Capitulo 730

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P: ¿Atracando?

- Pues no sé, pero es que se han desaparecido muchas cosas.

P: Habrá que buscarlas.

- Ya lo he hecho, también le he preguntado a Ilenia si sabe algo y la pobrecilla se ha creído que la estaba culpando.

P: ¿Qué cosas?

- Pues unos cien euros de Alba, los pendientes de oro de Cami y una copia de las llaves de casa. Todo lo demás son pequeñeces sin importancia, pero es que igualmente me preocupa que estén robando dentro de casa, no las cosas.

P: ¿No será obra de las pequeñas?

- Son niñas, mamá, no ladronas.

P: Con las trastadas que hacías tu hija, hubieses sido mi primera sospechosa.

Ríe nostálgica.

- Puede.

Le doy la razón cansada.

- Hablare con ellas.

P: Eso está bien. Y ahora sube a descansar que ya me ha contado Gaby que habéis pasado una noche fatal.

- Si estar mala apesta, estar malas las dos ni te cuento.

Acaricio el piececillo de Sofía mirándola enternecida. Succiona el chupete con fuerza y respira congestionada mientras descansa en el regazo de su abuela.

- Menuda guerra le hemos dado a Gaby, es un santo.

P: Si, se le escuchaba cansado cuando me llamó.

- Y hoy encima está de turno.

Me compadezco. Será otra noche sin dormir, esta vez en el hospital y no por nosotras, pero sin importar el motivo, tampoco tendrá descanso.

P: Te has ganado el cielo con ese muchacho.

Asevera.

- Sí.

Le doy la razón y se me escapa una sonrisa boba. Me es inevitable contenerla cada vez que pienso en él y en sus detalles, y en que aunque los años pasen, cada día me enamora un poquito más.

P: Pero el también se lo ha ganado contigo.

Me sonríe.

P: Sois una familia preciosa, hija, no te olvides de ello en los momentos de adversidad.

- ¿Pasa algo, mamá?

Sé que piensa cada una de las palabras que ha dicho, pero mi madre no es de esas que va hablando así por la vida, y su comentario me suena a sermón de despedida.

- ¿Hay algo que no me has contado?

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora