Capitulo 619

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Narra Gaby

La habitación apenas iluminada por la luz de la luna y algunas estrellas ha sido testigo muda del amor que nos profesamos. Nuestros gemidos la banda sonora de una noche inolvidable y el sudor de nuestros cuerpos lo único que nos viste. Tras el segundo asalto sigo dentro de ella. Agotados y saciados nos miramos a los ojos, comunicándonos de la forma más sincera que sabemos. Beso la lágrima que quiere escapar de uno de ellos.

+ Estoy aquí.

Le recuerdo con una sonrisa. Sé que después de entregarnos en cuerpo y alma la invade la emoción al saberme con ella.

Me devuelve el gesto, pero en cosa de segundos lo convierte en un puchero que invita a algunos otros lagrimones desobedientes.

+ Ven.

Me quito para tumbarme a su lado, instándola a refugiarse en mí mientras gimotea. La abrazo para tenerla bien pegadita a mi cuerpo, como tanto nos gusta. Sintiéndonos, piel con piel, pero ahora sin más pretensiones que disfrutar de estar juntos.

- Creí que iba a morirme de tristeza.

Musita sorbiendo la nariz.

- No me imagino la vida sin ti, Gaby.

Me desvela sus sentimientos.

- Aunque pueda, no quiero vivirla sin ti.

Su confesión me enternece y enamora un poquito más si cabe. ¿Cómo puede ser tan adorable, tan fuerte y tan frágil a la vez?

+ No lo harás.

Prometo.

+ Que soy muy pesado y te quiero seguir dando guerra hasta que seamos viejitos.

Beso su pelo y aunque por la posición no puedo verla, intuyo la curva que se dibuja en sus labios.

+ Además hace casi un año de nuestro viaje a Grecia.

Se gira para verme. Su confusión me hace gracia.

+ Y allí te pedí que te cases conmigo.

Juego con el anillo que desde entonces viste su dedo anular.

+ No puedo morirme antes de verte de blanco para mí.

Coloco un mechón de pelo tras su oreja con cariño.

+ Ni quiero que pase más tiempo sin hacerlo.

Me mira ojiplática. Creo que no esperaba esto ahora, pero todo lo que ha pasado me ha hecho reflexionar y es cierto que no quiero pasar más tiempo sin casarnos. Sin irnos de luna de miel. Sin dedicarnos cada momento para amarnos.

- ¿Me estás...?

+ Te estoy pidiendo que te cases conmigo, otra vez.

Río.

+ Porque no tengo ninguna duda de que eres la mujer de mi vida, y estoy deseando que busquemos una fecha para pararme contigo en el altar.

- Hace un año te dije que era lo que más anhelaba.

Me recuerda.

- Y hoy vuelvo a decírtelo.

Me regala un pico que sabe a gloria.

- Lo que más deseo en el mundo es convertirme en tu mujer.

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora