Capitulo 644

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Narra Gaby

Doy vueltas en la cama sin poder dormir. Son casi las dos y mañana promete ser un día largo. Las cirugías cardíacas siempre me han gustado, pero la intensidad que se vive en pabellón es mucha.

Miro a Malú en la penumbra. Tan solo se cuelan los suaves rayos de una farola por el hueco de la persiana. Hoy es noche sin luna. Sus gestos relajados y su respiración acompasada me hacen suspirar.

+ ¿Qué nos está pasando?

Pregunto en un susurro tan bajito que ni yo llego a escucharlo.

+ Te quiero.

Prometo apartando algunos mechones de pelo que desordenadamente descansan sobre su cara. Un leve gruñido escapa de su boca haciéndome sonreír amargamente.

Bajo las escaleras en silencio. Danka abre los ojos alerta al oírme, pero tras reconocerme, vuelve a cerrarlos.

Abro el ventanal que da al jardín. Empieza a hacer fresco, pero me apetece tomar el aire, por lo que me siento en el césped, me gusta hacerlo desde que era un mico.

A: ¿Papá, que haces aquí?

Me sobresalto, incorporándome rápidamente.

+ Joder, Alba, me has asustado.

A: Lo siento.

+ ¿Qué pasa? Creía que estabas durmiendo.

A: No puedo.

Resopla.

A: Estoy demasiado nerviosa por el examen.

Lleva días estudiando para el.

+ Lo harás bien.

Sentencio.

+ Y si no es así, vas a repetirlo.

A: No papá, pierdo el curso.

+ Recuerdo esa sensación.

Afirmo.

+ Yo era un poco mayor que tú y me la pasaba agobiado creyendo que suspendería.

A: ¿Cómo te tranquilizabas?

+ Cantándote nanas.

Río nostálgico.

+ Tu eras mi prioridad, aunque la carrera nunca me la tome a la ligera.

A: Sigues sin hacerlo. ¿Estas desvelado por la cirugía de mañana?

+ No.

A: ¿Y que te pasa?

Inquiere.

A: Tu siempre puedes dormir.

Ríe obligándome a hacerlo con ella. Razón no le falta.

+ Nada importante.

A: Pues si algo te quita el sueño, alguna importancia tendrá.

+ Tu examen.

La chincho.

+ ¿Te pregunto la metería?

A: ¿A estas horas te apetece ayudarme a estudiar?

+ Me hará sentir joven.

Respondo irónico. Yo también me pasaba noches en vela estudiando y estudiando. Y estudiando más.

A: Venía a por un Cola Cao, ¿te apetece?

+ No.

A: ¿Seguro? Acompañan bien a los libros.

+ El café les acompaña mejor.

A: Ya lo sé, pero yo si pretendo dormir esta noche.

+ Vamos a por ese cola cao, anda, que ya me estoy quedando helado.

La abrazo por el costado caminando a la cocina.

A: ¿Qué ha pasado aquí?

Se sorprende al encontrar todo el suelo lleno de agua.

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora