Capitulo 733

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Narra Gaby

- Ya, mi niña.

Malú acuna a Sofía meciéndola a la par que la pasea por la habitación en sus brazos intentando conseguir que la pequeña deje de llorar. Al final he tenido que explicarle solo a Lucía que por más bonita que era la casa que construyó para sus muñecas y peluches, no puede coger cosas sin avisar.

+ Ya están las dos dormidas.

Intento animarla. Nos han dado las tantas.

- Pues aquí hay una que no piensa hacerlo.

Sentencia exasperada. La nena lleva un rato largo dando guerra.

+ Pobrecita mía, que le duelen los oídos, déjamela a mi.

La socorro. No sé si para Sofía irá a hacer mucha diferencia, pero Malú sí que necesita dejar de oír sus lloros por un rato. Esta súper agobiada.

- Es que me mata verla sufrir y no poder hacer nada.

+ La has llevado al médico y le acabas de dar el antibiótico.

Corrijo. Es una madraza y aunque entiendo sus ganas de quitarle el dolor, solo queda esperar.

+ Bájate al estudio y enciérrate allí, cuando esté dormida yo te aviso.

Propongo.

- Que va, ayer ya te dimos suficiente guerra las dos.

+ Pero hoy has aguantado sus lloros tú sola, yo estaba en el hospital y Mario me ha cambiado el turno justamente para esto.

Mi amigo es un campeón. Me ha visto acompañar a Malú al parking del hospital esta tarde cuando salía del pediatra con Sofi y no ha dudado en relevarme para poder echar una mano en casa.

- Ya, pero...

+ Distráete un poco, te hará bien.

- Gracias.

+ Oye, ¿tú que tal te encuentras?

Me intereso.

- Todavía quedan algunos mocos.

Sorbe la nariz exageradamente.

- Pero todo lo demás bien.

Dejo un pico fugaz en sus labios.

+ Baja un rato, anda.

Narra Malú

A: Mamá, estabas aquí.

Alba me obliga a levantar la vista de los folios que tengo repartidos sobre el escritorio y su abrupta aparición hace levantar la cabeza a Chanelo que descansa perezoso a mi lado.

- Sí, ¿necesitas algo?

A: ¿Estas componiendo?

- No, estoy empezando a elegir las canciones para el repertorio de la gira.

A: ¡Ay!

Chilla.

A: ¿Puedo ver?

Pregunta con la ilusión de una niña.

- No, que aún es muy pronto.

Tapo la lista con el brazo.

- Además tú también podrías llevarte una sorpresa.

A: Ni de coña.

Se apura.

A: Yo quiero enterarme de todos los detalles.

Ríe.

- Ya veremos.

A: De eso nada, mamá.

Se ofusca.

A: Yo como si fuera Sol, no puedes hacer nada sin que te lo apruebe.

Reímos a carcajadas y llenas de complicidad.

- Ya quisieras.

La pico. Me enternece cuando saca a relucir ese lado de admiración que me tiene.

- Anda, mejor cuéntame para que me buscabas.

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora