Solo el amor nos salvará (cuarta parte)

Capitulo 667

+ Bueno, ¿Y qué, vas a contarme que tal ha ido esta mañana?

Se interesa dejando atrás nuestro juego.

- Bien. La pobre chica se ha quedado tan dura al verme que debe pensar que soy más borde de lo que me pintan.

Una sonora sonrisa se me escapa, aunque tampoco me haga tanta gracia.

- ¿Y con Carmen qué?

Indago.

- ¿Cuál es ese gran secreto del que no podemos enterarnos?

+ No hay secretos.

Asegura.

+ Ni tampoco creo yo que piense que seas una borde.

- ¿Tu que sabes, si no le has visto la cara?

Me río. El me ve con buenos ojos y se piensa que todo el mundo lo hace.

+ Que no, cariño. Carmen tenía miedo de que se desmaye al verte.

Ríe.

+ Es tu fan.

- ¿Te estás quedando conmigo?

Pregunto seria.

+ Medio España lo es.

Resta importancia.

- Ya, pero es que no meto a medio España dentro de mi casa ni les dejo a nuestras hijas.

+ Cielo, tenemos muchas exigencias, si a todas ellas le sumamos que no le guste tu música tendremos que quedarnos sin ayuda.

- Que le guste mi música no me importa.

+ Vale, pues tómatelo así.

- ¿Se te ha ido la cabeza?

Le ataco.

- ¿Y si se le ocurre subir fotos de nuestra intimidad a las redes?

+ No va a hacer eso, Malú.

- Tu no lo sabes.

+ He hablado con Carmen. Ilenia necesita currar, y lo hará como si fuera cualquier otro trabajo.

- La quiero fuera hoy mismo.

+ No.

Asevera mirándome firmemente.

+ Pareces empeñada con ella desde antes de empezar y esa chica se merece una oportunidad.

Asegura convencido.

+ Confío en Carmen. Sé que no traerá a alguien que quiera hacernos daño, además eres tú misma la que siempre dice que son tus fans los que te protegen más que nadie. Si esa chica te quiere tanto como dice su tía, va a dejarse la piel en cuidar de nuestras hijas.

Me quedo en silencio pensativa y derrotada por su argumento. Razón no le falta, pero me da apuro.

+ Ilenia no se presentó al trabajo por ti.

Insiste.

+ Tú te presentaste en su necesidad de currar.

Acoge mis manos entre las suyas y las acaricia con suavidad, demostrándome con gestos que no haremos nada con lo que yo no me encuentre a gusto.

+ Vamos a darle una oportunidad, anda.

Suspiro dubitativa.

- No sé, cariño...