo el viaje, pequeña. Solo tienes que pedírmelo.

- No.

Me inclino para besar sus labios, atrapando su cara entre mis manos.

- Vete y regresa rápido.

Finjo mi mejor sonrisa.

+ Hay algo más.

Sentencia.

- No.

Quiero creer que esa sensación rara que me oprime el pecho es solo que voy a echarle de menos, y no un mal augurio.

+ Entonces, voy a lavarle la cabeza a esta señorita.

Deja un rápido pico sobre mi boca, girándome para cumplir su promesa sin demorarse.

+ Y me iré a comprar todos los condones que encuentre por Madrid.

Esta ves el beso cae en mi cuello.

+ Para hacerte mía hasta que los primeros rayos de sol nos obliguen a parar.

Narra Gaby

No veo su sonrisa, pero aseguro que esta iluminando todo su rostro, gustosa por el plan que acabo de proponer. Hacerle el amor a la persona que amas y no simplemente follar es la cosa más mágica y bonita que puede existir, y nosotros tenemos la suerte de presumir de mucho sexo y muy enamorados.

Me salgo de la ducha, dejándola a ella disfrutar bajo el agua por algunos minutos más. Me visto con un chándal y la primera camiseta que encuentro para ir a por los dichosos preservativos. Conduzco escuchando a Bryan Adams, hay pocos coches por lo que me permito subir un poco la velocidad, el viento se cuela por la ventana regalándome una sensación de libertad que adoro.

No tardo demasiado. Las ganas de pasar la noche con ella me pueden.

+ Ya estoy aq...

Me corto al encontrarla plácidamente dormida en su lado de la cama. Niego con la cabeza, mientras una leve sonrisa tira de la comisura de mis labios. Esta mujer es de lo que no hay. Hace menos de una hora parecía una fiera, y ahora duerme con gesto angelical.

Me tumbo a su lado, contemplando sus maneras. Deteniéndome en su respiración acompasada, en la calma que irradia, y solo puedo pensar en que me muero por ella, por sus contradicciones, por sus manías, por su locura. Por toda ella, una mujer tan suya y a la vez tan mía, también cuando no la hago mía.

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora