Capitulo 612

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Narra Gaby

Menuda mañana movidita hemos tenido. Son casi las doce cuando miro mi reloj. Tras varios intentos de reanimación junto a mis compañeros, y largos minutos de espera a que llegase la ambulancia, nos hemos venido con ella al hospital.

Sin conocerla de nada, he sentido la necesidad de mantenerme a su lado, por lo que después de mucha insistencia, me han prestado un traje de médico y aunque no he podido intervenir, les he convencido para presenciar la cirugía que ha salvado su vida.

Javier y Enrique han esperado fuera. No había forma de que tres médicos de otro hospital pudiesen asistir a pabellón, y ambos han accedido a que sea yo el único que lo haga. No podría explicar el porqué siento que no puedo separarme de ella hasta estar completamente seguro de que su vida no corre peligro, y mis colegas no han puesto pegas. Todos los médicos tenemos esa extraña conexión con algunos pacientes a lo largo de nuestras carreras, por lo que han sido comprensivos.

Aquí han tenido la gentileza de dejarles una sala donde los doctores suelen descansar y así poder estar un poco más cómodos.

Ya cambiado salgo a su encuentro. Los dos tienen el gesto desencajado, están pálidos como un papel y la bolleria que tienen delante permanece intacta. Raro en ellos, especialmente porque Javi tiene una debilidad por el dulce.

+ La han salvado, destaparon la arteria.

Les tranquilizo. Jamas pensé que iba a encontrarles en ese estado a la espera de un paciente. Cualquiera diría que son familia. Hace un rato no estaban tan agobiados.

En: El avión...

+ Lo perdimos, habrá que coger otro vuelo.

Resto importancia.

+ Por cierto, tengo que avisarle a Malú que surgió una urgencia.

Saco el móvil de mi bolsillo. Ya debería estar en casa a estas horas y estará súper preocupada.

Ja: Que no tío.

Suspira pasándose las manos por la cabeza.

Ja: Se ha caído, Gaby.

+ ¿Qué?

Pregunto confundido.

Ja: El avión que perdimos se ha caído. Nosotros le salvamos la vida a aquella mujer, pero ella también nos la salvó a nosotros, colega.

+ No me lo creo.

Murmuro con los ojos clavados en la televisión. El noticiero asegura que un fallo técnico en el motor causó el accidente y que no hay sobrevivientes.

La vida se me pasa por delante como la secuencia de una película. Momentos buenos y algunos que no tanto se me vienen a la mente. Imágenes simples como besar a mi chica o oír reír a nuestras hijas, y otras tan complejas como la soledad que sentí al perder a Amanda o la lucha por salvarle la vida a alguien que la tiene pendiendo de un hilo. Porque a eso me dedico, a intentar salvar a unos pocos que no saben si tendrán un mañana, de lo que a veces me olvido, es que ninguno de nosotros lo sabe, porque ayer mi mañana hubiese dejado de existir. Si no fuese por aquella anciana a punto de morir, el que estaría muerto ahora, sería yo.

Su risa vuelve a aparecer en mi cabeza, como esos recuerdos que uno tiene tan preciados, aquellos que valen más que todo el dinero del mundo. Es entonces cuando me doy cuenta que ella no sabe nada. Si yo me enteré por un noticiero ella también lo habrá hecho. Tengo que avisarla que no cogí aquel vuelo.

Contadme que pensáis? Querías que haya perdido el vuelo o hubieseis preferido un giro en la historia? Me apetece leeros y como siempre, gracias por vuestro tiempo

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora