Capitulo 698

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- Siento el retraso.

Me disculpo besando las mejillas de mi madre. Somos los últimos en llegar y en el camino ya me dejaron algunas llamadas perdidas, ella y José.

P: Estábamos preocupados.

Mi hermano también se asoma a la puerta tras haber escuchado el timbre.

- Las niñas nos han liado.

Señaló a Gaby que viene detrás con Lucía en sus brazos. Sigue disgustada desde que le he quitado las galletas de Danka y ha montado tal rabieta que ha venido lloriqueando también en el coche. Sofía se estaba por dormir y los gritos de su hermana la han desvelado, por lo que no ha tardado en sumarse a la orquesta de lloros. Menuda manera de empezar la nochevieja.

P: Ya veo.

Me Quita a Sofi de los brazos para acunarla cantándole unas nanas. Siempre se calma así.

P: ¿Qué le pasa a mi niña bonita?

Pregunta con voz infantil, consiguiendo que el llanto disminuya poco a poco.

P: ¿Y tu, princesa, por qué vienes enfurruñada?

Saluda con cariño a Lu.

= Mami quitó mi gulletas.

Vuelve a lloriquear con cara de cachorrito. Por sus gestos, cualquiera diría que la privamos de alimentarse.

P: Pero tú no tienes que llorar por eso, que ya estás mu' mayor.

Señala.

P: Además que yo he hecho unas galletas especialmente para ti.

Le guiña un ojo consiguiendo su sonrisa. La enana no tarda en echar a correr hacia la cocina. Será golosa.

P: Dame un beso, Cami.

La frena risueña. Camila quería escabullirse a jugar con sus primos que ríen desde el salón.

P: Pero que guapa estás.

~ Carla tiene el mismo vestido.

Alardea orgullosa girando sobre si misma.

P: Tu también estás preciosa.

No se olvida de Alba, que ha pasado horas frente al espejo.

A: Gracias.

Sonríe satisfecha.

A: Huele que alimenta.

Promete.

A: Y tú también estás muy guapa, Pepi.

Piropea a mi madre.

P: Anda, vamos dentro que os estábamos esperando.

A: ¿Necesitas ayuda?

P: Mira que nietas más bonitas tengo.

Alardea negándose al ofrecimiento de Alba.

- Gracias por lo que me toca.

Finjo ofenderme. Mi madre rueda los ojos.

P: Pasan los años y tú sigues siendo una niña.

Murmura divertida.

P: Me la subo a la habitación.

Anuncia con Sofi ya dormida entre sus brazos.

+ Ahora llevó yo los escuchas.

Venimos preparados.

+ Tú madre no lleva razón.

Susurra en mi oído y un escalofrío me recorre el cuerpo. Siempre lo hago cuando su aliento choca con mi cuerpo.

+ Pero no voy contradecir yo a mi suegra.

- ¿Ah no?

Pregunto arqueando una ceja. El tono me hace adivinar sus intenciones.

+ No.

- ¿Por qué no lleva razón?

+ Porque no eres una niña.

Se me escapa una risa floja que buco esconder con fingida tos. Le conozco demasiado.

+ No me importa ser una niña.

Sigo el juego.

+ Ya. Es que si fueses una niña no podría empotrarte contra la pared del baño como pretendo hacerlo en algún momento de la noche.

Da por acabada la conversación siguiendo los pasos de mi madre, dejándome sola y con un calor que me desnudaría aquí mismo.

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora