Capitulo 638

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Conduzco a casa disgustado. No me gusta discutir con Malú, pero menos me gusta que me oculte las cosas, y es lo que está haciendo ahora con Carmen. Dice que está distraída, yo también lo he notado, pero la mujer que me ha visto crecer y convertirme en un hombre con responsabilidades, echándome una mano para facilitarme la vida, tiene preocupaciones en la cabeza. Sus problemas me los ha contado a mi, no a mi chica, por lo que puedo entender que a veces se olvide de qué le hemos pedido que prepare de cena o avisarnos de algún mensaje. Lejos está de ser irresponsable o como dice Malú, una negligencia dejar a las nenas a su cargo.

+ Joder, ¿Qué es ese olor?

Exclamo sofocado nada más entrar a casa.

+ ¿Carmen?

La llamo desde la cocina.

+ ¡Carmen!

Insisto al darme cuenta que no está aquí, y voy directo a apagar la vitrocerámica. Se ha quemado la cena.

C: Gaby, hijo, se me ha ido el santo al cielo.

Se disculpa avergonzada.

+ Que no pasa nada, mujer.

Aseguro abriendo las ventanas.

+ Ya llamo yo al japonés.

Le resto importancia al incidente.

+ Cuéntame como estas.

Suspira.

C: Bien, hijo, bien.

La miro dubitativo.

+ ¿Cómo siguen las cosas de tu hermana?

Me intereso. La malagueña se fue hace años a Galicia, enamorada perdida por un hombre que le prometió el oro y el moro, dejándola por otra mujer quince años más joven que ella, sola con tres hijos y más deudas que recuerdos.

C: Esperando a que la mayor se saque las oposiciones. Necesitan que se ponga a trabajar y les ayude con el dinero.

Me cuenta.

+ Todo va a salir bien, Carmen.

Acaricio su brazo derecho.

+ Y si necesitas que te preste dinero, cuenta con ello.

Sé que intenta juntar un poco más para ayudar a su hermana.

C: Gracias, Gaby, pero no hace falta.

Sonríe agradecida.

C: Y ahora vete arriba, que yo me ocupo de preparar alguna otra cosa para la cena.

+ Tú no hagas nada, vete a abrir las ventanas del salón que toda la casa huele fatal, de la cena me ocupo yo y ya te he dicho que solo haré una llamada.

- Hola.

Oigo su voz y los pasos de las nenas corriendo escaleras arriba y varias carcajadas, quizás que se traen entre manos.

- ¡Que olor!

Exclama.

- ¿Qué ha pasado?

Pregunta dándome un pico fugaz mientras cojo a Sofía de su carrito.

+ Estaba preparando la cena, pero me lié y se me ha quemado.

Evito que nuestras miradas se crucen, sé que las mentiras no cuelan con ella, pero este no es un buen momento para que Carmen vuelva a fallar frente a Malú.

A: Pues si que te has liado, papá.

Protesta haciendo aspavientos.

A: Toda la casa huele horrible.

- Sí.

Se una a la queja de nuestra primogénita.

- ¿Y por qué estabas preparando la cena tú?

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora