Gaby y yo corremos hacia Lucía que llora desesperada.
- ¿Qué pasa, bichillo?
La cojo en brazos limpiando sus lagrimillas y examinando bien su pequeño cuerpecito, buscando alguna marca o algo que pudiera haberla hecho daño.
- ¿Tienes pupa?
Pregunto preocupada sin encontrar pruebas de ello, pero su llanto estruendoso asegura lo contrario.
= No.
Gimotea.
+ ¿Qué ha pasado, Lu?
= Mish Chuches.
Señala varias gomilonas repartidas por el suelo, bajo el columpio que usaba hace unos segundos y llenas de tierra.
= Tenen Terra.
Solloza amargamente.
- Menudo susto nos has dado, tormento.
Suelto el aire que llevaba reteniendo y la miro enternecida. Para ella sí que es una tragedia haber perdido sus chuches por un descuido, pero cualquiera que la oyera llorar hubiese pensado que la estaban torturando.
+ Anda, no llores que luego compramos más.
= ¡Ahora!
Exige enfurruñada.
+ Ahora no tenemos donde comprar.
Le explica paciente.
+ Luego paramos de camino a comer con los yayos, ¿vale?
= No.
+ Tiene tu carácter.
Me chincha por lo bajini, haciéndome reír. Será tonto.
~ Yo te comparto algunas, Lu.
Cami le ofrece de su bolsa. Esta niña es un ángel y no solamente conmigo. Nunca dejará de sorprenderme lo bondadosa que es para su corta edad.
= Todos.
De morros atrapa el tesoro que le brinda su hermana. Intento mantener la compostura, pero nuestro pequeño demonio es tan graciosa cuando se molesta que inevitablemente suelto una risita que lucho por encubrir.
- Oye tu, todas no.
Le hago cosquillas en la tripita y se retuerce risueña.
= Si todas.
- Que no.
Le devuelvo a Cami la pequeña bolsa, provocando otra gran rabieta.
+ Tú no hagas como tu hermana.
Escucho que susurra en el oído de Sofi que se removía incómoda en el carrito, por lo que Gaby la ha cogido.
+ Tú tienes que parecerte a papá.
Sigue haciéndome reír.
- Un poco más lista que él.
Interrumpo la conversación sacándole la lengua.
- Es que tú eres mu' tonto.
Río murmurando en su oído. Ojalá los piques entre nosotros no desaparezcan nunca. Me gusta la complicidad y frescura que le da a nuestra relación.
- Hala chicas, vamos a jugar un poco más que ya nos vamos a casa.
Intento distraerlas, especialmente a Lucía que sigue quejica.
+ ¡No! ¡A casa no!
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Solo el amor nos salvará (cuarta parte)
أدب الهواةNovela inventada. La historia de amor de Malú y Gaby, una pareja que enamora. Por la cantidad de capítulos he tenido que continuar la novela como una nueva historia. Espero que os siga gustando.