Capitulo 639

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+ Me gusta cocinar.

Me escaqueo sin decir más. No quiero entrar en el bucle de esos que una mentira te lleva a otra y es un no parar, muchas veces soy yo el que prepara la cena, por lo que ahora digo la verdad.

+ He pedido japonés, estará al llegar.

Zanjo.

+ ¿Vuestro día que tal?

A: Increíble, te vas a casar con la mujer más guapa de este mundo.

Afirma llena de ilusión.

+ Eso ya lo sé.

Sonrío, a pesar de que la tensión entre nosotros podría cortarse.

A: Hemos ido a que mamá se pruebe el vestido.

Me cuenta ignorando nuestro desencuentro.

A: Y luego a ver decoraciones.

+ Pero si no nos hemos decantado por cuál finca vamos a alquilar.

Hay tres que nos gustan y no hemos cerrado aún con ninguna. La favorita de mi chica no está disponible para la hora que queremos y están intentando aplazar el evento que tienen planificado. Si no lo consiguen tendremos que decidir si aceptamos casarnos en otro horario o en otra finca.

- Ya, les he dicho lo mismo, pero cuando se juntan Alba y mi madre, ni Dios puede con ellas.

Esta vez río de verdad. Esta en lo cierto.

- Que calladitas están las nenas.

Su silencio la alerta.

- Me subo a verlas.

Narra Malú

- ¿Chicas, pero que habéis hecho?

Me llevo las manos a la cabeza.

= Sopesha, mami.

Con una sonrisa que ni le cabe en la cara se luce orgullosa. Desnuda y dentro de la bañera con su hermana.

La espuma está dentro y fuera del agua. En el suelo, el espejo, el váter, la ropa que dejaron repartida por el baño y en cualquier sitio que sus manitas lograsen alcanzar. Menudo desastre han montado en unos pocos minutos.

~ Dijiste que teníamos que llegar a darnos un baño y te queríamos ayudar.

Río, esto podría denominarse como cualquier cosa, menos ayuda, pero su intención es lo que vale.

- Yo os como la cara.

Prometo llenándolas de besos.

- Pero dejadme que yo os ayude a vosotras que mirad como tenéis el baño.

= Fue Ana.

Saca la muñeca de frozen desde las profundidades de la bañera.

= No shabe darse un baño sola.

- Ya, ya veo que no.

Resignada cojo a la muñeca, vestida y empapada.

- Pero es que vosotras necesitáis un baño, no Ana.

~ Sí, y Elsa también.

Repite la acción que hace nada hizo su hermana, enseñándome la segunda muñeca.

~ Porque tú eres nuestra mami y dices que hay que bañarse todos los días.

Se explica.

~ Y nosotras somos las mamis de Elsa y Ana y ellas también se tienen que dar un baño.

Me hace saber con total naturalidad.

- No chicas, las muñecas se dañan si les dais un baño, si vosotras las queréis cuidar, tenéis que limpiarlas con toallitas.

= De Sofía.

- No, las de Sofía no, bicho.

Ya la imagino cogiendo las toallitas, los pañales y hasta la ropa de su hermanita pequeña.

- Mejor yo os doy unos para vosotras.

Propongo risueña.

C: Malú, ¿podemos hablar?

Carmen asoma por la puerta del baño.

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora